26 de julio de 2010

Toros en Barcelona. En manos del talante: por detrás y por delante

Barcelona, toros sí, toros no. El próximo miércoles día D, 28, hora H, se cree que sobre las 10.52 habrá fumata: blanca o negra, según se mire, y quien.

Mucho ha cambiado el panorama desde que se debatiera la ILP conducente al exterminio de la libertad de opción individual de ocio respecto del espectáculo de la corrida de toros. La sentencia del Constitucional sobre el Estatut, la proximidad de las elecciones en la Comunidad Catalana y, por que no, el multitudinario y espontáneo brote españolista al relance del triunfo de “La Roja” en los mundiales de futbol, más el rifi rafe interno entre el PSOE y su franquicia del PSC ha hecho endurecer posturas a CyU a favor de la prohibición (conscientes de las tendencias positivas de las encuestas cara a los próximos comicios regionales) aun manteniendo la libertad de voto para sus diputados, y lo más desagradable, la dispersión del voto socialista en aras de esa libertad en conciencia en un cambio tactista sobre lo ¿prometido? poco estético y nada ético. Circunstancia que ha provocado la demonización del diputado socialista David Pérez, adalid de la causa taurina entre los socialistas catalanes.

Todos los que me conocen saben que voy por libre. No con el paso cambiado, no; por libre. Nunca me creí, del todo, las soflamas taurinas de dicho diputado. No por dudar de su buena voluntad ni de su capacidad de trabajo si no por su dependencia de la estructura del partido (complicada, más si se trata de una franquicia regional y babélica entre la identidad y la ideología). Dudaba, y mucho, ahora es certidumbre, del secretario regional, Iceta, pero sobre todo del presidente del partido y President de la Generalitat el “cordobés” y, al parecer, aficionado a los toros: el gris, mediocre y atribulado Montilla…que ni es “montilla” ni “moriles”, garrafón remontado de complejos, atajos y oportunismos.
Escrito lo cual me parecen desmesurados los ataques a Pérez y por la variante a la Plataforma para la Defensa de la Fiesta que hace lo que puede y que no deja de trabajar, discretamente, en las dos direcciones posibles que emanen de la votación.

Es más, en las pocas horas que quedan van a intentar dar a conocer a la opinión pública el coste real de las indemnizaciones especificadas en la resolución para que los ciudadanos, en tiempo de crisis profunda, sepan en que se gastan los cuartos sus supuestos administradores. Indemnizaciones tanto de lucro cesante como evaluación laboral emergente, puede, dicen, sobrepasar en 2, 3, 5, 10, 15, o 20 veces, los 300.000 euros que alegremente manejan sobre el lucro cesante de 10 años, teniendo en cuenta que la baza mayor, el inmueble, es propiedad y por lo tanto no esta sujeto a concesión temporal si no a licencia, 99 años. Además la propia ILP habla de indemnizaciones a “titulares de derechos subjetivos afectados”.

Podría llegar a cifras desorbitadas y además hay precedentes. De hecho la administración catalana ya sabe lo que cuesta prohibir a raíz de la suspensión, unilateral, por dos veces de la ópera Carmen. El TSJC falló en contra de la Generalitat, y posteriormente lo hizo el Supremo, total, unos 240.000 euros, por tan sólo suspender un espectáculo.

El déficit de la Generalitat está cifrado en 6.000 millones de euros que han provocado una subida en el IRPF, se han recortado 250 millones en la línea 9 del metro y se ha pegado una bajada de 408 millones teniendo como damnificados al personal de plantilla.

Estaría bien que los embaucadores argentinos y sus abducidos peleles llevados tan solo por desmarcarse de algo “español” (lo de la protección a los animales es mentira, a las pruebas de la aprobación, previsible, en la misma votación de los “correbous” me remito) dijeran la verdad sobre lo que la “broma” le va a costar a cada catalán.

Incluso se enreda con la posible compra del coso, caso de prosperar el “gaseado”, para convertirlo en una Mezquita y “asustar” al “nazionalismo”.

Habría que saber si dicha sentencia crea precedente o no, incluso jurisprudencia, en los términos en que la dictaron ambos tribunales y la causa “taurina”, dentro de una representación artística, que se argumentó parar prohibirla.

Hay previstas por parte de la Plataforma, denostada por los ansiosos ambientes taurinos al uso y que el domingo pasado no se dieron una vueltecita por Barcelona, en vísperas, por el hecho de no actuar José Tomás, dos líneas de trabajo.

Si no prospera la ILP abolicionista, se habrá ganado la batalla política pero quedará por delante, y ya tienen un boceto de actuaciones, la recuperación de la afición y la regeneración de este espectáculo en Barcelona para no repetir oscuras historias no muy lejanas.

De salir adelante la prohibición, y a pesar de la moratoria para su entrada en vigor surtiendo efectos, a primeros del 2012, se prepara un recurso de inconstitucionalidad para presentar en plazo desde el minuto 1 de publicada la ley castradora. No se si al amparo, dudoso, como se aferran los taurinos tan incompetentes como siempre y tan legos, a pesar de ser alguno licenciado en derecho y dice que abogado, de las competencias del Estado y no de las Comunidades, del artículo 149 de la Constitución, apartado 28, que protege el patrimonio cultual, artístico o munumental, con previsible condena al fracaso, por no estar explícitamente contemplada la Tauromaquia como tal y si un espectáculo público o desde la óptica de la “prohibición de la expresión artística”, tanto de realizarla como de contemplarla. Prohibir la creatividad, ejemplo, la sentencia a favor de Távora y Paco Dorado de la mano del prestigiosísimo abogado Santiago Muñoz Machado, ganadero de bravo, de la Unión, para más señas, y al que los negados, nefastos y nefandos taurinos no echan cuentas y sí a los “Frailes y Peñatos” de turno.

Recurso que se puede activar desde distintos colectivos o instituciones: un grupo de 50 diputados o senadores, el Defensor del Pueblo, etc.…y el Presidente del Gobierno, ¡agua!

También puede ejercitar el recurso cualquier paisano, uno o varios, el propietario de la Monumental, su empresario, o cualesquiera que solicite permiso para dar una corrida de toros y al serle denegado el mismo interponga recurso ante el Tribunal de lo Contencioso y solicite al Magistrado Juez que lo haga.

El problema sobreviene del lapso de tiempo que tardara el Constitucional en pronunciarse, sobre tres o cuatro años, lo que constituye, en el mejor de los casos, que la ley seria efectiva en esos años de deliberación del alto tribunal lo que se antoja un tiempo de difícil recuperación.
Alguien se preguntará que adjunto a la presentación del recurso se solicite la suspensión cautelar de la ley. Pero la respuesta es la peor de las noticias para el sector pues el único con potestad para hacerlo es el Presidente del Gobierno… de España. ¡Agua!, más, otra vez.

Por ello colegimos que de prosperar la prohibición la Fiesta depende del “talante”.

Y desde hace seis años los españoles, todos, tratándose de Zapatero ya sabemos lo que es el “talante”:

¡Por detrás y por delante! ¡Vamos! en estéreo.

19 de julio de 2010

Toros, futbol y San Fermín

Los toros, hoy domingo, y prácticamente desde el triunfo de España sobre Alemania han pasado a un segundo plano. Bueno si es que la final ante Holanda ha dejado un resquicio para que ese segundo plano tenga entidad.

Pasado el hecho puntual, que dejará poso, sin duda, pero la vida sigue, ese segundo plano como segundo espectáculo de masas es una medalla de plata altamente cualificada y que, desde ya, hay que poner en valor.

Salvando las muchas distancias que tiene un espectáculo cautivador mundialmente y una Fiesta, española exportada a diferentes países como Francia y la América taurina, los toros son, por concepto, algo universal, igualmente y deben tomar nota de esta historia.

Pero para que un espectáculo, el que sea, tenga tirón, han de provocarlo los protagonistas, los ídolos, la “cara del espectáculo”. Los futbolistas hablan con la pelota, por supuesto, pero también con la boca… y de todo; de lo deportivo, lo humano y lo personal. Se les conoce al dedillo: sus gustos, aficiones, sus reticencias incluso lo que valen o como están cotizados y lo que ganan. Eso produce el despertar de la curiosidad morbosa por lo ajeno que mueve a todo ser humano y es una de las causas principales del movimiento huracanado que genera.

Mientras el torero habla, de vez en cuando, con la espada y la muleta, para luego esconderse. No se sabe si de prepotente, de acomplejado o simplemente de sinsorgo. Cada vez más.

