Inevitablemente es la reflexión de esta noche.
6 toros en solitario. ¿Gesto? Puede ser. ¿Gesta? Hace falta algo más que pretender tentar la suerte con el objetivo de conseguir más moneda, mayor cotización en las contrataciones, toda vez que Luque tiene una bonita temporada por delante, exigente, pero en extraordinarios carteles compartiendo los mismos con las primeras figuras y disfrutando de su rebufo: ganaderías y fechas.
Cuando se produce esta situación el gesto puede concluir en osadía, y la gesta en una necesidad.
La osadía se emparenta con la ignorancia. Si no sería menosprecio, de todo.
La necesidad crea ansiedad, y si las cosas no van saliendo agonía. Por ejemplo esta tarde venteña, en que al menos cuarto y quinto, dos toros medios, hubieran sido suficientes para salvar los muebles. No ha sido el caso.
De cualquier modo: gesto, gesta, osadía o necesidad, ambición ha de hacerse al cien por cien. Y anunciarse en Madrid, con lo que está cayendo y lo especialita que es La Monumental, anunciarse con Cuvillo (camada muy larga pero que más de la mitad de la mismas, la cabecera la tiene reseñada José Tomás desde hace tiempo) y Juan Pedro no es la mejor declaración de intenciones.
Que Luque es el mejor de su generación es un hecho. Que tiene un brillante palmarés de novillero en la capital y una excelente presentación, el año pasado, en San Isidro es también verdad.
Pero su progresión y su proyección que le ha instalado, por méritos propios, en lugares de privilegio del escalafón, se han basado en la ambición, las ganas de ser y cierto valor natural. Además es torero con gran capacidad.
Pero ni es un espartano, ni un estilista, ni un clásico, ni tocado por los duendes. Excelentes maneras sí y capacidad.
Capotero manifiestamente mejorable. Variedad de suertes con limitaciones. Y además hoy mostró su peor versión con la espada. No eran credenciales para seis toros y en Madrid. Menos, con sus grandes virtudes, driblar a la fortuna con dos hierros cuestionados por lo ya expuesto.
Y por favor no mezclar churras con merinas. Cuvillo es una de las grandes ganaderías de un tiempo a esta parte y al que hay que agradecerle, el público y los toreos muchas cosas.
Para matar 6 toros de una tacada hacen falta más cosas para tener una mínima garantía de éxito. Más si se tienen 20 años y tres temporadas no completas como matador de toros.
Una corrida de seis toros en Sevilla retiró a Joselito, ya cuajado. Víctor Puerto empezó a cavar su fosa, también en La Maestranza. Este tipo de aventuras no lee han salido bien a Morante, varias veces. Lo de Talavante en Madrid le pesó como una loa varios meses. En plaza de menor importancia, Jiménez quiso remontar en Valdemorillo y fue caída libre. Perera culminó de tal guisa el impresionante 2008 y triunfando pero se dejó muchos pelos en la gatera. El Juli, por accidente, pasó lo suyo en Bilbao, el año pasado. La suya, bien montada en Bayona, con tres encastes diferentes fue un éxito. Como la de El Cid en Bilbao con los Victorinos.
Son muchas teclas a tocar.
Quizá lo más positivo para Luque haya sido asimilar una dificultad que desconocía. Una cura de humildad ante un torero con grandes cualidades pero que a veces no delimita la sutil línea que separa la ambición de la soberbia.
Lo de esta tarde tampoco va a suponer un abismo en su prometedora carrera con visos de figura.
Y sí, para ser figura del toreo hay que tener gatos en la barriga. En eso de acuerdo.
La experiencia agria de hoy le puede servir para discernir entre los felinos: el gato y el tigre. No son lo mismo. Se parecen….pero.
FOTOGRAFÍA: Iván de Andrés.
No hay comentarios:
Publicar un comentario