7 de marzo de 2010

El toro en la plaza. Barcelona, para charletas de invierno

Ha salido el toro a la plaza. Lo hizo en Vista Alegre en un fin de semana que derrochó torería, por lo tanto arte, cultura. Lo ha hecho este fin de semana - complicado para que el “toro en plaza” tuviera protagonismo por los sucesos (sí sucesos) de Barcelona- en Olivenza; también en Castellón (La Magdalena) y Alicante, con un inicio discreto, pero testimonial en intenciones, de la temporada.

Olivenza, es un pueblito entrañable, en Badajoz, frontera con Portugal, y de reata mitad hispana mitad portuguesa, de poco más de 10.000 habitantes, que se ha visto cívicamente invadido por el taurinismo que es “legión”. Hace más de un mes que se anunció su feria y desde el día siguiente era difícil encontrar una cama para fin de semana o una mesa en un restaurante, o fonda donde almorzar o cenar. En más 30 kms. a la redonda. Ni siquiera en la capital. Las esperanzas de los aventureros residían en las bajas de última hora como consecuencia de la adversa meteorología, pero no hubo caso. Buen coche, gasolina y suerte para buscarse la vida. Feria, sobre todo la tarde del sábado en que J.Tomás iniciaba temporada, de reventas y carteristas. No hace mucho el mejor mercurio, y más fiel, para jerarquizar eventos.

Es lo que tiene el toro. Que un bello pueblo puede ser ciudad, grande, por unos días, y que el redentor de la Fiesta, en el mundo, y, principalmente en Barcelona, cada vez que se encuentra en un mismo cartel con Perera, un extremeño, en el tipo de Cortés o Pizarro, José Tomás merma, el tomasismo se atrinchera, o Perera se agiganta a niveles de 2008 cuando su temporada, similar a la del Barca de los seis títulos, es un hito en la historia de la Tauromaquia.

Y es lo que tiene el toro, en la plaza. Dos días después ¿Quién habla de los “sucesos” de Barcelona?. Pocos e interesados. Más cuando huele a Fallas que prometen excepcionalidad en excelencia y el empresario de Barcelona no se ha dejado contaminar ni ralentizar su agenda presentando las líneas maestras de la temporada en la Monumental con “una orina” que delata la robustez y la vitalidad del presunto enfermo.

Sin embargo los acontecimientos desarrollados el miércoles y jueves en el Parlament de Cataluña y los colaterales, solapados unos y adosados después merecen algún comentario reflexivo, sin duda, subordinado a lo importante: el toro en la plaza y la brillantez de su discurso artístico, cultura total: popular y de élite.

Sobre las comparecencias, pues lo ya sabido. Ninguno convenció al otro, y los políticos, destinatarios de los “mítines”, entre pasotas y desubicados. La brillantez de los taurinos, merced a su preparación, sobresalió, con argumentos conexos frente a la cerrilidad de discurso único de los mercenarios de la ILP. A pesar que “los del toro” no presentaron su mejor alineación. Cerebros y mentes preclaras, prestigiados por la sociedad y prestigiosos por sí mismo, o no fueron requeridos o se pasó de ellos. Escribo de Vargas Llosa, Sabater, Boadella, Barceló, Ansón, Amorós, Herrera, etc. Un provocador nato como Dragó no hubiera estado de más. Pero bien. Destacaron Joselito, “hijo del cuerpo”, el filósofo de la Sorbona Wolf y un alcalde francés, que como tal, les puso a cavilar a los “culiparlamentarios”.

La situación parecía estar controlada, y el golpe de efecto del discreto, en principio, comunicado de la Comunidad de Madrid declarando “los toros” como BIC (bien de interés cultural) hizo mella en los antis provocando una razonable euforia en la familia taurina.

Pero la situación cambió radilcamente, cañas por lanzas, cuando la presidenta de la comunidad madrileña obsesionada con un voraz protagonismo populista de corte rancio y casposo, entró a la muleta de los depredadores medios de comunicación y como el joven futbolista Canales con la camiseta del Real Madrid, fue portada de casi todos los diarios en pose asaz caduca. Como Belén Esteban, pero vestida de limpio.

Su osadía daba carnaza al debate político. La patrimonialización de La Fiesta por parte de una derecha, muy derecha. El resucitar, los más extremistas, la utilización de los toros por el Régimen anterior y hacer remedos subliminales. Aflorar el permanente contencioso Madrid, Barcelona y un débil argumento, pero excusa, al fin y al cabo, para poner en valor el topicazo de la “caverna mediática”.

La rápida reacción de Valencia, que ya había manifestado, con sosiego, abrir el procedimiento BIC hace días, lo mismo que Murcia; el recuerdo muy reciente del posicionamiento del gobierno Vasco y la indudable convicción de Andalucía, Castilla La Mancha y Extremadura, aunque acomplejados como socialistas por si se molestan las franquicias dominantes como el PSC y los aliados de ocasión: verdes, pro soviéticos y pro castristas y chavistas, pusieron las cosas en su sitio, nueva y felizmente.

Cualquier manifiesto institucional a favor de la Fiesta será siempre procedente y se agradece. Pero su utilización, maniquea, más con la frivolidad de la puesta en escena, puede ser contraproducente. Arma arrojadiza de “los contrarios”, que ni estaba ni se la esperaba.

Además se ha perdido una buena ocasión de echar a pelear al socialismo entre ellos. Bastaba, por ejemplo en Madrid, para que a la sobria declaración de intenciones por parte del portavoz del gobierno madrileño, se hubiera anunciado un proceso que pasara por la asamblea de Vallecas y ahí ver la personalidad o la condición de palmeros de la muchachada “tomasista” (de Tomás López, el de Parla, no del Tomás, monstruo, de Galapagar). Y así en todas las comunidades “peperas” hasta retratar el “canguelo” del partido a Ferraz, Moncloa, el “jardilín de las ministras” y, repito, a las “franquicias”.

Lamentablemente, los socialistas que apoyan la Fiesta sin ambages y con presupuestos desde Andalucía, con la TV autonómica Castilla La Mancha, con lo que puede Extremadura, el PP de los 1.000 millones que cobra por Las Ventas, de TM y La Otra sin una concesión a los toros, salvo cubrir el expediente, lo mismo que la Generalitat con canal 9 (siempre quedará la Diputación para asumir su responsabilidad y hacer un quite) y una Murcia oficial que solo conoce los toros por su amor a los burladeros de callejón, los socialistas, repito, otra vez, se han dejado “comer la merienda por su modelo de caudillaje y las hipotecas adquiridas”. Y las urnas se nutren de hambre.

Una guerra de demagogos, por un lado, y acomplejados ideológicos, por otro, en la que los taurinos tienden a vencerse peligrosamente…en sentido equivocado.

Es ahora cuando, por ejemplo, la Mesa del Toro, debe trabajar, honestamente, para conseguir que unos rebajen sus ansias de apropiación indebida (y den más trigo que tanto pregón hueco) y otros salgan del armario (rentabilizando sus inversiones, reales, en “el toro”) para institucionalizar, elevar a categoría política, lo que es un hecho a nivel ciudadano: “el cordón sanitario taurino” a Cataluña. Si es que esta, finalmente, se deja colonizar por ciudadanos del mundo, declarados apátridas y lo más cutre de la indigencia intelectual animalsita. El mundo del revés: ellos, Cataluña, que defiende con uñas y dientes una identidad propia, genuina y en muchos casos excluyente. Vivir, para ver.

En cualquier caso, salió el toro a la plaza. Y puso a cada uno en su sitio. Como siempre.

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