Estamos en verano, pero en el resto de estaciones las figuras del toreo están en la “cámara” por el calor. Tanto, que muchas tardes, cuando quieren hablar, tan solo con la espada y la muleta, parece producto congelado.

Los toreros no están, no quieren, en los medios, ni siquiera especializados, de unos años a esta parte. Nunca ocurrió algo tan parecido y generalizado.

¿Qué hacer?, poco. Por frustrante que sea lo peor no es la constatación que no están, si no la certidumbre que “ni se les espera”.

Tambien el mundial, en sus fechas claves, ha afectado a la “universal” Feria de San Fermín en Pamplona siente “el aliento en el cogote” de “los mundiales”

“Feria trampa”
Se autodenomina “Feria del toro”, y lo que sale no tiene nada que ver zootecnicamente con el toro de lidia.

“Toro grande, ande o no ande”, y no suele andar, y si anda generalmente no embiste; no puede hacerlo en consonancia con la tauromaquia que se exige ahora. Tampoco están en su escaparate la flor y nata de las ganaderías que se repiten en los carteles de todas las grandes ferias salvo dos o tres tardes.

Plaza de 1ª categoría y feria “universal” que no constituye la presencia relevante de los mejores, si no una sucesión de toreros meritorios que por otra parte sería el mayor activo de San Fermín, por su labor de promoción, ante el olvido de otras ferias importantes, si no fuera por que detrás de esa justicia taurina se enmascara el bajo costo de mano de obra ante la seguridad de la plaza llena.

Aforo completo todos los días. Pero más del 50% corresponde a conglomerado de peñas que entiende la corrida como un acto lúdico más del programa festivo. Otro 25% es turismo nacional e internacional, que de forma más silenciosa cumple las mismas premisas que las peñas. El resto, público, y además lógico desenfadado y generoso.

Feria regalo. Las orejas se piden y conceden como si de una tómbola se tratara. Por ello su conocimiento se pone en cuarentena y apenas tiene repercusión más que para el currículo y los lamentos de no haber trascendido en forma de contratos.

Feria trampa, pero si no existiera habría que inventarla…además tal cual.

Feria de Burgos. A Perera le deben una

Semana poco taurina. Tan sólo Burgos estaba destinado a animar el cotarro debatiéndose entre la crisis y el futbol, factores externos que erosionan de forma puntual. Sin embargo, a pesar del aviso del año pasado, no se tomaron medidas oportunas, o no ha habido suerte, sobre el factor interno que aleja a los públicos de los toros: el animal a lidiar que con su fallo de falta de fuerzas y raza (el toro de Brugos, como cualquier plaza similar, en cuanto presentación es el de siempre, de pobre a muy pobre) han ido desencantando día a día a un público cada vez más reticente por el conjunto de argumentos apuntados. Reflexión previa.

Las fechas del domingo, previo a San Pedro, y el día después, fiesta oficiosa en Burgos, por el cumpleaños celebrado tradicionalmente de Manuel Díaz “El Cordobés”, han sido las más animadas en taquilla pasando de los tres cuartos de aforo. Esa es la horquilla en que debe moverse un ciclo sobredimensionado en festejos (7), sin crisis o con crisis, con futbol o sin futbol. Primera conclusión.

Después, lo de siempre: carteles atractivos y su armonización. No basta con juntar a tres toreros con cierto tirón.

El público que faltó el día de El Cordobés, con Rivera y Finito, au remate natural es El Fandi: y no quiso, o la empresa no pudo. Y el día de El Fandi —habituado a llenar plazas-, con Perera y Manzanares (lunes, con España descansando en “el mundial”) faltó medio aforo. El cartel no tenía sincronía, iba en mono y en los tiempos que corren, más que sonar el conjunto del cartel en estéreo se necesita sonido cuadrafónico.

Como la gran decepción que supuso la floja entrada del jueves (además de estar pasado de fecha de fiestas) con Morante y Cayetano. Anunciado Aparicio y sustituido por Abellán, que demostró estar en un momento dulce. No será culpa del madrileño que el público se retrajera de acudir a El Plantío.
Más bien que el ruido que hacen en las diferentes ferias los 50 o 100 aficionados “notables” de la ciudad de turno, Madrid y la periferia, “morantistas” y “club de fans” de Cayetano, no son suficientes para la realidad de las “nueces”: meter gente suficiente en la plaza acorde con las pretensiones económicas de los toreros para evitar la “tragedia” permanente de las liquidaciones, a las nueve de la noche que cada vez de forma más habitual define a este espectáculo como “toros y lágrimas”.

Pasados los fastos del domingo pasado, comentados con lujo de detalles en nuestra anterior Divisa, con la mejor entrada del ciclo, las tres orejas de Castella y la buena faena de Talavante a los toros del burgalés Bañuelos, proclamada como la mejor corrida de la feria, la semana deja la rotundidad del momento de Ponce (dos orejas del cuarto toro de La Palmosilla) declarado triunfador de la feria y la seriedad de la trayectoria, firme, de Morenito de Aranda (en hombros) la tarde del martes como el poso apuntado de Miguel Abellán. El Fandi, en su línea, fue otro de los que “a su marcheta” también abrió la Puerta Grande.

Feria en la que cayó herido grave un Miguel Ángel Perera competitivo con ansia de rememorar el pasado reciente. Cornada “pública” y “publicada”, nada intimista, puesto que desde el primer momento se vio con nitidez y preocupación como un chorro de sangre surtía de su pantorrilla y como su media rosa se iba tiñendo, por instantes de forma más espesa, su media rosa de un negro feo, muy feo. Se mantuvo en el ruedo, en contra de los profesionales y público, le pegó otra serie, o dos, e intentó matarlo por dos veces, estando herido varios largos minutos manteniéndose en el ruedo. Circunstancia que abrió un debate y que merece una reflexión sosegada y contextualizada dentro del ejercicio de una profesión que no solo es de riesgo, si no de ambición, orgullo y sobre todo, respeto al público que paga.

En los toros el caso es enredar, como en futbol cada aficionado tiene una alineación, y hablar y no parar.

Llueve sobre mojado, lo cual indica una actitud de convencimiento y no un hecho coyuntural.

Cuando Miguel Ángel Perera arrolló en la temporada 2008 y pudiéndose retirar como máximo triunfador del año a unas cortas vacaciones antes de la campaña americana decidió poner un broche de diamantes que superase al oro que tenía adquirido por méritos propios, además de haber escrito , ya, una página histórica. Quería más y decidió encerrarse en Madrid, octubre, con seis toros en solitario. Es lo que toda la vida se ha compulsado como ambición propia, no solo de las figuras del torero, si no de aquellos que persiguen algo más. Luego todos conocen lo que pasó. Perera se entregó al máximo, iba triunfando, con las dificultades e incomprensiones que implica hacerlo en una plaza como Las Ventas, y en lance sobrevino la cogida: tres cornadas en una. Se mantuvo hasta matar el toro, le quedaban dos en los chiqueros, manando sangre y luego, a los pocos días, tuvo que sufrir varias operaciones y un largo periodo de rehabilitación más la recuperación lógica del sitio y las secuelas que fue más prolijo todavía.

Sus explicaciones y razones ante la división de opiniones sobre si debió seguir en el ruedo o no eran tan sinceras y sencillas como simples y limpias: quería más, todo o nada, aunque lo hecho en ese 2008 y esa tarde ya era mucho, pero quería todo. Era Madrid y el colofón a un ejercicio que le abriría un sitio en la historia de proporciones inalcanzables hasta entonces y en un futuro, si es que no lo había logrado ya.

El pasado lunes sucedió en Burgos. En mitad de la temporada y en un momento de su carrera en que intenta reverdecer los laureles del antaño muy reciente.

Plaza de segunda, una feria más dentro de una programación de actuaciones cuajada de festejos y el más inmediato hoy domingo en Barcelona con un cartel de repercusión, quizá un eco que no tiene Burgos en el devenir de una temporada taurina donde los triunfos son efímeros en el día a día si no se revalidan de forma regular en todos los festejos del carrusel de ferias del verano.
Tenía todos los argumentos para irse a la enfermería como un bravo y un valiente tal y como se produjo la cornada en plena entrega del torero ante un animal incierto. Fue consecuencia de arriesgar en pos del triunfo que estaba consiguiendo, redondear, y pasó lo que pasó: pronóstico grave, dos operaciones y nuevamente en el dique seco; adiós a Barcelona, plaza de primera, y ahora a esperar si llega a Teruel, o “sin anestesia” a una de las citas importantes de la temporada como es Pamplona, eso si llega.
Y se abrió “el melón” de las opiniones casi todas en la misma dirección de la supuesta torpeza.
Pocos o nadie han reflexionado sobre una actitud de gallardía y hombría, de torero cabal, de figura máxima que pasa por lo principal el respeto a todos los públicos.

