Mostrando entradas con la etiqueta Crónicas. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Crónicas. Mostrar todas las entradas

13 de junio de 2010

Feria Aniversario: No quisieron ver a El Juli

Crónica de un fracaso anunciado. No de El Juli, por cierto, sino de “Madrid”, definitivamente un “gache” por culpa de la sinrazón, la intransigencia, el “gallinero” del 7 más los altos de sol y, sobre todo, de la autoridad “incompetente”.
La tarde era para José Tomás. Por lo tanto ya venía torcida más que gafada. Descolgada del conjunto de “ferias de primavera en Las Ventas”, con la ausencia del de Galapagar y una climatología indecente que se puso de parte de los reventadores habituales. Todo eso lo sabía El Juli y, con asunción de responsabilidad de máxima figura, no volvió la cara al reto aun a sabiendas de consignas para partírsela.

Miguel Buenache es un tipo, como indica su apellido, “bonachón” y afable, tremendamente servicial y muy eficaz que se mueve discretamente en los ambientes festivos madrileños con “mando en plaza”. La tarde era de José Tomás, al que Buenache idolatra, con toda la razón, como profesa amistad, de la “guay”, con el Sr. Gómez, don César, a la sazón Presidente de la corrida. Es de suponer que por empatía, “los amigos de mis amigos son mis amigos”, ambos quedaron “compuestos y sin novia” ante el anuncio de la ausencia de José Tomás. A partir de ahí, es de suponer, que otro torero, a ellos no les valía, menos el sustituto, menos si el “osado” era Julián López “El Juli”. Y pasó lo que pasó.
El madrileño gozó de uno de los tres toros encastados y nobles de un encierro de El Ventorrillo irreprochablemente presentado y que dio juego fifty-fifty.
De los tres “buenos”, 2º,3º y 4º, quizá el menos pastueño fue el primero del lote de Juli. Un animal que a cualquier otro espada menos puesto se le hubiera ido y que Julián supo sacar el fondo de raza que el animal tenía. No fue fácil. Para ello tuvo que hacer un esfuerzo desde el primer momento (ahora se dice “minuto 1”) en que sobó por el pitón menos aprovechable (el izquierdo) para, puliendo asperezas, desarrollar un toreo mandón de mano baja y trazo largo manejando, alternativamente, las dos manos. El toro no tenía mal embroque, lo que hacía aflorar más esta virtud que el defecto de tender a quedarse debajo. Juli le fue alargando la embestida hasta provocarle el último tranco con inusitado pulseo y temple. Faena de manual editada por un “maestro” rematada por una estocada con “denominación de origen”. El quinto daba pocas opciones y menos le dio Juli al “ventorrillo” abreviando en un trasteo que ya comenzó con los mismos tics y mensajes groseros de los “ilustrados”. A esas alturas Juli no tenía el cuerpo para “ruidos”. Su esfuerzo y su sentido de la responsabilidad se habían estrellado, una vez más, con un ejército de tontos, el vasallaje del “usía”, los fantasmas ausentes y la “connection”. De los polvos del 2º, los lodos del 5º.

Del absurdo contencioso entre lo que, erróneamente, llaman “Madrid” (con el “lacayaje” de cualquier “palco”) y El Juli, pudo sacar partido Talavante, “colega” de Sergio Ramos, a su vez “tronco” del bueno de Buenache, y a punto estuvo de funcionar toda la cadena de la “connection”. Gozó el, quizá, toro más completo de Ventorrillo, 3º, y su labor fue de disposición y cierta entrega con no mal manejo de los avíos, pero abusando mucho de “la ayuda de espada” al natural y recorriendo mucha plaza. Tenía la oreja en el esportón cuando se cruzaron las armas toricidas en su triunfo que quedó en vuelta al ruedo. El sexto no sirvió ni tampoco Talavante cruzó la línea roja de apostar a ver que pasaba.
Ocurrió igual con el primero de la tarde. Manolo Sánchez, en tarde fría, abrir plaza y temporada, era su primera corrida, no se dio coba ante un animal brusco y con la cara por las nubes al que le costó mucho despenar. Si tuvo un 4º con bondad y alegría al que por momentos sacó la suavidad y clase que el de Valladolid atesora, pero de forma tan intermitente y tan de más a menos que no escribe ninguna historia.


RESEÑA

Madrid, Plaza de toros de Las Ventas (1º categoría). Casi lleno en día lluvioso y antipático.
6 toros de El Ventorrillo. Hondos, bien armados y de gran remate. 3 encastados, 3º con mucho que torear, 4º alegre, 5º bondad. Los otros tres bruscos y complicados.
Manolo Sánchez, pinchazo, otro hondo, descabello, dos pinchazos y estocada baja; protestas. Tres pinchazos y estocada corta fea; silencio.
El Juli, estocada; petición y ovación con saludos. Tres pinchazos, estocada baja y descabello; silencio.
Alejandro Talavante, estocada atravesada, cinco descabellos; petición, vuelta y aviso. Estocada; silencio.


FOTOGRAFÍA: Juan Pelegrín

2 de junio de 2010

Aniversario: Carnes y cuernos, ¡el toro de Madrid!

Segunda corrida de la feria Aniversario. Casi lleno en los tendidos en tarde muy calurosa. Corrida de El Vellosino, fuerte, poderosa, con una media de 600 kilos, ni una gota de casta brava.
El primero se movió en los capote dando oportunidad de lucirse a Juan Mora. Toro “amplio”, grande, huesudo, con dos “leños”, fue remiso a embestir en la muleta. Mora le provocó consiguiendo sacarle muletazos estimables pero sueltos al no repetir el toro. Abrevió el trasteo ante las pocas opciones del animal y pinchó varias veces antes de descabellar tres veces a toro “tapado”. Sonó un aviso y el público protestó el mal manejo de los aceros. Algo más reunido pero grandón y tremendamente astifino fue el cuarto. Toro engañoso, viniéndose pero quedándose debajo, buscando; sin regalar nada. Juan Mora le anduvo firme, seguro, dándole buen trato intentado extraer muletazos de cada arrancada y llevándole, con exposición. No se enteraron. Montó la espada, siempre sale con la de acero, y agarró una estocada entera que necesitó de descabello.

Javier Conde pasó desapercibido con el capote ante toro muy alto y “montado” que, sin mala condición, no terminó de definirse ni en los caballos, manso, ni en la lidia del tercio de banderillas. En la muleta se vino, por su cuenta, a la querencia. Conde se lo llevó al tercio, se dobló con él y fuera de la raya lo llamó por el derecho. Toro de costoso desplazamiento, el torero desistió pronto, le dio aire con la muleta en dos pasadas y se fue por la espada. Afligido a la hora de matar lo intentó varias veces a “paso de banderilla” pinchando y provocando el rechazo popular. Descabelló por dos veces, sonó aviso y hubo bronca. Abanto, yendo varias veces al caballo, el quinto el picador se ganó una bronca por picar, cosas de Madrid. Descompuesto el toro y descompuesto el torero, al principio, se hizo el ánimo y lo pasó con buen aire por el derecho, quizá con excesivas pausas a toro venido abajo, en sus “humos, cuando se sintió medio podido. Pero el personal quería bronca y no renunció a sus premeditaciones. Conde les dio argumentos con la espada. Sonó aviso y se aplaudió al manso.

Salió el tercero con reacciones raras. Como perdiendo la vista. Quiso estirarse en lances Curro Díaz siendo desarmado. Derribó desveces al picador y en banderillas se desmonteró Montoliú por un par “marchoso” y de mérito, clavando reunido y arriba. Pronto el toro en la muleta fue rompiendo hacia adelante y Curro Díaz haciéndole las cosas bien y a favor. Toreo en redondo con cadencia y mano baja a toro protestón cuando le achicaba los espacios. Más complicado al natural por los cabezazos que pegaba llegando a despojarle de la muleta. A partir de ahí el toro comenzó a topar y el trasteo perdió vuelo. Lo pinchó antes de agarrar una estocada ejecutada con gran decisión. Se aplaudió al toro sin saber por qué y Curro saludó una fuerte ovación. Brindó el sexto al público entre ovaciones, sin que antes hubiera pasado nada. Animal de no mala condición y queriendo humillar se acabó pronto. Díaz lo quiso llevar por abajo y entre un desarme y algun enganchón le pegó pases buenos en series cortas pero el toro se negaba a repetir. Epílogo con naturales de frente de uno en uno de corte artístico y buena factura. Lo pinchó, el “buey” huidizo recorrió plaza al hilo de las tablas, dos vueltas. Se le fue la espada abajo, después.


FOTOGRAFÍA: Juan Pelegrín

1 de junio de 2010

Aniversario: 6 bóvidos, 2.000 pases y 23.000 bostezos

Feria del Aniversario, ¿Cuál?, pues según mis cuentas el 79º de la inauguración de la plaza, más o menos, porque el día exacto fue el 17. Lo cierto es que esta feria creada para compensar un pliego de condiciones erróneo, en el sostenella y no enmendalla por parte de la C0munidad, es una feria impostora. Sin embargo, la plaza se llena, sin que sea obligatorio sacar el abono para mantener la titularidad. Misterios de Madrid, donde todo son quejas y pancartas, pero con la boca chica.

