3 de septiembre de 2009

El toro en el "Bocho"

“Castella estuvo mal. El Juli por debajo de sus posibilidades. El Cid fue una sombra, está fuera de sitio y lleva una temporada desastrosa. El Fandi, vulgaridad al máximo, se dejó un toro fenomenal, cualquier otro le hubiera cortado las dos orejas.Morante dejó pasar a su primer toro. Todos menos Ponce, que hizo dos faenas extraordinarias”

“Habrá que eliminar varias ganaderías y contar con otras. Tal vez La Quinta, los Hermanos García Jiménez, y, quizá, Jandilla. Además de Torrestrella, por supuesto. Dentro de la lista contamos con Dolores Aguirre, Miura... Con la de Joselito posiblemente, contaremos el año que viene y también con El Ventorrillo por dar toros buenos".

El presidente de la Junta Administativa de la Plaza de Toros de Bilbao, Luis Diez de Lezana, ha sido claro y sincero, desde su verdad, y ha sorprendido a muchos, principalmente en el sector del periodismo taurino publicitario, al borde del escándalo; y , como balón servido a la olla, propiciar el alimento de la polémica con los representantes de los damnificados por las severas críticas, juego al que no se han prestado. Posiblemente por esteril y artera maniobra para llenar espacios amarillistas, por desprecio -más que respeto- a un venerable dirigente de importante plaza de toros, pero que no es uno de los suyos, y quizá en el subconsciente de los apoderados flote la idea que: si el señor Lezano no tiene razón, tampoco se aleja mucho de la realidad.

Por otro lado, el “negosi”. Bilbao a las figuras les paga, y muy bien, y quien paga manda. Con la seguridad que, al contrario que el relevo apuntado en ganaderías, en cuanto al elenco de matadores, el nucelo central de la feria próxima estará compuesto casi en su totalidad por las mismas “vedettes”, por que ni hay más, y al parecer, ni se las espera.

El señor Diez de Lezana ha podido driblar de alguna manera las formas, pero su análisis coincide con todos aquellos provenientes de diferentes sectores de afición y crítica independientes de cualquier interés espurio. Y en ese sentido se aproxima mucho al evaluado en nuestra anterior entrega de Elimparcial.es.

Si bien, con todo el cariño, en esta tribuna quedó apuntado, el problema principal reside en el toro: el toro que se pide (que pide la Junta) y el toro que se contrata. En este último sentido, bien haría D.Luis entonar el mea culpa por que bajo su responsabilidad y la de sus “junteros” confeccionaron una feria espectacular pero en la que faltaban, al menos, tres de las ganaderías, y a losresultados hay que remitirse, que están en mejor momento : Nuñez del Cuvillo, Victoriano del Río y El Pilar.
Sus matizaciones posteriores sobre un comentario personal y nunca prometer la contratación para la próxima edición de la Semana Grande de Dolores Aguirre y Miura, han sido oportunas; si bien la ganadera bilbaína goza, tras lo de Pamplona, del prestigio suficiente para ser junto con Victorino el segundo de los dos hierros toristas del Aste Nagusia.

Tengo que discrepar de su lectura negativa de la corrida de Jandilla como la muy positiva que hace de la de Joselito. La de Borja Domecq que mató El Juli en solitario tuvo ese hándicap, una figura protagonizando un gesto y ,para bien o mal, foco totalizador, y chivo expiatorio de un pobre resultado en orejas.
La de Joselito no resiste la prueba del agodón de preguntar a su sincero, casi siempre, propietario, si le hubiera gustado estar de luces, en su época, delante de cualquiera de los que en Bilbao fueron sus pupilos.

No comparto la dureza con El Fandi comprendiendo que a él, en proporción inversa a la mayoría de sus clientes en Vista Alegre, no le guste. Ni tampoco que tras el juicio, en su perfecto derecho, de la actuación de El Juli, no epilogara con una manifestación de profundo agradecimiento por los dos “marrones” que les quitó: consentir la sustitución de Fandiño por Morante asumiendo la dirección de lidia y responsabilizarse de matar seis toros en solitario cuando estaba anunciado para compartir cartel con Perera y se guardaba en su estrategia dicho gesto, en pocos días, para Bayona.