Si lo hizo en Madrid jugándose todo a cambio de nada, ¿por qué no en Burgos jugarse nada, de prestigio o proyección, a cambio de todo, de su vida y de su temporada? ¿O es que el público de esa tarde no había pagado su entrada por verle?.

Antes que cualquier censura Perera merece un reconocimiento, de gratitud y de grandeza torera. Así se forjaron a lo largo de la historia de la tauromaquia las leyendas de las más grandes figuras. Y en esta época Perera no solo lo es, si no que pretende superarse día a día, a pesar de habladurías de patio de vecindad y los más variopintos intereses creados.

Toros, el estado de la cuestión: síndrome de tortícolis

Con la jornada de hoy domingo concluye, prácticamente, otro avance del muestreo del estado de la Fiesta en lo que es su segundo circuito.

Mes de junio marcado en su inicio por el final de Madrid en contraste con estas ferias alrededor de San Juan, Pedro y Pablo, ferias del “medio toro” de alivio y carga de combustible de orejas y Puertas Grandes, para enlazar con la Feria del Toro, del toro grande, amplio, en Pamplona por San Fermín. Queda como “banderín de enganche” hasta Pamplona, la feria de Burgos que en tan solo dos jornadas, muy distintas en carteles, por cierto, ya ha mostrado sus tendencias.

Este “segundo cinturón” (Alicante, Badajoz, Burgos, y las más concentradas por parcas en festejos, Algeciras, León, Soria) es junto con otros de menor calado el colchón sobre el que descansa la Fiesta para mostrar la realidad del momento: delicado, muy delicado.

La crisis, que era pregonada desde hace dos años, y el mundial de futbol, cuya celebración se sabe con anterioridad suficiente, la clasificación de España igual y su calendario real e hipotético en caso de clasificación, están dando un serio aviso al espectáculo taurino que vive del día a día; que posiblemente llegue, dicha crisis, con retraso respecto de otros sectores, pero que ya está aquí, verdad como la vida misma, y que el año pasado ya enseñó la “patita” sin que la mayoría le echara cuentas de previsión de alternativas: plan B o C.

La Fiesta es algo más que las grandes ferias soportadas por un abono con musculatura que las hace viables con medidas de ajustes a costa de balances menos rentables o nada, pero con margen suficiente de defensa en tiempos de sobrevivir.
Simón Casas, empresario —entre otras plazas- de Alicante ha puesto el dedo en la llaga “se pierde dinero todos los días” , incluso se ha arrogado, no sin cierta razón, casi la exclusividad del mensaje-alerta denunciando que pocos o ninguno lo dicen, y menos afrontan la situación.

Tiene razón cuando señala a las administraciones públicas propietarias de los inmuebles como las causantes de tal situación por el “tancredismo” con tufos despectivos hacia el toro de que hacen gala y no flexibilizar las exigencias de canon por piso plaza y número de festejos en virtud de la coyuntura. Cierto. Pero no lo es menos que, como queda escrito antes, los dos factores de estas ferias-muestra, uno nada probable de cortoplacista y el otro, los mundiales, con fecha de caducidad, eran previsibles, y el sector, como siempre, no ha movido ficha.

Es cierto que sería necesario, como en política, o en lo laboral, pactos o convenios que adecuaran los pliegos por parte de las administraciones titulares. Pero ello pasaría por un primer paso de unidad entre los empresarios con mensaje unívoco, cosa improbable por la acrisolada competencia desleal y la desconfianza —todos contra todos- del sector de la que son conscientes y sacan su tajada dichas administraciones. Pero, en el mejor de los casos, dicho entendimiento y para garantizar la igualdad de oportunidades como norte de toda “cosa pública” conllevaría la resolución de los contratos en vigor y sacar concursos nuevos asequibles al momento, si se quiere, incluso, partiendo con alguna ventaja (vestida de experiencia in situ) del arrendatario afectado. Pero este es el minuto del partido en que los empresarios reculan. Incluso el propio Simón Casas no lo deja claro en sus manifestaciones si no todo lo contrario. Me explico, lo que se intuye pretende, o pretenden, es que uno a uno, y mirándose de reojo todos, arreglen su problema puntual y que su administración correspondiente le revise su pliego, que no es otra cosa que la oficialidad de su oferta voluntaria con la que ganó a otros, de forma unilateral en flagrante compadreo.

En cualquier caso me ratifico que Simón Casas tiene la razón en denunciar como parte de la imposibilidad de, al menos, defender el negocio la voracidad inmisericorde de las administraciones y su total abandono falta de apego y cariño al segundo espectáculo de masas en España.

Pero, como muchos toreros, su valor es limitado, y su razón es parte, o media razón, que como las verdades a medias, a veces, son nocivas por ser maniobras de distracción de la realidad de los hechos fundamentales:

1.- Que son los propios empresarios taurinos los que tienen la iniciativa de presentarse a los concursos sin que nadie les obligue y que con sus desorbitadas ofertas en canon y festejos vician a una administración ya de por sí usurera y que ve la puerta abierta en la modalidad de concursos al alza, la mayoría sin tope, para que entre todos encubran auténticas subastas descabelladas.

2.- Y más importante. Las barbaridades que están pidiendo, y cobrando las figuras, o llamadas figuras, del toreo. No por que jugarse la vida tenga precio, o lo ponga la crisis o el fútbol, no: el arte en simbiosis con la vida en juego no lo tiene; simplemente por que no generan lo que pretenden, y en muchos casos consiguen en cuanto a “caché”. Ni siquiera juntando a los tres de mayor tirón en, aproximadamente, 25 festejos celebrados en estos días y en estas ferias clásicas de junio, y con el medio toro de alivio, a lo más que se ha llegado a los ¾ de aforo en este tipo de carteles, o el casi lleno de Burgos, con el ganadero local, Antonio Bañuelos, El Cid, Castella y Talavante.

Pero llegado a este punto ¿Quién le pone el cascabel al gato de la autocotización y el dinero de las figuras que no acaban el papel, repito, ni de tres ten res? Simón Casas también mira para otro lado.

Son legión, por no decir todos, los taurinos, muchos, que van a acabar con el cuello escayolado o con “collarín” de quita y pon según venga el aire. Porque la cuestión es siempre “echarle la culpa al empedrado” : el “síndrome de tortícolis”, patología crónica de la gente del toro.

27 de junio de 2010

La resaca de San Isidro

La “borrachera” de festejos de las “Ferias de Primavera en Madrid” (antes San Isidro) dan paso, como toda intoxicación (término nunca mejor aplicado) etílica a la correspondiente resaca.

La resaca, según la ciencia médica, es un cuadro de malestar general que padece al despertar quien ha “bebido” en exceso. Yo, por mi cuenta —y no hablo por experiencia propia, si con conocimiento de causa por múltiples referencias- añado que entre los efectos colaterales está el aborrecimiento del alcohol durante algunos dias, no muchos, a veces durante horas; en el caso de la “borrachera” taurina venteña, los efectos secundarios duran meses, o quizá un período de un año, hasta la próxima, si tenemos en cuenta que muchos tienen que beber en “otoño” de forma obligatoria para pasar el test del abonado y acuñarle su cartilla como tal. Un test que, entre otras cosas, no es gratuito si no todo lo contrario. Alguien, voces hay, le llaman “impuesto revolucionario”.

Hay una resaca “marinera” que tras el temporal tira, sin apenas percibirse, para adentro, en aparente calma chica.

En el Madrid taurino tras el temporal, curiosamente, no se ha pasado a “mar gruesa” y si a esa resaca subliminal y engañosa de resignación interna.

Lo curioso de la resaca post-isidril, donde te han mezclado botella etiquetada con tetra-brik en cantidades no proporcionales, siempre a favor del cartón, es que afecta al consumidor (que pasa “resacoso”), al expendedor y a la propiedad del chamizo (la gran responsable) que no solo no espían sus pecados de adulteración para a partir de junio degradar el producto a garrafón puro y duro con tal de mantener abierto el negocio.
No es verdad que Madrid ya no cuente para nada en la movilidad de la temporada ni que no valga “un duro”. Cierto es que sus “ferias y festejos de primavera” (antes San Isidro) cotizan el “duro” a dos pesetas, y su resto de temporada a 50 céntimos, pero a pesar de su devaluación no deja de ser moneda de curso legal —la peseta siempre será el cambio de referencia popular- ; principalmente para valores toreros nuevos, emergentes y veteranos con poso y de posible rescate.