Corrida con el hierro de Valdefresno, bien presentada y con hechuras, insulsa, descastadita, sin molestar pero sin deslizarse.
El primero tuvo nobleza y medio recorrido, sin mucho ímpetu. Diego Urdiales le pegó buenos pases de inicio. Como se le corrigiera la colocación, desde el “tendido ilustrado”, en los segundos muletazos el torero, sumiso y claudicante ante un sector que le apoyó incondicional cuando su condición de pobre era solemne, rectificaba terrenos y se perdía el concepto de ligazón. Con el toro metiendo la cara, con el celo justo, y los muletazos, por buenos que fueran, de uno en uno, la sensación es que el triunfo se le fue en divagaciones. Pinchazo y estocada algo trasera y desprendida para hacerse el silencio.

Mansote, de embestida corta y pesada fue el cuarto. Tardó Urdiales en coger el punto, en la corta distancia y con demasiado punteo de la muleta. Hubo un momento en que con la mano baja le pudo al animal y este se fue a tablas. Volvió a los medios y ninguno de los dos estuvo a gusto. Toro rajado y torero queriendo; el público ni quería, ni sabía ni entendía para al final descomponerse todo. Pinchazo, media, descabellos y aviso.
Rubén Pinar se hizo aplaudir por unos lances de recibo ceñidos y limpios. El toro metía la cara pero con viaje muy soso y la cara a media altura, sin clase, pero dejando estar. Pinar no se amedrentó por los reventadores y le aplicó su tauromaquia, que dicho sea de paso es primitiva. A lo suyo se afanó en pegar muchos pases, unos más templados, otros más limpios ente algún enganchón pero siempre toreando algo “por fuera” y diciendo muy poco. Pinchazo y más de media atravesada.
Parado llegó el quinto a la muleta de Pinar. El torero hizo un esfuerzo por agradar, sin aburrirse, pero no era la tarde propicia. Mató de pinchazo y estocada corta.
El tercero estaba resentido de los cuartos traseros y fue protestado. Antes se había lucido en lances y vistoso remate Miguel Tendero. El toro pasaba y el torero le acompañaba la embestida con cierta limpieza y ligazón, pero sin alma ni expresión. Fue labor larga y en ningún pasaje levantó más e unas cuantas palmas agradecidas. Lo pinchó reiteradamente y sonó aviso.

La tarde discurría soporífera. El calor y bochorno hacían mella, sobremanera en los tendidos de sol, lógico. Mediada ¿la lidia? Del quinto se animó el cotarro con cambios de improperios entre los tendidos más próximos del sol y sol y sombra. Poco importaba el toro sexto y Tendero como toda la corrida. Este sexto quiso empujar para adelante y Tendero le dio sus tiempos y su lidia. Series cortas, mano baja y llevarlo sin un aplauso alentador. Se rajó el toro y todo terminó como se pretendía, mal ambiente. Entre los toros, toreros y público lo consiguieron. Enhorabuena.

FOTOGRAFÍA: Paloma Aguilar

31 de mayo de 2010

San Isidro: Broche estúpido a pie. Apoteosis a caballo

Mosqueo para cerrar San Isidro. Dos de los hierros anunciados en lo que antaño era la semana torista y que gozaban, hasta el viernes, del favor de la afición de Madrid, Palha y Adolfo Martín, irresponsablemente se dejaron acartelar sin estar preparados para lidiar en Madrid. Palha, que ha querido abarcar en el lapso de poco más de un mes, o menos, Madrid, Sevilla, Bilbao ha pagado el pecado de soberbia que no de ambición. Solo pudo lidiar cuatro toros, y el primero del encierro pasó el reconocimiento por “consenso” para evitar la obligatoriedad de devolución de entradas. A Adolfo de diez toros presentados solo se le aprobaron dos y optó por retirar la corrida que fue sustituida por otra de Marqués de Domecq que a la postre resultó ser la peor de toda la feria y contribuía así, con broche de hojalata, a abundar en la idea de una feria muy mala, o la peor de los últimos años, cuando la letra pequeña, no es que desdiga tal evaluación, pero matiza y tamiza,sí, otras causas por lo que esta edición ha sido realmente mediocre y ful: el paso acomodaticio y conformista, adocenado de las figuras del toreo, y sálvese quien pueda.

El viernes la corrida de Palha echó dos toros buenos. Uno muy notable y encastado, el tercero con el que naufragó un torero, nuevo en San Isidro, que se acordará de él toda la vida: Francisco Javier Corpas, que tampoco supo ni pudo, con un excelente sexto del hierro de Torreón. Fue tarde de madurez de Millán sin toros y sin público que asimilara su técnica y su aplomo pisando la plaza. El primero era chico y “tonto”, lo mató. El cuarto una alimaña. Hubo en el lote de Robleño un toro malo, de los de Palha, al que le “regateó” hábil, para que, sin saber porque, o sabiéndolo, el público tomara partido por el animal y se pitara al madrileño que veía como se le “iba” el excelente 5º de la vacada del maestro César Rincón, hasta que en un momento de lucidez se puso, se cruzó, se decidió, le aguantó y bien “matado” terminó cortándole la oreja. La quinta y última de la feria.

Lo del sábado fue lamentable. Se llenó la plaza a pesar del derecho a canjear el boleto por sustitución de la corrida. Se protestó todo, quizá con razón, pero se notaba mucho la premeditación y el mal rollo. Se consiguió devolver al que abrió plaza para salir un ejemplar, peor, de Cortijoliva. Fundi, ni con este, ni con el cuarto anduvo más motivado que lo justo. Rafaelillo, en buen momento, fue todo voluntad y cabeza fría parra intentar redondear feria, pero su lote dio poca opción. Tan solo el sexto se movió y permitió a Javier Valverde, decidido y exponiendo, estar por encima de su oponente y poder despedirse de Madrid, este año será su última temporada en activo, con una calurosa y cariñosa ovación.

Domingo de Apoteosis. Corrida de rejones, espectáculo fuera de abono, de transición, entre San Isidro y feria de Aniversario, que, por otra parte, se ha hecho clásica. Se ha “vendido” como el “duelo” entre Ventura y Leonardo haciendo un poco de lado a Sergio Galán. Fueron saliendo los de “Los Espartales”.
Buena monta y seguro clavando Galán en el primero, solvente con el rejón de muerte, oreja. Gran lidia al toro menos lucido. El cuarto. El matar a la segunda y provocar vómito con el rejón abortó la Puerta Grande y todo quedó en saludos desde el tercio.
Ventura rayó a la mayor altura. Sobre todo en su primero a lomos de “Distinto” con el que clavó citando y reculando la montura para quebrar en el embroque. Mató y cortó las dos. Manso fue el quinto, pero con paciencia y maestría lo desengañó. Con “Morante” llegó al cénit, rematando, mordiendo el caballo al toro. Lo mató, pleno.
No le fue a la zaga Leonardo, con sus estrellas Verdi, citando muy de largo y Sarope en violines cortos. Falló a rejones. El sexto lo dejó crudo, como siempre; uno de castigo. Con “Quieto” calentó la “olla” citando muy en corto. “Sarope”, otra vez, redondeó labor con los “violines”.Breve pero intenso y muy puro, todo. Metisaca con el de muerte, abajo. Todo por la borda.


RESEÑAS

Plaza de toros de Las Ventas, Madrid (1º categoría)

Viernes, 22ª abono. Lleno
4 toros de Palha, 3º (bueno) ovacionado y 2 aplaudido.4º pitado.
2 toros de Torreón (5º ovacionado y 6º aplaudido) encastados y con ritmo.
Jesús Millán, estocada fea, dos pinchazos, atravesada y descabello; silencio. Pinchazo y media estocada; silencio.
Fernando Robleño, estocada baja; pitos. Estocada caída; oreja.
F. Javier Corpas, pinchazo, otro bajo y descabello; pitos. Estocada caída; aviso y silencio.

Sábado, 23ª de abono (última). Lleno
6 toros de Marqués de Domecq (1º devuelto). Mansos, descastados, huecos, sólo el 6º se movió algo.
1 toro de Cortijoliva, malo.
El Fundi, media estocada y dos descabellos; silencio. Estocada; silencio.
Rafaelillo, pinchazo, estocada corta y descabello; silencio. Estocada casi entera; silencio.
Valverde, estocada baja atravesando, dos pinchazos y descabello; silencio. Buena estocada; ovación con saludos.

Domingo. Corrida de rejones (fuera de abono). Lleno.
5 toros de Espartales, destacó el tercero.
1 toro de Bohórquez, 6º se dejó.
Sergio Galán, rejón efectivo; oreja. Medio rejón y rejonazo con derrame; ovación con saludos.
Diego Ventura, rejón letal; dos orejas. Rejón de efecto rápido; dos orejas.
Leonardo Hernández, rejón trasero; aplausos. Rejón, metisaca, abajo, otro caído y rejón arriba más descabello; fuerte ovación con saludos.


SUMARIOS

Los rejones son el salvavidas económico y artístico de muchas ferias, San Isidro también.
Pleno, 4 orejas, de Ventura. Galán Y Leonardo pierden triunfo con el rejón de muerte.

