La diputación de Valencia no tiene entre las ofertas recibidas por su plaza de toros ninguno de sus oscuros objetos de deseo.
No por previsible, víctimas de su prepotencia, de ser apartados del concurso para licitar a la explotación de la Plaza de Toros de Valencia, ha pasado desapercibido el ansia de notorieda de ciertos elementos que se pelean de cara a la galería
No es cierto que el pliego se hiciera a medida para dos de los cuatro presentados, y menos para la continuidad de Serolo.
Suele ocurrir. En el anterior concurso un pertinaz Boluda junto con Emilio Miranda, hijo, se trajinaron a un pobre hombre, presidente de la Diputación por servicios prestados en U. Valenciana, y que por tal razón, su falta de pedigree pepero, estaba en las últimas y a la defensiva para hacer de su capa un sayo. Pero primó el dinero, y el multimillonario naviero se vió arrollado por tres honrados industriales: un tabernero, otro de porcino y otro con tragaperras.
En esta ocasión no ha sido el dinero con el que se ha especulado y han chalaneado dialécticamente taurinos de postín que no han tenido ni agallas ni altura de miras para concursar: casos Canorea- Pagés y Hnos Chopera, posiblemente los ojitos derecho e izquierdo de la Institución.
Tampoco han sido las restrictivas condiciones exigidas de experiencia para pasar el primer corte (la prueba del algodón de lo que querían aún a sabiendas que Los Lozano no podrían hacerlo en solitario y que Matilla, de tal guisa, tendría dificultades)
El error de cálculo ha estado en el exceso de “pose”, de valencianía.
Por lo que muy pocos, según se colige de los empresariados en los últimos años de las plazas valencianas en cuanto a su capitales se refiere, cumplían los criterios de selección y acumular el valor doble de puntos por gestión de plazas valencianas.
Tan sólo dos: Casas y Serolo estaban libres de alianzas sinuosas. El círculo se estrechaba.
La clave estaba en los diez puntos de calificación subjetiva de promoción y difusión de la Fiesta en plaza, según recogía el pliego en el aparatado de acciones de imagen, marketing y cultura.
Pero la soberbia de nuestros empresarios y su mezquindad despreciando proyectos hechos por profesionales de la comunicación en activo y en la vanguardia de este proceloso frente en aras de sumar el máximo de esos puntos les ha llevado o la deserción o a quedarse con la miel en la boca, porque esta no se hizo para la del asno.
Pero que vas a esperar cuando en lo mínimo que de forma administrativa que exige un pliego tres de ellos tienen que subsanar defectos, algunos insalvables, precisamente por no hacer caso de las recomendaciones de éste programa.
Escrutando el proceso no es de extrañar que el proletario Serolo haya sido el único en presentarse con los deberes hechos y no los “señoritos” que delegaron por desidia, exceso de confianza o por exceso de sobraos. Simón Casas en Nueva York y Taurodelta en manos de un eterno becario filial de una de sus sucursales.
Pasará lo que tenga que pasar. Serolo se lo ha currado y merece una chance pero tras una buena gestión de éstos años sus “hechuras” no gustan a la pijería tipo “Richi Costa”.
Ante la soberbia humildad y si es cierto que todavía tiene el pelo de la dehesa ese estigma se pule con el tiempo. Si no miren fotos de hace veinte o treinta años, según, de Palomo, Espartaco o más claro: Juli, padre. Sin que esto suponga que en unos años Sebastián Rodríguez (Serolo) se dé un aire a Clooney o Richard Gere.
Tampoco el Presidente Rus es Mario Conde…ni se le espera.
9 de noviembre de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Creo que quien realmente se lo merece es SEROLO, es el que tiene la solvencia técnica y "los señoritos" de Tauro XXI, podrán tener toda la solvencia económica del mundo, pero los avales no están firmados (qué sospechoso), serán para que no se le abra el sobre de la solvencia técnica de la que carecen, al no querer arrimar la cabeza a gente válida por orgullo????? Me alegro que se queden fuera, elorgullo les puede más que el dinero, y eso que de este tienen bastante
PD: mi oponión es una más, como otra cualquiera,
Saludos cordiales
Publicar un comentario