Negocio, por otro lado, ruinoso que no exime a la gestora de su responsabilidad, los costos del montaje son iguales haciéndolo bien como mal, pero si es un atenuante.

La empresa en su búsqueda de recursos para mermar pérdidas ha encontrado una aliada en la TV de Castilla la Mancha, que palia en alguna medida los números rojos de cada festejo televisado, más de uno y de dos. No es que sea gran cosa, pero al cabo del verano “un grano no hace granero pero ayuda al compañero”.
El problema es que este acuerdo devenga un “peaje” que, como siempre, se carga al consumidor: cada festejo televisado por Castilla La Mancha solo da a la empresa un margen de maniobra para entre, compromisos y algún “coleta” posible e interesante, colocar dos toreros en la terna. Uno fijo debe tener “pedigree” castellano-manchego y responder a los caprichos del Director General del ente con una lista de espera más larga que un vuelo de Iberia a Quito.

Este dato no hace más que abundar los argumentos que señalan a la Comunidad de Madrid como la gran culpable, y en parte única, del deterioro hacia el abismo de Las Ventas.

Mientras, Telemadrid, usufructuada por el Gobierno regional, se entretetiene en jugar, con índices ínfimos de audiencia, a ser una “tele” generalista y nacional en el que los toros son marginales y a veces “al relance” del impulso de otras teles regionales como por ejemplo hoy donde han retransmitido la alternativa de Esplá (hijo) desde Alicante —sin ningún torero madrileño en el cartel-, en vez de estar en “el foro” a quien se deben por principios estatutarios.

Para más guasa, el ente madrileño dispone de un segundo canal, hasta el momento legalmente dudoso, que le llaman “la Otra”:
Y a nada tengo derecho,
Por que no llevo un anillo
Con una fecha por dentro.

Tal que además de su alegalidad o ilegalidad, sus índices de audiencia no computan por ser menores que un canal de comunidad de vecinos. Hoy daba el Alcorcón-Onteniente, como mañana puede ofrecer un partido de voley playa de solteros contra casados del “club de la capa” en las antiguas instalaciones del Parque Sindical.

Si después de “ratear” mil millones de pesetas por canon a las gentes del toro y el público, La Comunidad, tuviera la decencia de cuidar “la teta de la vaca”, en vez de succionarla, con medidas de apoyo, fomento y difusión a través de sus canales de televisión.

Bastaría un gesto con la una o con la otra, su implicación (además de unos derechos de retransmisión que alivien “la ruina” de cada festejo aunque sea mínimamente, algo es algo, como hace Televisión Castilla la Mancha), conllevaría un servicio público a casa del sufrido aficionado a los toros madrileño que además significaría mayor repercusión de lo que pasara en potencia, en el ruedo, merced a los espectadores pasivos de la tele, pero, sobre todo, que los carteles no quedarían mutilados en la operatividad de la empresa y adquiriría, La Comunidad, legitimidad para proteger, primero, a toreros interesantes, a triunfadores en precario en Madrid dignos de repetir y por ende a los toreros madrileños, que son legión, han salido de la escuela de tauromaquia, la mayoría, que cuesta un dinero —por supuesto insuficiente- y por el momento no han demostrado ser inferiores a tanto enchufado que hace el paseíllo en La Monumental.

¿Se pierde dinero todos los días? (Reflexión de la semana)

Simón Casas, empresario –entre otras plazas- de Alicante ha puesto el dedo en la llaga “se pierde dinero todos los días” , incluso se ha arrogado, no sin cierta razón, casi la exclusividad del mensaje-alerta denunciando que pocos o ninguno lo dicen, y menos afrontan la situación.

Tiene razón cuando señala a las administraciones públicas propietarias de los inmuebles como las causantes de tal situación por el “tancredismo” con tufos despectivos hacia el toro de que hacen gala y no flexibilizar las exigencias de canon por piso plaza y número de festejos en virtud de la coyuntura. Cierto. Pero no lo es menos que, como queda escrito antes, los dos factores de estas ferias-muestra, uno nada probable de cortoplacista y el otro, los mundiales, con fecha de caducidad, eran previsibles, y el sector, como siempre, no ha movido ficha.
Es cierto que sería necesario, como en política, o en lo laboral, pactos o convenios que adecuaran los pliegos por parte de las administraciones titulares. Pero ello pasaría por un primer paso de unidad entre los empresarios con mensaje unívoco, cosa improbable por la acrisolada competencia desleal y la desconfianza –todos contra todos- del sector de la que son conscientes y sacan su tajada dichas administraciones. Pero, en el mejor de los casos, dicho entendimiento y para garantizar la igualdad de oportunidades como norte de toda “cosa pública” conllevaría la resolución de los contratos en vigor y sacar concursos nuevos asequibles al momento, si se quiere, incluso, partiendo con alguna ventaja (vestida de experiencia in situ) del arrendatario afectado. Pero este es el minuto del partido en que los empresarios reculan. Incluso el propio Simón Casas no lo deja claro en sus manifestaciones si no todo lo contrario. Me explico, lo que se intuye pretende, o pretenden, es que uno a uno, y mirándose de reojo todos, arreglen su problema puntual y que su administración correspondiente le revise su pliego, que no es otra cosa que la oficialidad de su oferta voluntaria con la que ganó a otros, de forma unilateral en flagrante compadreo.

En cualquier caso me ratifico que Simón Casas tiene la razón en denunciar como parte de la imposibilidad de, al menos, defender el negocio la voracidad inmisericorde de las administraciones y su total abandono falta de apego y cariño al segundo espectáculo de masas en España.

Pero, como muchos toreros, su valor es limitado, y su razón es parte, o media razón, que como las verdades a medias, a veces, son nocivas por ser maniobras de distracción de la realidad de los hechos fundamentales:

1.- Que son los propios empresarios taurinos los que tienen la iniciativa de presentarse a los concursos sin que nadie les obligue y que con sus desorbitadas ofertas en canon y festejos vician a una administración ya de por sí usurera y que ve la puerta abierta en la modalidad de concursos al alza, la mayoría sin tope, para que entre todos encubran auténticas subastas descabelladas.

2.- Y más importante. Las barbaridades que están pidiendo, y cobrando las figuras, o llamadas figuras, del toreo. No por que jugarse la vida tenga precio, o lo ponga la crisis o el fútbol, no: el arte en simbiosis con la vida en juego no lo tiene; simplemente por que no generan lo que pretenden, y en muchos casos consiguen en cuanto a “caché”. Ni siquiera juntando a los tres de mayor tirón en, aproximadamente, 25 festejos celebrados en estos días y en estas ferias clásicas de junio, y con el medio toro de alivio, a lo más que se ha llegado a los ¾ de aforo en este tipo de carteles, o el casi lleno de Burgos, con el ganadero local, Antonio Bañuelos, El Cid, Castella y Talavante.

Pero llegado a este punto ¿Quién le pone el cascabel al gato de la autocotización y el dinero de las figuras que no acaban el papel, repito, ni de tres ten res? Simón Casas también mira para otro lado.
Son legión, por no decir todos, los taurinos, muchos, que van a acabar con el cuello escayolado o con “collarín” de quita y pon según venga el aire. Porque la cuestión es siempre “echarle la culpa al empedrado” : el “síndrome de tortícolis”, patología crónica de la gente del toro.

14 de junio de 2010

Las Ventas. ¿Y ahora qué?

Ahora sí. ¡Por fin!, o lamentablemente, porque el verdadero aficionado quisiera toros todos los días del año, ha terminado este engendro de festejos continuados servido en varias entregas para vestir el muñeco pero más que con un traje con un disfraz de carnaval propio de grandes mascaradas como ésta.

Y lo escribiré pronto: la culpabilidad del barbecho sobre el que patina un año sí y otro también desde el 2.006 un almacén de fechas apiladas en ciclos impostores, es de la administración Aguirre (Condesa consorte de Murillo y Grande de España… ¡y olé!).

Han concluido las “ferias y festejos extraordinarios de primavera” de Madrid. Lo que antes era, simplemente, San Isidro. Tan corto pero tan grande, en todo, en mediocridad, a veces, incluso. Pero funcionaba, el modelo funcionaba.

Cierto es que eran 37 festejos de abono con las novilladas de las fiestas de La Comunidad (extraordinario trampolín para la cantera, con la plaza llena y la televisión) y que se hacía prolijo de digerir y costoso, económicamente, de soportar; pero no había trampa ni cartón. Todo era abono de San Isidro, menos la corrida del 2 de mayo y las “antiguallas” de las de la Prensa y Beneficencia que como tal deberían de desaparecer porque hace tiempo que no cumple su misión de mecenazgo una (la propia asociación de la Prensa debería pedir su renuncia a ¿patrocinar? el engaño) y de “beneficencia” la otra.