FOTOGRAFÍA: Juan Pelegrín

27 de mayo de 2010

San Isidro: Aguilar, dos, y Bolívar, ovaciones sinceras

21ª corrida de abono. Lleno en tarde ventosa, mala para los toreros, y gris, tontorrona. Dicen que en tardes como esta los toros acusan, entre nostálgicos y depresivos, lo plomizo de la meteorología, tal cual humano, no dejan de ser seres vivo, y que atemperan su fiereza, en este caso se domesticaron tanto que, sin fuerzas, tres fueron devueltos por diferentes causas. Pasó con el primero de Javier Pérez Tabernero, la corrida pasó completa, un animal pastueño, con ganas de embestir y emplearse pero muy blando. El Fundi intentó estabilizarlo, pero allí no había emoción y abrevió. El cuarto fue toro noble, repitiendo, con las fuerzas justas. Fundi le hizo un trasteo limpio y ligado por ambas manos, de menos a más, en los medios, con toreros remates de las series, pero por lo que fuera no terminó de tener gran eco, quizá porque el público espera El Fundi de “guerra”. Toro aplaudido y palmas al torero.

Un turno, cuatro toros
El segundo Salió corretón, muy en “Atanasio” –precioso de hechuras y con no mala condición-, e intentó saltar al callejón, quedándose en el intento por falta de fuerza. Luego se pegó una voltereta y terminó por ser devuelto. El sobrero lucía el hierro de Domínguez Camacho, toro de excelente tranco ante el que se lució con el capote Sergio Aguilar, pero la intentar un quite Bolívar el toro se “rompió”: devuelto, fue apuntillado, y ovacionado en el arrastre. Segundo sobrero, de Torrehandilla, cinqueño “pasado” y con cabeza camarguesa. Con poca fuerza, se la gastó en dos entradas al caballo, salió cayéndose…y al corral. Aguilar par su cuarto toro de este turno, segundo de la tarde. Ejemplar del Conde de Mayalde, también “veterano” que se empleó en la cabalgadura. Noble pero defendiéndose, echando la cara a las nubes, en la muleta, de inicio le pegó una fea voltereta a Aguilar que, sin mirarse (llevaba un puntazo), le llevó templadito y lento, suave por bajo en muletazos estimables y meritorios por lo corto que se quedaba el toro, “tobillero”. Lo pinchó para dejar una gran estocada. Saludó una cálida y merecida ovación. Quinto de embestir cansino pero yendo y repitiendo un par de series, luego se descompuso. Aguilar le fue haciendo las cosas muy bien mientras “se dejó” y lego se pegó un serio arrimón que, aunque tarde, fue reconocido. Un desarme enfrió el reconocimiento. Mató por derecho de estocada en buen sitio. Otra ovación, fuerte, tuvo que saludar.

Bolívar, corazón de Rincón
Bonitas hechuras lucía el “burraco” tercero. Bolívar brindó a El Fundi. Toro alegre viniéndose de largo, lo citó en los medios varias veces y cuando se decidió a aguantarlo y bajarle la mano, llevándolo, toro con gran empuje y transmisión (no fácil, con mucho que torear) brotaron las ovaciones. Lo intentó pir el izquierdo a toro más brusco y le buscó el derecho para otra serie con vibración. Expuso, valiente, se volcó en la estocada que quedó tendida. Valor, ganas, decisión y entrega, pero faltó algo, ¿qué? Toro ovacionado y Bolívar, que había escuchado un aviso, también lo fue, saludando. En el sexto se aplaudió mucho la labor del picador Leiro. El toro no se había definido en los primeros tercios y pareció dañarse al salir del embroque del segundo par de banderillas que se acrecentó con “volatín” en el primer muletazo. Definitivamente el toro no pudo. Bolívar lo intentaba a media altura pero cualquier “toque” el animal lo acusaba perdiendo las manos o derrumbándose. Sin opción mayor que matarlo y lo hizo con decisión.

FOTOGRAFÍA: burladero.com

26 de mayo de 2010

San Isidro: Ni con el toro de encargo

Polémica corrida de La Prensa. Al menos es lo que han pretendido algunos sectores de afición y prensa argumentando la poca seriedad que suponía que cada torero se trajera sus toros “de cabecera” y que no hubiera el preceptivo sorteo. Esta es una práctica no habitual pero en absoluto nueva. Sin embargo eran más los alicientes que rodeaban al festejo, pero desde hace algún tiempo se ha instalado un ambiente enrarecido a todo lo que rodea San Isidro que hace que los árboles no dejen ver el bosque. Incentivos para el aficionado como escrutar la responsabilidad de cada torero a la hora de afrontar un compromiso en Madrid puesto que cada uno es responsable del trapío, hechuras y seriedad de los animales que premeditadamente ha elegido para lidiar. Así, no podría ser de otra manera, pulsar el momento de Juli con un toro de Santa Coloma, del hierro de La Quinta que es uno de los de “cámara” de la afición torista madrileña.

Pero baza mayor quita menor y la consigna es acosar a El Juli. Así el ejemplar que abrió plaza, muy en tipo y con hechuras, fue protestado porque además, al emplearse, perdía las manos. Juli le sobó, sereno. Le pasó y le llevó con limpieza por el izquierdo donde el animal tenía embestida noble pero costándole, pesadote. Le ayudó a ir hacia adelante, se rebosó por el derecho y le cuajó el epílogo ganándole los adentros a toro sin codicia. Hizo del Santa Coloma una babosa. Mal con los aceros. El de Victoriano del Río salió con muchos pies para apagarse pronto. El toro andaba cogido con alfileres pero el presidente, a pesar de pedir el cambio el torero, se empeñó en que entrara por tercera vez al caballo. Un muermo en la muleta, Juli, breve. Falló, nuevamente, a espadas.

El ejemplar de Cuvillo no se dejó con los capotes y la lidia fue prolija. Claudicó en el comienzo de faena de Perera para luego, defendiéndose, no tener mala condición en cuanto a franquía en el viaje y voluntad de repetir. Con el viento en contra Perera no le confió el punto de temple mientras el animal iba descomponiendo la embestida y parándose. Con cuatro, por alto, sin enmendar comenzó Perera su trasteo al de Ventorrillo. Buen toro, pidiendo sitio que no siempre le dio el torero al que se le notó mucho la pérdida de pasos por no llevarlo en línea y rematar pronto. Rectificando terrenos la labor no cogió nunca vuelo.
El tercero, de Domingo Hernández, se arrancó fuerte a la muleta de Cayetano que le recibió por estatuarios con quietud y empaque. Toro bueno por el derecho, repitiendo, al que Cayetano lo acompañó con cierta ligereza. Aún más destemplado a izquierdas. Afligido con la espada. Cerró festejo un toro de Cortés con tendencia a perder las manos. Cayetano tampoco hacía por asentarlo y las protestas iban de menos a más. La plaza perdió los papeles, cada pase era un ¡ole! de rechifla irrespetuosa ( la censura se expresa de forma más elegante y menos burda) Cayetano fue desarmado y la tarde se metió en “bronquita”. La verdad es que era para más, pero hasta en la protesta la tarde fue rácana a fuer de maleducada.

RESEÑA

Corrida extraordinaria de La Prensa. No hay billetes.
1 toro de La Quinta, noble, mansito.
1 toro de Cuvillo, poca fuerza, noble.
1 toro de D.Hernández, encastado.
1 toro de V. del Río, parado.
1 toro de Ventorrillo, noble, reponiendo.
1 toro de T. de Cortés, noble, sin fuerza.
El Juli, tres pinchazos, media y cinco descabellos; aviso y silencio. Dos pinchazos, estocada corta y dos descabellos; silencio.
Perera, estocada atrás; silencio. Pinchazo, trasera y dos descabellos; aviso con protestas.
Cayetano, dos pinchazos y estocada atravesando y descabello; silencio. Pinchazo y estocada; silencio.

FOTOGRAFÍA: Juan Pelegrín

25 de mayo de 2010

San Isidro: Aparicio y El Cid vs Gerardo Diego

“En un pitón lleva la suerte y en otro anida la muerte”, Poema del toreo, Gerardo Diego (1.963). La “parca” rondó por Las Ventas. La tecnología punta hizo estragos. La foto del pitón saliendo por la boca de Julio Aparicio era “guernikarra” y se pasaban los “móviles” de mano en mano ante el estupor: una imagen vale más que mil palabras. No había hecho más que comenzar la faena de muleta del primero de la tarde. Un toro, muy bajo y bien hecho, de Juan Pedro Domecq, que apuntó clase desde salir por chiqueros y al que el madrileño le había saludado majestuosamente con medios lances “apaulados”. Le había desahogado por alto, seguro, tranquilo (venía feliz a Madrid tras cortar las dos orejas a un toro el día anterior en Nimes) y desafiando a las rachitas de viento se lo sacó a los medios cuando el animal le medio derribó con una pata, intentó incorporarse el torero pero repitió el animal por lo que intentó protegerse con la muleta pero sin fortuna, el toro hizo por él y le infirió la grave, desagradable y morbosa cornada. Morante, tímidamente –respetuoso con el compañero herido- disipó, en tres o cuatro muletazos, suaves y mecidos, cualquier duda sobre la calidad del “juanpedro”. La otra corrida, la de las doce de la mañana, hora del sorteo, era para Aparicio. A partir de ahí se desbarató la tarde. Los cambios de turno, la desigualdad de hechuras de los “funos”, su falta de fuerza, la suelta de sobreros de otros dos hierros, la decisión de Cid de echar por delante sus toros y dejar el sorteado 4º para cerrar plaza y que a la postre fue en extraordinario ejemplar por el pitón derecho.
Aparicio había tentado la suerte con tino, pero ésta no da resquicio a lo preconcebido para en sus caprichosos cambios de sino, sin explicación científica que lo sustente, seguir alimentando, de forma macabra, su “prestigio” de veleidad imprevisible. Y al igual que el infortunio se lo encuentra uno sin argumentos terrenales posibles, la fortuna, para que te sonría te tiene que pillar preparado sobre los cimientos de la fe…en uno mismo. Lo hizo El Cid, tras ser muy cuestionado desde hace meses. Su feria había pasado mediocre y ,como el “Alcoyano”, a pesar de todo, pidió prórroga. Su intachable hoja de servicios en esta plaza y a la tauromaquia se impuso al “sentido común” que desaconsejaba fuera el sustituto de Manzanares provocando una especia de boicot en sus turnos de actuación pasados por sms incluseros de responsabilidad. El despropósito no hubiera prosperado, por desagradecido, grosero y abyecto, pero en cualquier caso la tarde estaba para El Cid que con los cambios de turno creo la confusión en los reventadores. Echó su primero por delante, un toro tan noble como soso, y le sirvió para, asentado y seguro de lo que se jugaba, apuntar a “sus fueros” y ganarse su primera ovación. Volvió a tener en el sobrero de Gavira un animal que sin propiciarle el triunfo esperado para reivindicarse le sirvió para dar otro paso más. Vencida la tarde con un Morante impotente ante un “equino” impropio de aprobar para festejo de lidia y un “tris”, sobrero, de Camacho (otro caballo, pero de fotógrafo) en el que dibujó lances de aviso sobre sus pretensiones de ser el “capo” de esta feria, salió ese toro que burló los designios humanos y birló a Aparicio para ofrecer a Cid no solo la extremaunción “in articulo mortis”, según muchos agoreros, si no la bendición de Dios con un pitón derecho al que Cid en su mejor versión, el tópico entendía tan sólo de “su zurda”, exprimió con espera, cadencia, largura, temple, remate y ligazón en cuatro series; cabeza fría para ponerse lo justo por un izquierdo más áspero, y medir la ambición, porque en su casuística puntual una oreja suponía un “carguero” de oxígeno…para todos. Tanto que ahora, si hubiera que sustituir a Aparicio, debería ser la afición la que pidiera la comparecencia de El Cid.