Estos puntos y no otros, son constitutivos de debate enriquecedor desde la libertad.
Querer enzarzar en reyertas navajeras de suburbios a quien ,en representación de un pueblo, paga religiosamente y bien -a las figuras-, y la beutifull destinataria de tan suculenta soldada es la verificación de justificar un servilismo tan obsceno como fatuo y con el que nos desayunamos cada día....punto net, punto es o punto com.

Bilbao: la prueba del algodón

Pasó Bilbao. Tercera evaluación del curso.Como en Sevilla y Madrid, fracaso del espectáculo convencional. El de tirón, el de reclamo, el del referente de lo mejor de La Fiesta. El de los carteles “remataos” a base de simplificar el escalafón duplicando a las llamadas figuras y ganado de garantías, así le llaman, cuyos resultado final no avala.

Falló el toro.Como en Sevilla y Madrid. Salvo muy contadas honrosas excepciones, y siempre toros sueltos.Independientemente que coincidan factores coyunturales negativos que nos instalan en un mediocre año ganadero el problema de fondo es el concepto: un toro “imponente”; pero de muestrario, para agradar la vanidad de los representantes de la propiedad, salvar el empresario su responsabilidad y frenar las ansias de protagonismo de los “vetarinarios”. El ganadero vende la partida y lo hace a buen precio.Un toro que se cae poco y que se mueve.

Cierto. Lo llaman motor. Pero tan “imponente” que sobrepasa a lo ancho y a lo alto los límites de la muleta con la consiguiente merma de dominio y consecuentemente de estética.Un toro “imponente”: que no humilla, no se entrega y se emplea moviéndose sin rumbo ni norte; la antítesis del concepto embestir.Un toro “imponente” que impone.. a los toreros, figuras ellos, la ley del más fuerte y activa en el subconsciente de la mayoría los resortes de autodefensa.

Falla, por lo tanto, el torero. A la mayoría no se les niega honestidad, incluso entrega, sentido de la responsabilidad; pero aflora el exceso de técnica en los que están con algún son de porte y elegancia y tiene en la espada un filón : Manzanares.

Otros se bloquean y tiran de su tauromaquia de piñón fijo asomando la versión más cerril del valor más contrastado: Castella.Se desborda la sensación de esfuerzo de aquellos cuyo momento es cuestionado: El Cid. Y otros se crispan ante la impotencia de no verse capaz de rentabilizar mínimamente un supremo esfuerzo no programado de antemano y de dudoso agradecimiento de no salir redondo: El Juli.

Y falla el sistema, todo; que en su dinamimso vertiginoso de festejos no deja digerir triunfos y fracasos y poner los unos en valor y otros devaluar la secuencia de triunfos menores. Bilbao , sus sucedidos, se dliluyen con apoteosis inmediatas en plazas de segunda y tercera

Y falla la crítica. La publicista, portales y revistas, por razones obvias, y la especializada por que dentro del respeto al criterio de cada opinador no es bueno tanta diferencia de criterio en lo básico. La autonómica, que no autónoma, va a su rollo, la semana de gloria, por lo civil o lo criminal.

Y falla el “afisionao” (siempre con ese, no con ce) que se autotitula de tal; dictador en la imposición de sus criterios en sus tibios entornos, maestros en manejar tópicos sobre el trapío del toro, su condición,los toreros artistas, el aroma y el olor.El penúltimo eslabón de una cadena de intereses y vanidades.

No falla el público en general. Hasta que se canse que le tomen, unos por tonto y otros por ignorantes.

En Bilbao solo olió a triunfo incontestable Ponce. La primra tarde, “ventorrillos”, grande, muy grande, rotunda -menos la espada-. La segunda, buena, más naif, que no deja de ser una tendiencia vanguardista sujeta a gustos: es donde la crítica, y la “afisión”, se clareó según sus filias o fobias.

A bilbao llegó de cortar un rabo en Ciudad Real : triunfador de la feria Perera.Ponce fue de Bilbao a Málaga a cortar tres orejas para compartir , al alza, protagonismo con José Tomás: ¡al tiempo!, “capote de paseo” y las escrituras de la Malagueta para el de Galapagar.Quien más se acercó a Ponce en musculatura de triunfo y responsabilidad escénica fue miguel Angel Perera. Se jugó la vida con tino y cabeza.