Con mayor o menor brillantez en su desarrollo en el plano artístico, hasta el 2004 el sistema funcionaba en sus mecanismo y en lo económico daba un margen cuantioso de recursos a la empresa y sobre todo, ingresos, a la Comunidad.
Quizá se imponía un relevo en la gestión, los mismos Hnos. Lozano fueron los primeros en detectar el desgaste y no pedir la prórroga para el ejercicio 2.005, pero nunca del modelo. Sí matizarlo, pulirlo o perfeccionarlo, pero no arrasar con la política taurina de Leguina y Gallardón que tan buenos frutos dio a todos, y que ahora se añoran, aunque algunos de “piñón fijo” yerren el tiro queriendo cargar las tintas sobre la gestión a la hora de diagnosticar la culpabilidad de la mediocridad de una feria, como la acabada, que por otra parte se está analizando desde el catastrofismo.

Posiblemente, en un lapso de tiempo inferior (6 años), la erosión, por culpa del modelo, haya sido mayor en la empresa actual que en las anteriores (9 años Manolo Chopera y 15 de “Los Lozano”) y el cambio, ley de vida, anide en la mente de muchos. Pero no es la solución, sí el cambio de modelo por parte de la Administración regional.

Un cambio de modelo que esta misma administración empezó a reconocer de forma implícita en 2006, pero que en el concurso para 2007 en su ensoberbecimiento no aplicó, si no, que con su “sostenella y no enmendalla” de todo necio, enmascaró su error de reducción de festejos sin cuadrar la ecuación de, con los precios estabilizados, sin embargo gravar con 1.000 millones de pesetas (más otras obligaciones de letra pequeña) el canon de explotación.

Tal así que al socaire, en 2006, de cumplirse un dudoso 75 aniversario sacó un comodín tramposo de la bocamanga: una feria, no obligatoria para el abonado, pero con todo lujo de carteles en grado de tentativa que, de dudosa financiación, ¿a cargo de quien?, tanto entonces como hoy, paliara los resultados, la cuenta de pérdidas, que en ese 2005, por el modelo, y por la mala gestión de un intruso ladrillero afín, protegido y beneficiado por la Comunidad en grado de sumo descaro, arrojó 500 millones. Los datos no han sido nunca rebatidos.
Las bases del concurso para 2007 no variaron y hasta hoy con las prórrogas. El torpe es el único animal que tropieza varias veces en la misma piedra: igual modelo, encantados de haberse conocido y se han ido celebrando de forma torticera el 76, 77, 78 y el presente 79 aniversario. Todo no tendría mayor importancia si no fuera por la debilitación que en carteles ha supuesto para el abonado su clásico San Isidro, obligatorio, en favor del ciclo “apósito”. Tanto que las críticas recibidas en tal sentido en los años anteriores hizo a la actual empresa equilibrar, este año, lo poco que hay en la cima del escalafón dejando ambos seriales muy pobres, casi vacíos de contenido, en cuanto a carteles con aliciente se refiere.

Uno de los grandes errores ha sido vender de forma globalizada la feria más larga e importante del mundo como si todo fuera San Isidro, como hasta hace poco (36 o 37 festejos), pero con la farragosidad e incomodidad inherentes a tal barullo de nomenclaturas y despropósitos conducentes a la sensación de “estafa”.

Ese hastío es, quizá, lo que ha propiciado que estas Ferias de Primavera en Madrid se hayan analizado desde el catastrofismo más sectario y nada riguroso de análisis, por cuanto ha sido de las más brillantes respecto del juego de los toros, en un año muy difícil, y sólo en el debe de su lucimiento está el paso de puntillas del 90 por 100 del escalafón.

¿Y ahora qué?
Pues más de lo mismo. Este gobierno está fuerte políticamente y sin oposición, con lo cual “los toros” no inquietan. Para el próximo año la empresa solicitará la prórroga en tiempo y forma y la Comunidad la concederá puesto que será año electoral. Por estas fechas estaremos cerrando la feria del 80 aniversario. Y suma y sigue.
¿Y cual sería la solución? Me preguntaran ustedes. Complicada.

Hay dos escollos conexos, uno con el otro, que dificultan muy mucho una cirugía, no a corazón abierto, simplemente reparadora y volver a los orígenes de la gestión interesada o un pliego de condiciones más racional que de instrumentos y recursos de viabilidad para la mejora de la oferta teniendo en cuenta no perder nunca las señas de identidad de San Isidro, es decir: su metraje, de un mes y algo, entre 30 0 35 festejos más o menos, con sus fechas libres para oxigenar y prever contratiempos meteorológicos ( como se hacía no ha mucho) y que siga siendo, festejo a festejo, la plaza más barata del mundo (las cuentas salen si la Comunidad obvia su voracidad vampírica respecto de “los toros”). Amén de seguir siendo plaza de temporada, a pesar de los “cuarto de aforo” del resto del calendario que es más de media Maestranza pero que tiene unas características impares de vivero y rescate de toreros posibles; este punto sí es responsabilidad de la gestión, mejorando muy mucho los carteles y dar verdaderas oportunidades a quien se lo merezca por sus posibilidades y no el cajón de sastre de compromisos y otras bastardías.

Es pedir a los hipócritas políticos del PP madrileño un ejercicio de voluntad en favor de La Fiesta y renunciar a parte del botín al que ya se han acostumbrado. Bastaría que ante la competencia desleal, conocida, de los empresarios taurinos el “pliego” saliera con un techo razonable que evitara la subasta desmadrada habitual, tal como ha hecho Valencia.

A lo más que han llegado es al cinismo de proclamar los toros BIC y de momento, tampoco se les espera, no renunciar a sus tramos correspondientes de IVA, ni en el que devenga el canon ni en el reportado por la venta de entradas.

Pero aquí, algo tiene que decir ya los estamentos taurinos. Todos a uno deben clamar y exigir el cambio de modelo y desde la misma perspectiva que Aguirre tocó a rebato por la rebeldía e insumisión fiscal ante algunas medidas del gobierno el sector debe actuar en consecuencia, todos. Puesto que una huelga de empresarios daría paso libre, aun más, a otros intrusos habituales por la notoriedad social de Las Ventas, estos (los empresarios taurinos) deben sentir la solidaridad de toreros y ganaderos boicoteando cualquier tentación empresarial a golpe de talonario de “ladrillo visto” y “gotelé”. El sector no puede permanecer un minuto más mirando para otro lado mientras su referente, San Isidro, se tacha de caótico y lamentable además de por su lectura sesgada por su inviabilidad según el modelo actual por el cual de cada 73 millones (antiguas pesetas) de aforo completo, 30 han de ir a amortizar el depredador canon de la administración Aguirre. Esta situación y estos titulares hacen daño a todo el conjunto de La Fiesta.

Estas hipótesis de trabajo son posibles, pero hartamente, por todo lo expuesto, improbables.

Como que con una racionalización del canon hubiera más recursos para que “las figuras” en ciclo tan largo comparecieran más tardes.
Hay razones que el dinero no lo pueden y constituyen otro de los obstáculos para que esta feria y esta plaza sea el contrafuerte en que se sustente “el toreo”.

La hostilidad y el poco agradecimiento al esfuerzo de muchos toreros y las figuras, habitualmente, este ha sido un año depresivo, de un sector de público hace del coso venteño una olla a presión tan desagradable como entendible de eludir por aquellos que creen haber hecho sus deberes. Y un mayor amplio sector con su pasotismo otorga carta de naturaleza a la crispación infundada abundando la desesperanza.

Se me ocurre una “boutade”, lo reconozco, en la filosofía de “cuanto peor mejor”. Haría falta diseñar una feria, o ferias, malas, muy malas, pero de verdad, para que cinco o seis mil abonados renunciaran a su privilegio. ¡Sin que cunda el pánico! Al día siguiente habrían sido adquiridos, todos (y más) por savia nueva de público que quiere ir a los toros a disfrutar, dentro del rigor que siempre caracterizó a Madrid.

Madrid es posible. A pesar del “7”, el “sol alto” y los “borjamari” de sombra. A pesar del gobierno de la Sra. Aguirre. Además no hay otro, solo que ponerle las pilas, por que a los “tomasines” (de Tomás López, no el de Galapagar) ni están ni se les espera.