Bajó el espectáculo de ayer de los rejones por mor de la mansadita de Flores Albarrán. Cumplió Sergio Vegas e hicieron un esfuerzo tanto Ventura como Leonardo para abrir la Puerta grande. Ventura, al tran tran, con una oreja de poderío y técnica en cada toro y Leonardo por la espectacularidad en la eficacia del rejonazo de muerte que le valió dos “moqueros” del señor presidente, el que a los de a pie les mide de otra forma y les esconde la que otorga el público. Será que el “usía” valora más matar toros afeitados que en puntas... ya lo dijo ¿El Guerra?, “hay gente pa tó”.

Para el domingo Cuadri trajo un encierro grandón, de no malas hechuras que resultó mansote en el caballo y de juego desigual en la muleta. El primero fue noble, algo soso, faltó empuje y López Chaves lo muleteó con sobriedad y corrección. También le faltó un punto de chispa para compensar las carencias del animal que fue de menos a más corrigiendo vicios iniciales. El cuarto manseó mucho de salida para luego dejarse, a su aire, sin clase. Chaves se justificó con oficio y buen trato.
El segundo tuvo un comienzo alegre en la multe de Salvador Cortés que le llamó de largo y se arrancó. No se acopló Cortés entre el viento y la colocación para después irse apagando el toro, tardo en la arrancada pero luego repitiendo para irse viniendo algo abajo. Alguien dirá que aburrido. Se acopló bien por el derecho en el quinto. Toro de viaje claro pero pesado y corto, además de ritmo intermitente. Por el izquierdo los dos se quedaban cortos y todo se vino abajo al final.
Transmisión tuvo el tercero, que se paró algo en entramo final, y lo aprovechó David Mora con unas maneras excepcionales y un valor seco para torear muy templado y despacio. Pausado, sin prisa pero sin pausas. Tanto con el capote como con la muleta. Actuación muy seria que iba para premio, pero se le fue la espada abajo después de tirarse decidido. Fue ovacionado. Muy deslucido fue el sexto. Mora intentó hacer su torero serio de concepto y a favor del toro pero cuanto más lo intentó la cosa se ponía peor y el público se impacientaba. Mal con los aceros.


RESEÑAS

Feria de San isidro

Plaza de toros de Las Ventas, Madrid (1ª categoría)


Viernes 21. 16ª de abono. Lleno
6 toros de J. Pedro Domecq, devueltos 4º y 5º, según orden de salida. Muy desiguales. Bueno el 1º, excelente por el derecho el 6º.
2 toros de Gavira, 4º, noble, justo de fuerzas, devuelto el 5º bis
1 toro de M.C. Camacho, parado.
Julio Aparicio, cogido grave en el primero, mató el toro Morante de la Puebla.
Morante (3º y 5º) media estocada; silencio. Dos pinchazos y media caída; silencio
El Cid (2º,4º,6º) dos pinchazos y media; ovación. Estocada atrás y ladeada; ovación. Estocada; oreja.


Sábado 22. 17ª de abono, 2ª de rejones. Lleno
6 toros de Flores Tassara, mansos y deslucidos.
Sergio Vega, pinchazo y medio rejón trasero; saludos. Dos pinchazos, rejón y descabello; saludos.
Diego Ventura, rejón contrario; oreja. Rejón ladeado y descabello; oreja.
Leonardo Hernández, dos pinchazos y rejón; silencio. Rejón letal; dos orejas.


Domingo 23. 18ª de abono. Lleno
6 toros de Cuadri, grandes. 1º y 2º noble. 3º y 5º ovacionados.4º y 6º mansotes.
López Chaves, pinchazo, estocada contraria y dos descabellos; saludos. Pinchazo y estocada caída, silencio.
Salvador Cortés, dos medias y dos descabellos; silencio. Estocada; pitos.
David Mora, estocada caída; ovación. Cuatro pinchazos y varios descabellos; silencio.

FOTOGRAFÍA: Paloma Aguilar

San Isidro: Uno o dos toros, detalles y matices

Más de lo mismo.15ª de feria. Lleno. Cartel de imposible cumplimiento en cualquier otra feria. Otro más. Si bien, cada uno de los toreros de la terna tiene su historia particular de triunfos en Las Ventas. Lo mismo que el hierro, otrora corrida señera, Baltasar Ibán.

El primero fue noble. Algo renuente, pero en cuanto Eugenio de Mora le puso la muleta en la cara y no se la quitó, por abajo, templando, sin que le enganchara el toro tenía repetición y emoción. Fue una serie y corta, luego voluntad y algo de barullo. Tres naturales finales fueron buenos. Lo mató decidido y saludó una ovación. Bruscote se fue poniendo el cuarto. Buen comienzo de rodillas saliendo al tercio y luego labor sorda con exposición, no podía ser lucida, pero tampoco bien valorada, sí la gran estocada, por lo que saludó una fuerte ovación.

Serafín Marín hizo el paseíllo a la “catalana”, con barretina por montera y liado con la senyera a guisa de capote de paseo. Su primero manseó de salida para humillar y repetir, con calidad, en la muleta. El catalán se lució con un toreo de largura y temple pero en diferentes fases, sin compactar. Lo remató de un espadazo rotundo pero caído. Ovación al torero y muchos aplausos al toro. No tuvo suerte con el quinto, un ejemplar grandón con nada de casta, la cara arriba y muy poca fuerza. Serafín se quiso justificar sin volver la cara e intentado robar algún pase.

El tercero se dañó en una voltereta espectacular; lo acusó. Inició Bolívar con un precioso “cartucho de pescao” y luego anduvo sobrio y centrado para superar las adversas condiciones del animal, deslucido, por lo ya apuntado. Pinchazo y estocada baja. El sexto comenzó metiendo bien la cara pero sin fuerza para desarrollar, y pronto se rajó. Las opciones de Bolívar no eran muchas salvo no aburrirse en la cara, robar los que podía y estar por encima. Todo medido, cualquier cosa menos ponerse pesado. Dos pinchazos y media, se echó, sonó un aviso y todos a casa.


FOTOGRAFÍA: Paloma Aguilar

18 de mayo de 2010

San Isidro: ¡Esto es Madrid! Ovación a moruchos de pañuelo verde

Dos toros al corral, tres en dos días, y todos tan felices.12º de feria y 2ª de las novilladas programadas, casi lleno. Novillos de Moreno Silva.Al cierre, no había salido sexto, el “circo romano” hacía las delicias de la muchachada del 7. Aplaudía a los moruchos de Moreno Silva e increpaba a tres incluseros que pasaban sus fatigas.

Paco Chaves es torero de gran preparación atlética. Gracias a ello puedo cuajar con emoción un tercio de banderillas vibrante por la velocidad que desarrollaba el animal. Humillando poco, se movió mucho y no mal, ni bien, para terminar rajado y revoltoso. Voluntad del torero sin entendimiento entre ambos. Un “quinario” para matarlo y no poder. Tres avisos. Lamentable ovación al novillo. Se fue “a porta gayola”, en el cuarto, saliendo arrollado. Novillo manso, con síntomas de “tentado”, de momento, en el caballo. Banderilleó como pudo. En la muleta el novillo tenía indicios de “toreado”. Chaves, o se asustó o fue avispado y fue por la espada. Otro calvario para matarlo, pero lo consiguió. Pues hubo palmas al “funo” y pitos al torero.

