13 de junio de 2010

Feria Aniversario: No quisieron ver a El Juli

Crónica de un fracaso anunciado. No de El Juli, por cierto, sino de “Madrid”, definitivamente un “gache” por culpa de la sinrazón, la intransigencia, el “gallinero” del 7 más los altos de sol y, sobre todo, de la autoridad “incompetente”.
La tarde era para José Tomás. Por lo tanto ya venía torcida más que gafada. Descolgada del conjunto de “ferias de primavera en Las Ventas”, con la ausencia del de Galapagar y una climatología indecente que se puso de parte de los reventadores habituales. Todo eso lo sabía El Juli y, con asunción de responsabilidad de máxima figura, no volvió la cara al reto aun a sabiendas de consignas para partírsela.

Miguel Buenache es un tipo, como indica su apellido, “bonachón” y afable, tremendamente servicial y muy eficaz que se mueve discretamente en los ambientes festivos madrileños con “mando en plaza”. La tarde era de José Tomás, al que Buenache idolatra, con toda la razón, como profesa amistad, de la “guay”, con el Sr. Gómez, don César, a la sazón Presidente de la corrida. Es de suponer que por empatía, “los amigos de mis amigos son mis amigos”, ambos quedaron “compuestos y sin novia” ante el anuncio de la ausencia de José Tomás. A partir de ahí, es de suponer, que otro torero, a ellos no les valía, menos el sustituto, menos si el “osado” era Julián López “El Juli”. Y pasó lo que pasó.
El madrileño gozó de uno de los tres toros encastados y nobles de un encierro de El Ventorrillo irreprochablemente presentado y que dio juego fifty-fifty.
De los tres “buenos”, 2º,3º y 4º, quizá el menos pastueño fue el primero del lote de Juli. Un animal que a cualquier otro espada menos puesto se le hubiera ido y que Julián supo sacar el fondo de raza que el animal tenía. No fue fácil. Para ello tuvo que hacer un esfuerzo desde el primer momento (ahora se dice “minuto 1”) en que sobó por el pitón menos aprovechable (el izquierdo) para, puliendo asperezas, desarrollar un toreo mandón de mano baja y trazo largo manejando, alternativamente, las dos manos. El toro no tenía mal embroque, lo que hacía aflorar más esta virtud que el defecto de tender a quedarse debajo. Juli le fue alargando la embestida hasta provocarle el último tranco con inusitado pulseo y temple. Faena de manual editada por un “maestro” rematada por una estocada con “denominación de origen”. El quinto daba pocas opciones y menos le dio Juli al “ventorrillo” abreviando en un trasteo que ya comenzó con los mismos tics y mensajes groseros de los “ilustrados”. A esas alturas Juli no tenía el cuerpo para “ruidos”. Su esfuerzo y su sentido de la responsabilidad se habían estrellado, una vez más, con un ejército de tontos, el vasallaje del “usía”, los fantasmas ausentes y la “connection”. De los polvos del 2º, los lodos del 5º.

Del absurdo contencioso entre lo que, erróneamente, llaman “Madrid” (con el “lacayaje” de cualquier “palco”) y El Juli, pudo sacar partido Talavante, “colega” de Sergio Ramos, a su vez “tronco” del bueno de Buenache, y a punto estuvo de funcionar toda la cadena de la “connection”. Gozó el, quizá, toro más completo de Ventorrillo, 3º, y su labor fue de disposición y cierta entrega con no mal manejo de los avíos, pero abusando mucho de “la ayuda de espada” al natural y recorriendo mucha plaza. Tenía la oreja en el esportón cuando se cruzaron las armas toricidas en su triunfo que quedó en vuelta al ruedo. El sexto no sirvió ni tampoco Talavante cruzó la línea roja de apostar a ver que pasaba.
Ocurrió igual con el primero de la tarde. Manolo Sánchez, en tarde fría, abrir plaza y temporada, era su primera corrida, no se dio coba ante un animal brusco y con la cara por las nubes al que le costó mucho despenar. Si tuvo un 4º con bondad y alegría al que por momentos sacó la suavidad y clase que el de Valladolid atesora, pero de forma tan intermitente y tan de más a menos que no escribe ninguna historia.


RESEÑA

Madrid, Plaza de toros de Las Ventas (1º categoría). Casi lleno en día lluvioso y antipático.
6 toros de El Ventorrillo. Hondos, bien armados y de gran remate. 3 encastados, 3º con mucho que torear, 4º alegre, 5º bondad. Los otros tres bruscos y complicados.
Manolo Sánchez, pinchazo, otro hondo, descabello, dos pinchazos y estocada baja; protestas. Tres pinchazos y estocada corta fea; silencio.
El Juli, estocada; petición y ovación con saludos. Tres pinchazos, estocada baja y descabello; silencio.
Alejandro Talavante, estocada atravesada, cinco descabellos; petición, vuelta y aviso. Estocada; silencio.


FOTOGRAFÍA: Juan Pelegrín

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