FOTOGRAFÍA: Juan Pelegrín

13 de junio de 2010

Feria Aniversario: No quisieron ver a El Juli

Crónica de un fracaso anunciado. No de El Juli, por cierto, sino de “Madrid”, definitivamente un “gache” por culpa de la sinrazón, la intransigencia, el “gallinero” del 7 más los altos de sol y, sobre todo, de la autoridad “incompetente”.
La tarde era para José Tomás. Por lo tanto ya venía torcida más que gafada. Descolgada del conjunto de “ferias de primavera en Las Ventas”, con la ausencia del de Galapagar y una climatología indecente que se puso de parte de los reventadores habituales. Todo eso lo sabía El Juli y, con asunción de responsabilidad de máxima figura, no volvió la cara al reto aun a sabiendas de consignas para partírsela.

Miguel Buenache es un tipo, como indica su apellido, “bonachón” y afable, tremendamente servicial y muy eficaz que se mueve discretamente en los ambientes festivos madrileños con “mando en plaza”. La tarde era de José Tomás, al que Buenache idolatra, con toda la razón, como profesa amistad, de la “guay”, con el Sr. Gómez, don César, a la sazón Presidente de la corrida. Es de suponer que por empatía, “los amigos de mis amigos son mis amigos”, ambos quedaron “compuestos y sin novia” ante el anuncio de la ausencia de José Tomás. A partir de ahí, es de suponer, que otro torero, a ellos no les valía, menos el sustituto, menos si el “osado” era Julián López “El Juli”. Y pasó lo que pasó.
El madrileño gozó de uno de los tres toros encastados y nobles de un encierro de El Ventorrillo irreprochablemente presentado y que dio juego fifty-fifty.
De los tres “buenos”, 2º,3º y 4º, quizá el menos pastueño fue el primero del lote de Juli. Un animal que a cualquier otro espada menos puesto se le hubiera ido y que Julián supo sacar el fondo de raza que el animal tenía. No fue fácil. Para ello tuvo que hacer un esfuerzo desde el primer momento (ahora se dice “minuto 1”) en que sobó por el pitón menos aprovechable (el izquierdo) para, puliendo asperezas, desarrollar un toreo mandón de mano baja y trazo largo manejando, alternativamente, las dos manos. El toro no tenía mal embroque, lo que hacía aflorar más esta virtud que el defecto de tender a quedarse debajo. Juli le fue alargando la embestida hasta provocarle el último tranco con inusitado pulseo y temple. Faena de manual editada por un “maestro” rematada por una estocada con “denominación de origen”. El quinto daba pocas opciones y menos le dio Juli al “ventorrillo” abreviando en un trasteo que ya comenzó con los mismos tics y mensajes groseros de los “ilustrados”. A esas alturas Juli no tenía el cuerpo para “ruidos”. Su esfuerzo y su sentido de la responsabilidad se habían estrellado, una vez más, con un ejército de tontos, el vasallaje del “usía”, los fantasmas ausentes y la “connection”. De los polvos del 2º, los lodos del 5º.

Del absurdo contencioso entre lo que, erróneamente, llaman “Madrid” (con el “lacayaje” de cualquier “palco”) y El Juli, pudo sacar partido Talavante, “colega” de Sergio Ramos, a su vez “tronco” del bueno de Buenache, y a punto estuvo de funcionar toda la cadena de la “connection”. Gozó el, quizá, toro más completo de Ventorrillo, 3º, y su labor fue de disposición y cierta entrega con no mal manejo de los avíos, pero abusando mucho de “la ayuda de espada” al natural y recorriendo mucha plaza. Tenía la oreja en el esportón cuando se cruzaron las armas toricidas en su triunfo que quedó en vuelta al ruedo. El sexto no sirvió ni tampoco Talavante cruzó la línea roja de apostar a ver que pasaba.
Ocurrió igual con el primero de la tarde. Manolo Sánchez, en tarde fría, abrir plaza y temporada, era su primera corrida, no se dio coba ante un animal brusco y con la cara por las nubes al que le costó mucho despenar. Si tuvo un 4º con bondad y alegría al que por momentos sacó la suavidad y clase que el de Valladolid atesora, pero de forma tan intermitente y tan de más a menos que no escribe ninguna historia.


RESEÑA

Madrid, Plaza de toros de Las Ventas (1º categoría). Casi lleno en día lluvioso y antipático.
6 toros de El Ventorrillo. Hondos, bien armados y de gran remate. 3 encastados, 3º con mucho que torear, 4º alegre, 5º bondad. Los otros tres bruscos y complicados.
Manolo Sánchez, pinchazo, otro hondo, descabello, dos pinchazos y estocada baja; protestas. Tres pinchazos y estocada corta fea; silencio.
El Juli, estocada; petición y ovación con saludos. Tres pinchazos, estocada baja y descabello; silencio.
Alejandro Talavante, estocada atravesada, cinco descabellos; petición, vuelta y aviso. Estocada; silencio.


FOTOGRAFÍA: Juan Pelegrín

7 de junio de 2010

Feria del Aniversario (Reflexión)

En tan solo cuatro días, y seguidos, han salido al ruedo venteño, al menos 15 toros entre excepcionales y de premio, con nota alta y otros notables, todos de triunfo y media docena de toros posibles para cortarle la oreja o reivindicarse en Madrid.

Incluso con otro ambiente y toreros menos desmotivados la simplona corrida de Valdefresno del lunes hubiera lucido más. Así mismo como dos toros de Vellosino el martes dentro de un encierro con carnes, cuernos y demasiado adulto. 3º y 5º merecieron mejor trato, aunque la afición se lo reconoció con sendas ovaciones.

Fue a partir del miércoles poniendo colofón la tarde de ayer sábado para cerrar con broche de metal, más o menos precioso, lo que algunos predecían hojalata.

Una corrida de El Cortijillo, con tres toros de excelente y alta nota, 4º,2º,5º, y uno más que notable, el 3º. Con 1º, de Lozano Hnos complicado pero encastado y 6º noble pero humillando mucho. En cuanto al toro, la corrida de la feria, posiblemente. Y además excelentemente presentada.

Otra de Victoriano del Río con otros tres ejemplares encastados y con clase, excepcional de clase el 4º, y con más motor 2º y 5º. 3º y 6º nobles, dañado por le picador el tercero y algo descoordinado el 6º pero ambos muy aprovechables. El primero dijo nada, ni de presencia ni de juego, sin embargo dejó estar.

La de Cuvillo se desgastó mucho en el caballo, más por emplearse y quedarse en el peto que por castigo los cuatro primeros. A los dos últimos si se les pegó duro y aunque nobles terminó por faltarles empuje y también una lidia más acorde a sus condiciones, sobre todo el 5º, buen toro.
El 3º es de los de premio, por bravo. Aguantó los cinco quites, quizá el suceso de la feria, y duró más de lo esperado en la muleta. Y el 2º tenía un pitón izquierdo de cortijo.
1º y 4º, nobles pero apagados.

Y no desentonó la corrida remendada de La Palmosilla con dos ejemplares para abrir plaza de Torrealta, con poder, presencia y cuernos. Con movilidad y motor el primero, más templado el segundo.
De los de Palmosilla destacó el noble 5º y
dejandose el 3º. Más complicado el 4º.
Bueno el sobrero 6º de Moisés fraile. Total 4 para 5 toros posibles.

Sangre Núñez, sangre Domecq. Primas hermanas. Como “atanasios, lisardos” de Puerto de San Lorenzo, Dolores Aguirre o Bayones.
Este San Isidro pasado ha sido uno de los menos densos en corridas toristas, ni siquiera la semana llamada como tal que cerraba feria, que al contrario que en otras ocasiones ha sido más que aceptable de juego: Cuadri, Samueles, incluso los Palha, dos de cuatro.
Pero en más de un mes de toros entre Comunidad, isidrada y Aniversario la palma se la han llevado lo que en el argot del aficionado, el que se autotitula como tal, presume de ello u se arroga una sapiencia y entendimiento superior a la media; en su lenguaje un tanto peyorativo denominan como ganaderías comerciales, babosas, para figuras y figuritas, para poder cortar el cupón, picar billete y seguir temporada hasta las sesenta, setenta o más corridas.
Mientras que esta plaza pone la proa a los hierros que están en todas las grandes ferias se flagelan porque no hay más, o no hay, “saltillos”, “albaserrdas”, “santacolomas”, “pabloromeros”, cebadagagos”, “prieto de la cal”, etc. Hacen sus listas negras y blancas y así pasa.
Destacó una pancarta, en el sol alto, durante la lidia de la corrida de El Cortijillo que rezaba “vaya mierda de ganadería”. Perdón por ser fiel a la textualidad.