El segundo tampoco humilló pero llevó cierto ritmo en los viajes. Hidalgo le hizo un trasteo correcto de planteamiento pero de series muy cortas y pases, muchos, pero de poco trazo; lució mucho en los de pecho. Lo mató de “pescuecera” que provocó rechazo. Más aplausos al novillo. El quinto fue otra “prenda” amoruchada que cortaba por los dos lados y apenas quiso caballo. Haciéndose el desentendido en la muleta sacaba pies en cuanto veía alguien indefenso. Hidalgo Tomó la espada pronto intentando disimular el ataque de pánico,¡lógico!, y el público tomando partido por la “alhaja”. Otros tres avisos.

Cara a media altura, yendo y viniendo se mostró el tercero. Antonio Rosales se mostró animoso y con cabeza despejada, pero está muy poco toreado y se le notó en la ligeraza con que movió los avíos. Lo mato fácil. La psicosis hizo estragos y más de lo mismo aunque el novillo fue otra cosa más lidiable. Por lo menos salieron vivos los tres.

FOTOGRAFÍA: Paloma Aguilar

San Isidro: ¡Gracias al festejo dominguero! Ni Juli ni Castella

“Semana horríbilis”. Así las cosas, las esperanzas estaban puestas en la corrida de ayer, sábado. Pero ni los de Garcigrande sirvieron para que las figuras, Juli y Castella, triunfaran en la exigencia que el público tiene respecto de las mismas, ni las mentes estuvieron claras y despejadas para improvisar a favor los continuos y desconcertantes cambios de comportamiento de la corrida. Pudo hacerlo- cortar oreja- Juli en su toreo mandón y largo por el buen pitón derecho del que abrió plaza abusando del mismo, pero –acusando, otra vez, el ambiente hostil- se empeñó en alternarlo, testarudamente con un toreo al natural de mucha dificultad por los cabezazos que pegaba el toro. En el cuarto, la sosería del animal perjudicó la correcta y serena labor del madrileño, que además en ambos falló a espadas, al igual que Castella. Serio, siempre, y dispuesto, pero en tarde en que afloraron los desarmes y enganchones. Tampoco Daniel Luque tuvo enemigos de triunfo, pero su forma atropellada de andar por la plaza no le redimió y sí acrecentó las muchas dudas que ha dejado en sus últimas actuaciones sobre su capacidad.

Si la corrida de Parladé (jueves), deslucidísima, tuvo críticas dulces de los medios afines, otro tanto ocurrió con el club de fans de los hermanos Lozano respecto al encierro de Alcurrucén (viernes). La corrida tuvo la suerte de taparse por ser mejor blanco y diana un Manuel Jesús “El Cid” que no disimula que quiere… pero que no puede. Chispazos, atisbos, un esfuerzo, un desfallecimiento, otro empujoncito….total para descubrir algún fondo del toro quinto, hacer ver por bueno lo menos malo del animal (y del encierro) y ser el centro de la crítica. Tarde en la que el arrojo, siempre precipitado, de Tendero tapó tremendas carencias de su lote, como su bisoñez hizo aflorar alguna pequeña virtud de sus oponentes, el sexto, brusco y con genio, lo llaman encastado, que se magnificaron por los adictos. Uceda, más frío que de costumbre ha consumido sus dos turnos de esta feria de forma gris e indiferente. Son cartuchos derrochados de los pocos que por razones obvias van quedando en la recámara para que Madrid sea plaza sobre la que giran sus temporadas. Alerta roja.

Domingo. Gabriel Picazo tuvo toro mansito, pero bueno para el torero. Picazo estuvo limpio y con gusto. Lo entendió y le pegó pases buenos. Faltó, quizá, romperse algo más. Se quedó en la carra a la hora de dejar media estocada saliendo volteado. Saludó una ovación. El cuarto, de Pereda, le costaba humillar, pero obligándole obedecía. Repetía además. Le forzó Picazo, y aunque algo por fuera, le ligó series meritorias. Sereno, centrado y con buenas maneras. Quiso hacerle demasiadas cosas. Volvió a saludar aunque con alguna protesta de la “ilustración”.
Emilio de Justo pronto se “despatarró” en un quite al primero de gran empaque. Su primero hizo regates de salida pero transmitió mucho en la muleta, entre el genio y la casta. El extremeño le consintió mucho y mostró buen concepto y preparación. No era fácil. El gusto ya era conocido. En el mejor momento, con dos naturales hondos, ligados, perdió pie y se cayó en la cara. Volvió, y aunque pegó pases buenos careció de dejársela al tercero y hacer las series más largas. Sonó un aviso toreando. Se hartó de pinchar y…al corral a toro echado. El quinto tendía a tirar el derrote y De Justo no acertó a templarlo prodigándose los enganchones y punteos.
El tercero llevaba hierro de Pereda. Toro miró, venciéndose y cortando por el derecho, “pregonao”. Por el izquierdo al segundo, tercer pase, era peor. No se arredró Lancho y le plantó cara. Un metisaca en los bajos abortaron los aplausos de reconocimiento. El sexto tuvo movilidad, no siempre formal. Lancho derrochó disposición, a ve es con errores técnicos retoque y colocación l oque le suponía coladas de riesgo. De buen inicio en la arrancada no terminaba de pasar deslizándose suave, pero bueno; para tener mayor oficio. En alto la gran voluntad de Lancho.

Domingo16.11ª de feria. Casi lleno.
4 toros de Los Bayones, 1º bueno, aplaudido. 2º y 6º encastados. 5º defendiéndose y de Pereda, 3º, malo.4º, con motor.
Gabriel Picazo, media estocada; ovación con saludos. Pinchazo, estocada desprendida y descabello; saludos.
Emilio de Justo, doce pinchazos y tres descabellos; tres avisos echándose el toro. Pinchazo, estocada y descabello; silencio.
Israel Lancho, pinchazo y metisaca; silencio. Estocada; silencio.
Incidencias.- Minuto de silencio en memoria de Joselito y ovación de inicio para Lancho.

FOTOGRAFÍA: Paloma Aguilar

17 de mayo de 2010

San Isidro: Seis tediosos silencios, seis. ¿Parla…qué?

¡Por fin!, una corrida completa pasa el reconocimiento. Veleidades del destino, Parladé. El segundo hierro de la familia Juan Pedro Domecq, ganadero denostado por la “ilustración”! de esta plaza, pero que ha sido, hasta el momento, de los poquitos, por no escribir el único, que ha cumplido con sus deberes previos. No así en su juego, mansos y blandos, parados y de presentación justita. 8º de feria. Casi lleno en tarde antipática. Confirmó alternativa José Manuel Más. La eterna esperanza madrileña que como tal ha gozado de oportunidades cuajando redondas pocas. Toro muy blando y poca raza fue el del doctorado, defendiéndose; esas eran sus dificultadas. El torero acusó el “salto” con pocos recursos y más decisión para taparse y además abrevió con la ambición cortita.. Pinchazo hondo y estocada. El sexto dio poca chance en el capote. Lo recibió en los medios con la muleta, se vino el toro, pero ahí medio se quedaba, tragándose el primero y luego reponiendo gazapón. Atisbos de intentos en Más con la decisión muy medida. Fácil con el acero.

El padrino, Diego Urdiales, llegó precedido de gran ambiente por sus ferias anteriores pero sobremanera por su gran actuación el 2 de mayo. Su primer oponente manseó mucho en los primeros tercios y llevó lidia deficiente. En la muleta Urdiales le dio sitio, el toro era pronto, y aprovechando la inercia lo llevó se la dejó y lo trajo. Series cortas, dosificando, con cabeza y buen aire en el trazo del pase. Por el otro, no pasaba. Luego, se paró. Ayudados por alto y trincherazo limpios por bajo como epílogo y estar muy por encima. Lo mató decidido pero la espada tuvo deficiente colocación. Se le aplaudieron los lances de recibo al cuarto, jugando bien los brazos. Un ejemplar cuajado que se movió bien y con fijeza. Se desplazaba en medio viaje pero le costaba repetir en la muleta y se paró enseguida. “Lo pasó” Urdiales con académico aseo, un punto prosopopéyico, y por lo tanto transmitiendo nada y siendo apremiado por el personal, molesto por tan exquisita dilación hasta sonar el aviso. Luego lo mató. Matías Tejela sorteó para tercero un ejemplar noblote con las fuerzas justas. Se lució Urdiales en un quite con lances muy suaves y replica del alcalaíno capote a la espalda. Bonita apertura de faena, por bajo, improvisada, antes de brindar al público. En los medios el animal protestaba, con bondad, quedándose corto. Quería pero no podía. Menos renuente por el izquierdo, apenas, Tejela le pasó, breve, sin estrecheces. De tal guisa mejoró por el derecho ajustándose más el torero hasta ser desarmado. Cerró con un remedo de arrimón al que la poquedad del toro le quitó emoción. Lo pinchó varias veces. El quinto resultó un borrico parado sin más opción que matarlo y lo hizo con dos pinchazos y descabello.

Mañana comienza la llegada de las figuras. Poquito a poco. Lo hace El Cid, que si no atraviesa su mejor momento, se mantiene la esperanza que sea en “su Madrid” donde repunte. Uceda leal cumple ciclo, sin que en la anterior pasara nada y llega Miguel Tendero, el joven de Albacete que el año pasado tomara la alternativa en esta plaza causando una inmejorable impresión. La corrida de Alcurrucén es una de las preferidas de la afición venteña, está en buen momento, recordar Valencia, y está en el “top” de hierros de prestigio y garantías.

