No hemos hecho más que cumplir un año y estamos en un “momentazo”.
Domingo tras domingo superándonos y sin pretenderlo creando opinión o desperezando conciencias.
Amén de ejemplos anteriores, el pasado domingo en nuestra reflexión sobre la encrucijada en que está el mundo del toro, alegal casi total desde el punto de vista jurídico laboral y demás, en uno de los párrafos relatábamos la descabellada acción del taurinismo vigilante respecto de los ayuntamientos burlados por empresarios taurinos y a los que se quería hace víctima subsidiaria de sus deudas bajo amenaza, y cumplimiento, de veto, en vez de recurrir los acreedores, toreros y ganaderos, a la justicia ordinaria para que los morosos y estafadores, al menos, no se fueran de rositas como vinimos promoviendo todo el verano con acciones directas.
El domingo pasado sobre estas horas volvíamos a poner el dedo en la llaga. Recuerdan.
Del crack provocado por Francisco Romero con punta del iceberg hace más de un año. Limpio de denuncia, de polvo y paja.
Desde luego que será fruto de la casualidad.
Nada más.
Pero miren por dónde horas después, a primeras horas de lunes nos desayunamos con que el popular abogado Moeckel ha tomado el timón de la cruzada y representado a uno de los toreros de su asociación, Vicente Barrera, ha interpuesto la primera demanda en sede judicial contra Francisco Romero.
Luego se ha extendido en una larga perorata argumental que no interesa a nadie... Pero ahí están los datos, la cronología y por supuesto la coincidencia…
Luego se ha extendido en una larga perorata argumental que no interesa a nadie... Pero ahí están los datos, la cronología y por supuesto la coincidencia…
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