Los toreros no es que hayan sido especialmente brillantes en esta feria si no su lacra.
Pero miren por donde aquellos aguerridos tan apreciados en Madrid este año han gozado de hierros comerciales, y el resultado es que con ellos han naufragado.
Antes se hablaba de Madrid como la primera afición del mundo y se adornaba el dicho “de Madrid al cielo “…pasando por Las Ventas.
Ahora, desde que esta afición, supuesta, instaló sus caprichos y coacciones el paso por Las ventas es de Madrid al infierno.
El follón y la bronca con consignas premeditadas es como la mentira que tiene las patas muy cortas.
A ver cuando La comunidad tan presta a escucharles y complacerles hace el completo y descubre una cerámica en el 7 y los altos del 6 y el 5 A Pinocho.
Presumen de ser de Madrid, pero tengo dudas que sean del mismo Madrid. Y es que refiriéndose, seguro, a estos “aficionaos” ya lo dijo Cervantes: “Gente de pueblo, gente ignorante”.

FOTOGRAFÍA: Paloma Aguilar

Resúmen Feria del Aniversario

La Feria Aniversario ha supuesto una pequeña brisa de aire fresco y una brizna de esperanza. La semana ha sido entre aceptable y buena. Algo que debería ser normal en esta serie de ciclos se hace excepcional, y aunque muy al final bienvenida sea.

Hasta el rabo todo es toro.

Y el toro ha sido el gran protagonista que ha puesto colofón a un serial con muchos y buenos ejemplares que no encontraron la réplica en los toreros, figuras y no figuras durante todo San Isidro.

En la feria Aniversario los toreros trataron mejor a sus oponentes, hubo un mayor equilibrio y los resultados sin ser espectaculares, con la mitad, hubieran valido para que estas cinco semanas no resultaran tan frustrantes propiciando un ambiente catastrofista que no ha permitido, en general, analizar los hechos en profundidad, ni escrutar la letra pequeña.

Ha bastado que Juan Bautista, mucho mejor que ayer, pero menos que antes de ayer, entiéndase año 2007, compuesto y fresco de cabeza, para que al tran tran con dos espadazos eficaces cortara dos orejas justitas y abriera la Puerta grande por primera vez y única respecto de los toreros de a pie.

La gran tarde de Castella el jueves nos instalaba en un pasado muy reciente de ilusión. Pisó la plaza con su categoría de gran figura, tuvo que cortar tres orejas, pudo abrir la Puerta grande con dos, y al final fue una. Cierto es que contó con un gran lote de Victoriano del Río pero no lo es menos que su entrega, estoicismo, quietud y el manejo de los trastos con capote, respondiendo a Perera en un pique capotero en edición reducida, y muleta sobre todo en la faena a su primero y el vibrantísimo y largo, muy largo, inicio de trasteo del quinto. Ahora podremos discutir si en este se desfondó, si el toro acusó el achique de espacios al que le sometió el torero en el tramo final y demás. Pero este es el Castella que argumenta su condición de primera figura.

Un sándwich de sensaciones toreras para disfrute de los aficionados que tuvo su prólogo en la corrida de Beneficencia con las mejores versiones de ambición y capacidad de Daniel Luque que dio una vuelta al ruedo orgullosa y retando en capote a Morante de la Puebla estando a la altura en una fase de cinco quites que constituye el momento memorable de todo el ciclo, y quizá haga historia, en el que el toro de Cuvillo cobró su protagonismo y puso su montaña de arena.

El epílogo de esta trilogía de festejos que pivota en torno a la actuación de Castella, llegó el sábado con la mejor corrida, buena, muy buena, más que mejor, del largo mes: la de Cortijillo.

La tarde en que se abre la Puerta Grande comentada y que debió hacerlo Miguel Abellán por madurez, cabeza y disposición, por lo mucho y bien que toreó a un toro, noble, encastado pero con mucho que torear, y por lo tanto capaz de descubrir a cualquier torero en precario. Esta vez fue la espada la que abortó el triunfo pero no una de las vueltas al ruedo, no ha habido muchas, de autentica ley, de las de que, antiguamente, en Madrid, servían para darse una vuelta a España por las grandes ferias.

De por medio, el viernes, El Fandi se mostró serio y templado con el capote y la muleta. Curiosamente no estuvo redondo en banderillas y cuando más falta hacía, en su segundo, la espado no fue el habitual cañón, pero ha pasado por Madrid, como lo que es un torero maduro y autorizado para todos los públicos.

De lo demás:
Morante con toros flojitos, dejó sus destellos, a punta de gas y ganas de verle. Madrid está con él. Caso parecido al de Curro Díaz con un toro, tercero de Vellosino, al que muchos hubieran querido ver en la muleta del de La Puebla.

Cayetano tuvo arranques, ramalazos de coraje y empaque. Vistoso y artista en el quite al toro de Morante, pero su primero llevaba triunfo en sus embestidas a izquierdas y este no se produjo. A Javier Conde le tocó otro toro, de Vellosino, que se fue, aun a fuer de pegar cinco a seis muletazos sueltos de cartel.

Juan Mora derrochó torería y sentido de la lidia sin suerte con su lote ni con un público que no se enteró o no quiso.

Perera quiso y mucho. Fue el quien le puso las pilas a Castella, pero ese querer, con toros flojos pero con bondad, evidenció falta de pulso, temple en las muñecas que es el indicio que marca el estado de un torero.

Uno del os grandes toros de la semana fue el cuarto de Victoriano del Río que afloró a un Fundi dubitativo y disperso.

Tampoco anduvieron redondos los acostumbrados a corridas duras con animales a contra estilo como Urdiales con el cuarto de Valdefresno y Rafaelillo con el primero de de Torrealta. Macías, el menos afortunado de la tarde de Cortijillo anduvo agarrotado y presentó muchas dudas, incluso sobre su contrastado y justamente cantado, en Valencia y Sevilla, valor.

Tejela se afligió cuando iba en son con el sobrero sexto de Moisés Fraile, y los esfuerzos de una tauromaquia por pulir de los jóvenes Tendero y Pinar pasaron desapercibidos por la sosería de los Valdefresno y que esa tarde, la primera de la semana y del Aniversario el público no tenía el cuerpo para más ruidos que protestarlo todo.

Como sería que en tarde de calor sofocante y bochorno en el momento que apreció una nube tapando el sol, y el siete, y el seis y el cinco, protestaron porque ello lo que habían pagado era eso: sol… se fue unos segundos el astro rey y antes de sentirse aliviados se enfadaron.

Así es esto.

FOTOGRAFÍA: Paloma Aguilar

2 de junio de 2010

Aniversario: Carnes y cuernos, ¡el toro de Madrid!

Segunda corrida de la feria Aniversario. Casi lleno en los tendidos en tarde muy calurosa. Corrida de El Vellosino, fuerte, poderosa, con una media de 600 kilos, ni una gota de casta brava.
El primero se movió en los capote dando oportunidad de lucirse a Juan Mora. Toro “amplio”, grande, huesudo, con dos “leños”, fue remiso a embestir en la muleta. Mora le provocó consiguiendo sacarle muletazos estimables pero sueltos al no repetir el toro. Abrevió el trasteo ante las pocas opciones del animal y pinchó varias veces antes de descabellar tres veces a toro “tapado”. Sonó un aviso y el público protestó el mal manejo de los aceros. Algo más reunido pero grandón y tremendamente astifino fue el cuarto. Toro engañoso, viniéndose pero quedándose debajo, buscando; sin regalar nada. Juan Mora le anduvo firme, seguro, dándole buen trato intentado extraer muletazos de cada arrancada y llevándole, con exposición. No se enteraron. Montó la espada, siempre sale con la de acero, y agarró una estocada entera que necesitó de descabello.

Javier Conde pasó desapercibido con el capote ante toro muy alto y “montado” que, sin mala condición, no terminó de definirse ni en los caballos, manso, ni en la lidia del tercio de banderillas. En la muleta se vino, por su cuenta, a la querencia. Conde se lo llevó al tercio, se dobló con él y fuera de la raya lo llamó por el derecho. Toro de costoso desplazamiento, el torero desistió pronto, le dio aire con la muleta en dos pasadas y se fue por la espada. Afligido a la hora de matar lo intentó varias veces a “paso de banderilla” pinchando y provocando el rechazo popular. Descabelló por dos veces, sonó aviso y hubo bronca. Abanto, yendo varias veces al caballo, el quinto el picador se ganó una bronca por picar, cosas de Madrid. Descompuesto el toro y descompuesto el torero, al principio, se hizo el ánimo y lo pasó con buen aire por el derecho, quizá con excesivas pausas a toro venido abajo, en sus “humos, cuando se sintió medio podido. Pero el personal quería bronca y no renunció a sus premeditaciones. Conde les dio argumentos con la espada. Sonó aviso y se aplaudió al manso.