FOTOGRAFÍA: Paloma Aguilar

San Isidro: Triunfó Leonardo, a caballo. Puerta Grande con tres orejas

7ª de feria. Corrida de rejones, la primera de tres programadas en el ciclo. Plaza con lleno aparente. Tarde nublada y fría. Corrida de Luis Terrón de aceptable presencia y juego desigual.

El primero resultó noble, con buen aire que se fue apagando algo. Rui Fernandes protagonizó un primer tercio de rejones de castigo laborioso y n excesivamente lucido. Se le negó la montura en banderillas y resolvió el caballero portugués con oficio. Rotundo con el rejón de muerte, fue ovacionado. Se llevó el lote. El cuarto fue bueno, con son y ritmo. Fernandes cortó una oreja con una lidia y torero a caballo basada en la espectacularidad.

El segundo toro fue noble pero con tendencia a pararse. Había que provocarle mucho y Cartagena con una excelente cuadra en la que sobresale Magno le hizo un trasteo alegre, de buena monta y ajustado al clavar que gustó mucho. Lo pinchó. Cartagena fraguó su actuación en el quinto a lomos de Pericalvo, espectacular, y la sobriedad de Bisbal para las cortas en carioca. El toro sosote, sin embargo le dejó hacer a Cartagena que tenía ganas de revancha y triunfo. Mató certero y cortó su oreja.

Leonardo Hernández es, en estos momentos, la gran promesa del rejoneo entre los jóvenes emergentes. Su primer enemigo no fue fácil por manso y aquerenciado. Con depurada monta y sentido de la lidia consiguió lucirse, pisando terrenos muy comprometidos, en los tres tercios en una labor de menso a más que remató con rejonazo, pero contrario, y todo quedó en una oreja. Impecable en la lidia del sexto. Trayendo y llevando al toro. Adornándose en las entradas de la suerte, clavando con acierto y variado y saliendo garboso. La cuadra, muy trabajada, es complemento de su éxito. El toro, noble, le dejó estar mucho, pero su nivel fue muy alto. Lo mató, le cortó las dos orejas y abrió la Puerta Grande por primera vez en esta temporada en Las Ventas.

Mañana vuelven las corridas de toros. Encierro de Parladé, para Urdiales (que dejó buen sabor el dos de mayo), Tejela y la alternativa de Más.

FOTOGRAFÍA: Paloma Aguilar

San Isidro: Solo pudo destacar la actitud de Arturo Macías

El confirmante, mexicano, no se arrugó ante la adversidad de una corrida remendada, mal presentada e infumable.

Tarde de confirmación. No era una cualquiera, si no la de la máxima figura mexicana del momento Arturo Macías. El dato no es baladí por lo que significa para México y la tauromaquia en su universalización. Que un torero azteca pueda triunfar en Madrid y a partir de ahí, hace patria. Cosa que desde hace tiempo no sucede con México ni con sus toreros, cuando en la “época de oro” llegaron a mandar provocando incluso la ruptura del convenio taurino entre países por parte de los españoles que se sentían invadidos por las figuras legendarias mexicanas.

Arturo Macías venía precedido de grandes triunfos en las últimas temporadas mexicanas y de arrimarse al límite en su presentación en España en Valencia y Sevilla a cambio de dos cornadas, una en cada plaza. El toro de la confirmación del hierro de Martelilla resultó mansote y queriéndose rajar continuamente. Macías no pudo consumar con limpieza un quite de frente por detrás y se empezó a mascar el “miedo”. Con la muleta dos pases cambiados por la espalda fueron escalofriantes, resueltos con cierto aseo. Después el arrimón resultó angustioso por atropellado, con enganches de muleta, desarmes y una voltereta fea. Algunas palmas recompensaron el tremendismo. Muy feo era el sexto. Pero tuvo algo de ritmo con el capote donde Macías se ajustó en diferentes fases gustando. El inicio de faena fue templado. Se vino abajo el animal y Macías, menos arrebatado que en el anterior, volvió a tirar de quietud y exposición. Lo tuvo que hacer todo él. Encomiable sus ganas de agradar. Exprimió hasta el final al marmolillo con unas manoletinas estrechísimas. Gran ambición de un torero que gana dinero de forma cómoda en México pero que ha venido a España a dar la cara por no limitarse a ser el tuerto en un país de “toreros ciegos” si no figura del toreo. Como es norma en lo que va de feria es otro de los destacados por su actitud.

Muy protestado, por chico (el menos cuajado de lo que va de feria) fue el segundo; se tapaba algo por la cara, abierto de cuerna, pero muy paleto. Luego resultó sosote. Sin ser malo, dejando estar, no tenía repetición de viaje, le costaba. Abellán estuvo correcto en su lidia y acople pero sin poder conectar con los tendidos. La espada asomó. El cuarto tuvo poca fuerza y, sin complicaciones, se defendió mucho. Abellán cumplió el trámite con oficio.

El tercero no se tapaba ni por su capa castaña. Muy protestado, el presidente tuvo la excusa de una caída para devolverlo. Optó césar Jiménez por echar por delante el preparado para quinto (correr turno) con el hierro de Navalrosal. Cinqueño y corraleado hizo cosas feas de salida. Salió quebrado, se cayó en banderillas y en la muleta se rompió de atrás. Inválido y hueco de casta, Jiménez abrevió entre protestas, no muchas para festejo tan accidentado a su mitad. El sobrero que hizo quinto, de Domínguez Camacho, igualmente cinqueño, tuvo media embestida muy bruta, pegando el tornillazo a mitad de viaje. Jiménez quiso torearlo como si fuera bueno y se estrelló entre enganchones y respingos.

FOTOGRAFÍA: Paloma Aguilar

11 de mayo de 2010

San Isidro: Oreja a Del Álamo con mala novillada

5º festejo del abono. Tres cuartos largos de plaza en tarde muy condicionada por el viento.

Seguimos con la inseguridad sobre que corrida se va a lidiar y como. Incluso en la novillada que abría el ciclo de 3 programadas. De los anunciados de Carmen Segovia solo pasaron 4 el reconocimiento. Uno de ellos fue el 1º. Con hechuras de toro pero sin fondo. Pasaba pero decía poco y el novillero francés Thomas Joubert dijo tan poco o menos. Lo mejor fue la estocada. El cuarto llevaba el hierro de Torres Gallego y de salida ya planteó complicaciones que se acrecentaron con la lidia del banderillero-apoderado del francés que, de no ser por el peligro que se mascaba, era cómico. Joubert se puso con la muleta he hizo lo que pudo.

El segundo se movió, sin clase pero iba y venía. Juan del Álamo, aun molesto por el viento, se quedó quieto y lo llevó y lo trajo por abajo, con criterio y limpieza a pesar del viento. Tiene maneras y concepto. Lo mató y cortó una oreja. No ayudó el moruchón 5º a abrir la P.G. pero Juan del Álamo se la jugó, resolvió, estuvo muy por encima y sabiendo que no había opción a triunfo se tiró a matar con decisión a costa de una fea voltereta. Hubo petición de oreja y saludó una ovación ante el freno del 7 al intento de vuelta.

Se presentó en Las Ventas un joven de Colmenar Viejo con las carencias acusadas de bisoñez. El novillo no fue lucido, el viento arreció y el torero quemó un cartucho prematuro: las prisas para los delincuentes y los malos toreros. El 6º era de Torres Gallego y, sin mucha clase, se dejó más. El chaval se hizo el ánimo y le pegó pases, entre muchos y muchísimos sin los agobios del novillo anterior. Lo mató decidido. Con madurez era novillo de oreja.

FOTOGRAFÍA: Paloma Aguilar

10 de mayo de 2010

San Isidro (2ª y 3ª de feria)

Sigue San Isidro en el mismo son que la muestra de inicio del pasado viernes. La inseguridad de aficionados y toreros sobre que corrida van a ver y que toros van a matar respecto de los anunciados, el pobre juego de los animales que al final salen por chiqueros y que, al contrario que sucediera en Sevilla, es, hasta el momento, feria de toreros por encima –y mucho- de los toros.

Sucedió el viernes con un descastadísimo y muy deslucido lote de José Luis Pereda en que Morenito de Aranda mostró su lado más firme (que es buen torero ya lo sabíamos) e Iván Fandiño se volvió a reivindicar seriamente.

El de Aranda pudo cortar la oreja del quinto de no ser por la falta de conocimiento del palco, esta vez sabido por la incompetencia demostrada del Sr. Martínez, para saber calibrar el rigor en la lidia, superando las muchas condiciones adversas del toro –el único que medio se movió, informal pero noble por el izquierdo, pero que en cuanto se sintió podido se rajó – , el planteamiento técnico, la calidad de los muletazos que le pudo robar, la disposición y exposición con tremenda voltereta por apostar pisando terreno comprometido, el intento de hacerlo por los dos pitones (sobremanera el derecho donde el toro buscaba “muñeco”) y además lo mató. Todo quedó en vuelta al ruedo. Su primero, manso huidizo, aconsejaba brevedad, cosa que hizo.
La actitud de Fandiño fue su mayor activo ante dos animales de viaje muy corto, sin humillar y pegando el tornillazo con bronquedad, más acusado el último que pudo engañar por su condición de bravucón. Saludó una ovación y fue muy aplaudido en el sexto.

El lote de Leandro fue un dechado de “descaste” y el de Valladolid anduvo con aseo.


Como pulcro, sin terminar de romperse, anduvo Uceda el sábado ante un animal de Osborne muy flojo al que no le benefició el achique de espacios, y el cuarto de Bañuelos, sin clase ni casta, poca fuerza, protestado, por lo que los muletazos de buen trazo no fueron tenidos en cuenta.