Una pequeñez como derribar al toro un banderillero a la media vuelta, hizo que la petición más clamorosa de la feria se redujera en vuelta al ruedo. Otra vez, la presidencia, había salvado la categoría de la plaza de la turba ignorante.

La lejana oreja de Fandiño quedó engullida en su propio éxito al cobar el premio de torear con las figuras.Fue tarde en que El Fandi, versátil y fácil de leer, puso sobre el tapete el divorcio entre los que pagan y los que no. La petición fue mayoritaria y no atendida.Manzanares lo hizo por un espadazo y por dar glamour al serial.Tarde de escondite. Me quito, me pongo, se la enseño se la quito. Pero empaque y elegancia, aunque sea en “bermudas” y en Jolaseta.Bilbao, la clase, y... de los “Manzanares de toda la vida”. Una ventaja, parecer de Neguri.

A los victorinos, duros, muy duruos, se la cortó Urdiales (cuarta y última) y se le negó a Padilla (pedida en igual dimensión. Mayoritariamente). Tarde de emociones, al amenos, en que no desdijo de actuación torera y heroica el tercer hombre, José Luis Moreno.

Y la tercera oreja la cobró el Juli. Un trofeo, la tarde de seis posibles, por que las otras seis, son la salvaguarda, salvo contadísimas excepciones, de la importancia del coso depositada en su Presidente.

El juli se propuso hace tiempo conquistar al afisionao y al profesional una vez cautivada la masa con su juvenil irrupción. Lo ha conseguido, pero antes de refugiarse en ellos y en el reseepto nio perdido de ese público que le adoró en su día, a dia de hoy debe volver a repucerar parte de aquella pasión popular que ahora se le muestra indiferente.

Torear para todos.A mi, particularmente, la corida me gustó. Vamos, la mejor de la feria. Tampoco hacía falta mucho.

El Juli no triunfó. Era la ocasión propicia por razones de probabiliddes en una temporda en que le falta dar un golpe importante, refrendado con orejas, en las plazas de mayor relevancia, más que con titulares estandar de revistas y portales especializados que no deja de ser un círuclo vicioso, a veces demasiado vicioso.Sí dio sensación de haber en el ruedo una figura del toreo con actitud 10 y aptitud de 6 con dudas sobre solventar y la aparición de cierta ansiedad contenida.Y sobre todo, por encima de mejores o menos buenos momentos el reconocimiento de una figura que ejerce y apuesta: en Madrid fue por delante, abriendo cartel. No se le cayeron los anillos por dejar entrar , el lunes en Bilbao a Fandiño, y tener que sumir, una vez más la dirección de lidia. Y asumir como la solución de un grve problema para Bilbao el matar seis toros en solitario sin entrar aen sus palnteamientos y yendo en contra de su estrategia de temporadaSe puede discutir su momento o su encrucijada, su condición de torero y máxima figura nunca. Que otros tomen ejemplo.

Las cosas del toro en feria “imponente”Reapareció Morante en medio de gran expectación y deseo. Bronca en el primero, de las que a un torero consentido le hacen importante. Y en el segundo, olor, aroma y perfume que conformó a la beutifuull de la prensa, que no paga, y los afisionaos, que pagan...no todos. Al público, que no quiería oler sin probar, meter cuchara, comer dos platos y postre le pareció insuficiente.Esa noche, ante la ausencia conocida de Perera, para su mano a mano con Juli, se barajó el nombre de Morante como un guiño a esa beutifull. El Alcalde lo cortó de raíz.El alcalde es, y en Bilbao ejerce, el representante del pueblo, “afisionao o no afisionao”. Y es cuando El Juli asume su responsabilidad de gran figura. Algo que, no solo Bilbao, si no La Fiesta se lo debe agradecer y de forma notoria.Gracias, Juli.

Bilbao: imponente el toro, los carteles, Don Matías el presidente, el despliegue mediático, los afisionaos de aquí y de allá, el ambiente.Como en Sevilla y en Madrid, imponente todo, pero a más: de Bilbao; el petardo también.