Lo mismo le ocurrió a El Capea, en cuanto a su lote, (también uno de Osborne (5º), un buey, y el de Bañuelos defendiéndose mucho y reprobado por el público) y en cuanto a la indiferencia, aunque en la apostura los dos toreros están el las antípodas, por ello Uceda saludó ovación tras una buena estocada en su primero, y Capea vio censurado con protestas el irse abajo, con la espada, en su primero.

La garra la puso el “confirmante” Javier Cortés. Manejó la cabeza con serenidad impropia de “novato”, y los trastos con buen aire de concepto, soportados por una técnica de torero maduro en la colocación y unas ganas lógicas de debutante. Cierto es que sorteó el único animal que desarrolló cierto viaje y nobleza, el primero, y aunque fue trasteo de altibajos sobresalieron las ganas. Tuvo que aumentarlas ante el bruto sexto y jugársela a espadas, saliendo volteado, para, al final, saldar dos ovaciones con saludos y dejar una tarjeta de crédito solvente.
FOTOGRAFÍA: Paloma Aguilar

San Isidro: Curro Díaz corta una bella oreja

Y llegó, S. Isidro. 1ª del abono. Así sucesivamente hasta el 6 de junio, ininterrumpidamente más el estrambote del festejo del sábado 12 en el que se espera como agua de mayo a José Tomás, de no poder reaparecer el día 3.

Para abrir feria casi lleno en los tendidos. La musculatura del abono. Corrida de Salvador Domecq de desigual presentación y de juego discreto.

La terna era suficientemente conocida de la afición de Madrid y cada uno con sus alicientes lo que le dio al festejo un plus de interés.

Curro Díaz ha rozado el triunfo en esta plaza varias veces. Ayer fue en el cuarto cuando volvió a estar en puertas. Tuvo poco toro de condición, tan solo por el pitón derecho se dejó, noble, pero con viaje muy pesado. Faena de gusto, medida, de detalles con sabor. Muy por encima, tanto que tras una gran estocada cortó una oreja inapelable. El primero fue un toro encastadito, con no mala condición pero poca fuerza y tendente a echar la cara arriba al rematar el viaje. El temple era fundamental, después de esperarle. No lo cogió Curro Díaz que además se dejó enganchar la muleta. Compostura y torería sí, fue el envoltorio de una labor sin historia. Lo pinchó.

Juan Bautista ya sabe lo que es abrir la Puerta Grande madrileña; de eso hace 3 temporadas. Su primer enemigo fue protestado, por el sector habitual, por ser “corto de cara”. En la muleta dejó mucho estar y fue y vino, sin clase. Juan Bautista hizo gala de su frialdad habitual de engancharlo en el terreno del matador (muleta retrasada) y quedarse por fuera al ligar los pases por lo que el trasteo no cogió vuelo y se desarrolló muy cuestionado. Lo mató con decisión de estocada arriba un punto desprendida. Incierto y reservón resultó el quinto. Sin fijeza y gazapeo molesto. Juan Bautista mostró sin disimulo mucha desconfianza, matando también.

Eduardo Gallo dejó su tarjeta de visita en un quite por chicuelinas en el toro precedente. El tercero fue buey teñido en “colorao”. Dio poca opción, o ninguna y Gallo se justificó con cierta entrega que, por otro lado, enfadó al público. Eficaz con la espada. Devuelto el sexto salió un sobrero, cinqueño, de Navalrosal. Mansito, de viaje noble y repitiendo se fue viniendo abajo. Eduardo Gallo que empezó dispuesto y llevándolo por abajo con verticalidad de planta se fue amontonando en su afán de agradar según el animal se apagaba. Tarde de mérito del salmantino con muy poca fortuna y mucha incomprensión en su empeño por exprimir al toro, exponiendo todo, con los pitones lamiendo la taleguilla. Lo pinchó.

FOTOGRAFÍA: Paloma Aguilar

14 de octubre de 2009

JT en Barcelona 5J... y algo de recebo

Barcelona, su entorno taurino e incluso social se volcó con José Tomás. Y a Barcelona, por todo, por el torero, su gesto, y la Barcelona que necesita apoyos ante tanta declaración institucional de “anti taurina”acudió el “todo España, Francia y otros confines.
El ambiente era de grandes acontecimientos, quizá único.

Tarde de triunfo, no excesivamente triunfal, con expectativas cumplidas a medias. Cortó cinco orejas, tan solo dos de un toro, no hubo “rabo”, ni indulto.A penas dos sobresaltos, volteretas (una -3º- por pederle la cara torpemente, y otra -5º- trás un aviso de colada, en que el cansancio le dejó a merced del toro con pocos reflejos).

José Tomás se mostró solvente. Rebosante de valor y sangre fría, torero de zapatillas a montera, y dentro de la sobriedad tuvo variación con el capote y sobre la base del torero fundamental algunas concesiones vistosas, tanto que a partir del cuarto toro se gustó recreandose en sí mismo, en una segunda mitad de festejo de arte y ensayo con momentos intensísimos pero con el hilo secuencial, a veces, interrumpido.

Pero, curiosamente, fue a partir de ese cuarto, toro de El Pilar, pronto, en distancia, que le costaba repetir el segundo y tercer viaje al que cortó las dos orejas por una labor de probaturas y escrute sin terminarle de coger el punto de distancia, temple y dosis de pases por tanda. Un redondo citando de espaldas echó a funcionar la máquina de la euforia. Luego su afán de justificarse con torería hasta decir basta y la estocada hicieron que el público forzara al presidente a dar las dos orejas. Ocurrió igual en el quinto, pero sin la aquiescencia del “usía”, que se ganó la bronca preceptiva. Fue de Victoriano del Río, toro para no fallar, por hechuras y seriedad al que “quitó” de forma escalofriante con capote a la espalda. El toro no cumplió todo lo que prometía. Noble, sí, y de alegre arrancada en largo pero costándole repetir. Se defendía al obligarle, tendente a pararse y con síntomas de rajado a la hora de cuadrarlo para la muerte.

Le pidió en exceso J.Tomás, para lo que el animal iba pidiendo, en una labor personalista en la que hubo de todo bajo el signo de la torería y matarlo de estocada desprendida. No ha sido la espada lo más brillante de José Tomás.

Lo más importante lo hizo en el segundo. Un ejemplar de El Pilar, justo de pitones, que se defendió en el capote y, sin fijeza, desparramó la vista en banderillas, apretando una barbaridad a dentro y yendo siempre a la querencia. Con genio y moviéndose transmitió mucho. El torero le aguantó mucho la incierta embestida por el izquierdo y hubo más emoción que limpieza. Mejor sometido por el derecho el animal arrompió, siempre encastado y a veces genio. José Tomás lo cuajó, con quietud impávida, guapamente, varias veces por ese pitón e incluso al final al natural. Mérito de a toro complicado y exigente torearlo, a la postre, por las dos manos sin preocuparse demasiado de poderlo. Lo mató mal, con ansiedad, y todo quedó en un trofeo, el primero de la tarde.

En el tercero hizo su primer brindis de los dos. Toro de Victoriano del Río noble y repitiendo, un punto soso y algo reservó. Faena grande y limpia al natural con el “secreto” de esperarle mucho. Muletazos largos y con temple... hasta perderle la cara, absurdamente, y sobrevenir la voltereta. Luego en la versión “ecce homo” el torero desapareció y vino la emoción y la pasión para aliviar el susto en los tendidos. Un pinchazo en buen sitio y un descabello dejaron el premio de una oreja.

La tarde tuvo un comienzo en tono menor por la flojedad del animal de Cuvillo en el que José Tomás estuvo correcto, demasiado fácil y un final que no propició la apoteosis del colofón con un toro bruto del mismo hiero y en el que José Tomás hizo un esfuerzo con la mella del cansancio, físico y mental algo visible. Lo intentó desde el recibo con larga cambiada (se le notó la avirginidad en la suerte) hasta las inéditas, hasta el momento manoletinas que tuvieron sello propio y rozar de muslos. Además lo pinchó.

Sin embargo los gritos de torero, torero, cerraron festejo con un torero en hombros por las calles de Barcelona ante el griterío de no más de dos decenas de manifestantes a la contra.

¿Y estos son los representantes activos, en el campo de batalla de las supuestas 180.000 firmas para propiciar una iniciativa popular y abolir las corridas en Cataluña?

¿Estos son el ariete para que una ciudad se haya declarado institucionalmente antitaurina?

¡Vaya mascarada!

Esplá y Madrid

El año pasado Esplá lo vio negro. Tanto que, con cierta amargura, se confesó en la intimidad en términos de haber concluido su periplo en Madrid. José Antonio Martínez Uranga, empresario de Madrid, consciente de la dureza que barruntaba la temporada, sintió la necesidad de contar con Esplá para Las Ventas y le hizo una oferta a la totalidad: apoderarle en el año de la despedida. Aseguraba, así, la confianza del torero sobre el ejercicio; sería distinto: más disfrute y menos sufrimiento. Y lo anunció en Madrid, en única comparecencia, al final de los ciclos, para revestirlo con carácter de acontecimiento. En principio era función para compartir con José Tomás. Luego, empresa y José Tomás no se ajustaron y el destino quiso que la despedida de Esplá tuviera colaterales con ribetes de máximo atractivo como dirimir el cetro de esta feria entre el suceso protagonizado por Morante y la única PG –hasta ese momento- de Castella . Sin duda la Providencia jugó a favor, pero el olfato del empresario, vapuleado por el conjunto de la confección de San Isidro cuando diseñó el cartel, avala su profesionalidad, tapa bocas y prende candela de esperanza al final de un feria asaz de hollín...por todo, y por y para casi todos.

La corrida de Victoriano del Río fue brava, en general; por lo tanto no fácil, menos con el viento, el único presente, no invitado, impertinente en tarde en que el público tuvo un comportamiento impecable que de haber sido generalizado -¡vamos, como una afición normal!- no se hubieran perdido, en el lodazal del follón y la bronca diarios, muchos toros y faenas que quedaron en apuntes.

Esplá gozó de un buen toro para abrir corrida; pero el alicantino, digno en el trasteo, dosificó, en demasía, sus armas: paz…para después la gloria. Era el cuarto, “Beato”: para coronar una apoteosis que rumoreaba mediada la faena. ¡Vamos!, que cuajaba un toro a contra estilo.

Por ello, su despedida de Madrid cobra tintes históricos. En el lugar y en el momento precisos. Esplá sintetizó en 20 minutos su tauromaquia de más de 30 años: la obligada por sus circunstancias y la íntima que rumiaba a la espera de un toro posible. Esplá supo y pudo, como tantos toreros tantas tardes. Faltaba querer, Madrid; y Madrid quiso: al toro, primero, y dejó, con su plácet, que el torero subiera a lo más alto. Mutó en transitorio al perenne maestro para acuñarle como figura para la historia. La justicia es lenta, pero llega.

De Madrid, al cielo. Una luz al final del túnel de Esplá que se iba de Madrid sin honores hace un año. Una luz al final del túnel de una feria parca en toros: “Beato” los reivindica. Una luz al final del túnel de una muy mala afición y público trashumante que degrada día a día el prestigio de la 1ª plaza del mundo.

Una luz al final del túnel de un San Isidro para apuntillar, que se ha venido arriba con dos fogonazos (Morante y Esplá) de dos toreros distintos para perpetuidad de La Fiesta. Ladran, luego cabalgamos.

15 de julio de 2009

En hombros Juli y Perera

Tres orejas cortaron el madrileño y dos Perera. La de más peso la cobró Morante con “cuvillos” toreablemente comerciales.

Pamplona volvió a la normalidad tan solo unas horas antes del “pobre de mí”. El encierro del lunes volvió a ser lo que pretende. Limpio, rápido, apasionante para los corredores y divertido para los espectadores, sin obviar su carga de tensión porque el peligro siempre está latente, y el de hoy de los “cuvillo”, modélico, precioso y limpio; el mejor. Tarde para poner broche de oro que disperse de cualquier análisis a la totalidad de la feria: mediocre.

Volvía Morante a Pamplona en el momento más maduro de su carrera y después de ocho años de ausencia. Por ser plaza a contra estilo el reto tiene relevancia, más en un momento en que se podía haber permitido el lujo de orillar feria con toro tan grande y sus asperezas derivadas. Y El Juli a “dar leña” a aquellos que en Madrid lo quisieron jubilar, el coso y “su toro” eran propicios. Perera, inédito el día anterior por culpa de los “fuenteymbros” tenía ocasión de sacarse la espina.

Y a las seis y media el último “tararí” de San Fermín.

El primer toro no dio opción a Pamplona ver a Morante con el capote. Abanto suelto y huidizo, se ahormó en el caballo y comenzó a fijarse en telas y bultos; un apunte de chicuelinas de Morante fue su guiño de disposición. De pesada embestida pero noble, algo soso y medio viaje, humillando, Morante le cogió la distancia y se la dejaba puesta para ayudarle a embestir. Sin un gesto de más, con naturalidad, le fue haciendo una faena sentida de menos a más basada en el natural y en muy poco terreno. Alargó el trasteo y la última fase, con buen son y tono, bajó la intensidad ante la ausencia de ligazón. Sonó aviso toreando. Lo mató fácil. Oreja de artista y artesano. Muy torero con el capote se mostró el de La Puebla en el cuarto, mejor en el concepto en lances y tafalleras que en los remates, punteados de tan lento como quería concluir. Las dos medias: de firma y rúbrica. Bello comienzo por ayudados a dos manos, primero sentado en el estribo y luego ganando terreno. Protestaba el toro en corto y le obligó al torero a darle distancia y perder pasos entre pase y pase y dar series cortas de muletazos en que la calidad de los mismos se diluía en los espacios, llenados con torería, y pasos para coger sitio. Estocada atrás a paso de banderilla.

El Juli vio devolver al segundo, por perder manos repetidas veces, con un par de banderillas en los lomos. El sobrero no estaba más sobrado de fuerzas, pero mantenía la verticalidad. El toro, en la media distancia, se venía pronto, con la cabeza a media altura, y pasaba. Por abajo, no tragaba. Lo pasó El Juli al natural, con aseo; pero faltó más ajuste, sobró algún enganchón y punteo y deslucía los finales por desplazar hacia fuera. Con la espada: rotundo, ayudó a cortar la oreja. Toro algo brutote pero franco de viaje fue el quinto que terminó bronco en los finales por arriba, mejor por el derecho. El Juli le muleteó por los dos pitones con solvencia profesional en un trasteo de calidad y lentitud de pases con intermitencias. Resolvió con técnica, coraje y espada para sumar otras dos orejas en festejo de liquidación de feria.

Rompió Perera el hielo con tafalleras imperiales en el quite. Toro de más a menos en su noble acometida hasta pararse. Lo que duró lo aprovechó Perera tras saludarle con tres cambiados por la espalda en los medios, en una labor limpia y larga sobre la derecha y más trabajosa por el izquierdo. Un arrimón final, con “cosas” de espaldas y por alto exprimió la pobre condición con que había quedado el animal. Espadazo de buena ejecución y colocación. Trofeo justo; de justicia. Poca fuerza sacó el sexto que mermaron más después de un fuerte derrote en un burladero, corría el tercio de banderillas amagando echarse. Con calidad pero venido abajo exigió de Perera un esfuerzo mental por las continuas interrupciones, se echó dos veces y desarmó otra. El extremeño no se descompuso e intentó justificarse con suma entrega sin más opción que un reconocimiento que tuvo al final saludando. Peor suerte no se puede tener en una feria en la que se actúa dos tardes y, además, consecutivas. Lo mató como si le fueran las orejas en el envite. Y tanto, por sorpresa se cortó oreja que iguala la amabilidad de un público en despedida y devalúa el balance final. Una forma singular de hacer justicia. “a la pamplonica”

Reseña.-
Plaza de toros de Pamplona. 10º festejo de la feria. Lleno.
7 toros de Núñez del Cuvillo, desiguales de presentación y juego.2º devuelto. 1º de media embestida dulzona y humillada.2º bis, noble, poco fondo y cabeza a media altura. 3º noble, a menos.4º mansote, se dejó. 5º moviéndose, asperote.6º mermado en un golpe contra la madera, noble.
Morante de la Puebla, estocada casi entera desprendida; oreja atrás aviso. Estocada casi entera trasera; ovación con saludos.
El Juli, estocada contraria; oreja. Media estocada, dos orejas.
Perera, estocada; oreja. Estocada; oreja.

14 de julio de 2009

Oreja a Ferrera en el único Fuenteymbro posible

Corrida de Fuente Ymbro . Desde su bautizo sanferminero no ha fallado ningún año en conseguir algún premio. Seria, honda y bien armada: en el tipo de la casa.

El primero fue noble animal, sin mucha clase, pero moviéndose mucho, franco; ovacionado en el arrastre. Ferrera calentó al público en banderillas, más con la puesta en escena que el acierto clavando. Faena larga de corte populista de muchos pases, con cierto aire, pero sin obligarle nunca ni meterse con él a fondo. Un espadazo provocó la pañolada y cayó la oreja. Repitió espectáculo en banderillas con más ajuste y precisión a pesar de la dificultad de un toro que marcó tendencia a los adentros. Animal de va y ven, sin mucho recorrido y algo protestón si no iba sometido. Lució Ferrera en la segunda mitad del trasteo en los muletazos, uno en uno, de dentro a fuera. Pinchó, antes de dejar una estocada atravesada. Saludó una ovación.

Perera sorteó un animal muy de público por su agresividad pero malo para el torero. Acostándose por los dos pitones y enmascarando su falta de entrega con su fuerza desleal y que terminó rajándose. Una voltereta escalofriante condicionó una lidia de aguante y ¡tío! De Perera, con semblante sereno y oficio diestro para sortear el gambeteo sin enmendar. Se volcó en la estocada, media en la yema para consumar triunfo; una oreja. El quinto fue el sobrero. Manso de libro, huidizo e inhibido de cualquier pelea pero sin renunciar a buscar “hombre” al menor descuido. Perera no tuvo más opción que matarlo habilidoso pero se eternizó con el descabello.

Daniel Luque tuvo por tercero un toro mansito, limitado de bríos y diciendo poco. El sevillano quiso que el animal se adaptara a su comodidad del toreo en la corta distancia y se afligía. Toro y torero no se pusieron de acuerdo, sin reñir, y todo resultó muy vulgar, incluso el espadazo en los bajos. Genio desagradable desarrolló el sexto. Luque se justificó con disposición y cabeza en el “me quito me pongo “a falta de lucimiento. Prudente a espadas lo pinchó dos veces antes de la estocada.