Salió el tercero con reacciones raras. Como perdiendo la vista. Quiso estirarse en lances Curro Díaz siendo desarmado. Derribó desveces al picador y en banderillas se desmonteró Montoliú por un par “marchoso” y de mérito, clavando reunido y arriba. Pronto el toro en la muleta fue rompiendo hacia adelante y Curro Díaz haciéndole las cosas bien y a favor. Toreo en redondo con cadencia y mano baja a toro protestón cuando le achicaba los espacios. Más complicado al natural por los cabezazos que pegaba llegando a despojarle de la muleta. A partir de ahí el toro comenzó a topar y el trasteo perdió vuelo. Lo pinchó antes de agarrar una estocada ejecutada con gran decisión. Se aplaudió al toro sin saber por qué y Curro saludó una fuerte ovación. Brindó el sexto al público entre ovaciones, sin que antes hubiera pasado nada. Animal de no mala condición y queriendo humillar se acabó pronto. Díaz lo quiso llevar por abajo y entre un desarme y algun enganchón le pegó pases buenos en series cortas pero el toro se negaba a repetir. Epílogo con naturales de frente de uno en uno de corte artístico y buena factura. Lo pinchó, el “buey” huidizo recorrió plaza al hilo de las tablas, dos vueltas. Se le fue la espada abajo, después.


FOTOGRAFÍA: Juan Pelegrín

1 de junio de 2010

Aniversario: 6 bóvidos, 2.000 pases y 23.000 bostezos

Feria del Aniversario, ¿Cuál?, pues según mis cuentas el 79º de la inauguración de la plaza, más o menos, porque el día exacto fue el 17. Lo cierto es que esta feria creada para compensar un pliego de condiciones erróneo, en el sostenella y no enmendalla por parte de la C0munidad, es una feria impostora. Sin embargo, la plaza se llena, sin que sea obligatorio sacar el abono para mantener la titularidad. Misterios de Madrid, donde todo son quejas y pancartas, pero con la boca chica.

Corrida con el hierro de Valdefresno, bien presentada y con hechuras, insulsa, descastadita, sin molestar pero sin deslizarse.
El primero tuvo nobleza y medio recorrido, sin mucho ímpetu. Diego Urdiales le pegó buenos pases de inicio. Como se le corrigiera la colocación, desde el “tendido ilustrado”, en los segundos muletazos el torero, sumiso y claudicante ante un sector que le apoyó incondicional cuando su condición de pobre era solemne, rectificaba terrenos y se perdía el concepto de ligazón. Con el toro metiendo la cara, con el celo justo, y los muletazos, por buenos que fueran, de uno en uno, la sensación es que el triunfo se le fue en divagaciones. Pinchazo y estocada algo trasera y desprendida para hacerse el silencio.

Mansote, de embestida corta y pesada fue el cuarto. Tardó Urdiales en coger el punto, en la corta distancia y con demasiado punteo de la muleta. Hubo un momento en que con la mano baja le pudo al animal y este se fue a tablas. Volvió a los medios y ninguno de los dos estuvo a gusto. Toro rajado y torero queriendo; el público ni quería, ni sabía ni entendía para al final descomponerse todo. Pinchazo, media, descabellos y aviso.
Rubén Pinar se hizo aplaudir por unos lances de recibo ceñidos y limpios. El toro metía la cara pero con viaje muy soso y la cara a media altura, sin clase, pero dejando estar. Pinar no se amedrentó por los reventadores y le aplicó su tauromaquia, que dicho sea de paso es primitiva. A lo suyo se afanó en pegar muchos pases, unos más templados, otros más limpios ente algún enganchón pero siempre toreando algo “por fuera” y diciendo muy poco. Pinchazo y más de media atravesada.
Parado llegó el quinto a la muleta de Pinar. El torero hizo un esfuerzo por agradar, sin aburrirse, pero no era la tarde propicia. Mató de pinchazo y estocada corta.
El tercero estaba resentido de los cuartos traseros y fue protestado. Antes se había lucido en lances y vistoso remate Miguel Tendero. El toro pasaba y el torero le acompañaba la embestida con cierta limpieza y ligazón, pero sin alma ni expresión. Fue labor larga y en ningún pasaje levantó más e unas cuantas palmas agradecidas. Lo pinchó reiteradamente y sonó aviso.

La tarde discurría soporífera. El calor y bochorno hacían mella, sobremanera en los tendidos de sol, lógico. Mediada ¿la lidia? Del quinto se animó el cotarro con cambios de improperios entre los tendidos más próximos del sol y sol y sombra. Poco importaba el toro sexto y Tendero como toda la corrida. Este sexto quiso empujar para adelante y Tendero le dio sus tiempos y su lidia. Series cortas, mano baja y llevarlo sin un aplauso alentador. Se rajó el toro y todo terminó como se pretendía, mal ambiente. Entre los toros, toreros y público lo consiguieron. Enhorabuena.

FOTOGRAFÍA: Paloma Aguilar

31 de mayo de 2010

San Isidro (REFLEXIÓN)

Ha terminado San Isidro, parece mentira. Todo acaba. La letra grande concluye que la Feria ha sido un fracaso. Tan solo se han cortado cinco orejas de la cuales dos fueron devueltas en las actuaciones posteriores al festejo que se cobraban, casos de Curro Díaz y Perera, que lo había hecho por una emotiva voltereta, y otra la de El Cid, la arrancaba el de Salteras instalado en “números rojos”. La última, conseguida por Robleño, fue meritoria pero después de estar en un tris que se” le fuera” el toro de El Torreón. Así, queda como única muestra de trofeo a ley el conseguido por Rafaelillo.

Se dirá que ha fallado el toro. Pero no es así. A pesar de la sensación de inseguridad sobre si la corrida del día se iba a lidiar completa o no, o incluso sustituida completa como la de Adolfo Martín.
Lo cierto y verdad, en año muy complicado para rematar los toros por la dureza climatológica del invierno pasado que ha imposibilitado el manejo convenientemente pautado para una puesta natural cumpliendo unos plazos lógicos, es que ha habido “despensa” suficiente que no sólo ha garantizado el normal desarrollo de los festejos, si no que, en un primer y somero análisis, sin ser del juego pretendido a priori, con planteamientos de máximos, el elemento toro presenta un nutrido elenco de ejemplares en el que si bien, no destacan muchos o ninguno por su redondez de trapío, hechuras y comportamiento, ni una corrida completa o cuasi, la lista de toros con actitudes para posibilitar triunfos, mayores o menores, es amplia.
La encastada de Dolores Aguirre con dos toros de premio y el reverdecer laureles de Cuadri, son datos positivos a la vista y con la lupa de sus lecturas más profundas. Como la bondadosa de Los Bayones que supone una recuperación, esperemos que no efímera, de un hierro antaño cotizado por las figuras. También el espectáculo, a más, de la mitad de la corrida de Samuel Flores. Un par de toros de Palha lavan el honor de irresponsabilidad del Sr. Folque por querer acaparar Madrid, Sevilla y Bilbao en el lapso de un mes, en corrida remendada con dos toros más que notables de El Torreón, con cabezas y trapíos no aptos para figuras. Dos toros extraordinarios, de Javier Pérez Tabernero en corrida desgraciada.

Toros correspondientes a toreros modestos o casi desconocidos y veteranos de “guerras” con necesidad de mejorar su estatus que no han sabido o podido aprovechar su oportunidad. Destaca negativamente en este grupo, por ser uno de los toreros base de esta feria El Fundi que se da la mano, como veremos más adelante, con las figuras del escalafón, y es que Fundi es una figura, y así ha sido tratado en este San Isidro.

Y si el comienzo de la feria fue frustrante no es menos cierto que en los primeros días se “fueron” algún toro de Salvador Domecq, Bañuelos, Parladé y Alcurrucén., de los que se acordarán Juan Bautista, Uceda, Urdiales, El Cid, etc.

Las figuras gozaron, sobre el papel, de la corrida de El Puerto, que destaca en la feria como triunfadora. Tres toros de Cuvillo, dos o tres de Juan Pedro con un remiendo notable de Gavira, un par de ejemplares de Garcigrande, uno de Ventorrillo, otro de Domingo Hernández, etc. Unos pocos.

Y salvo El Juli, mal con la espada y Morante sin toros, ni El Cid en su conjunto con la oreja del “perdón” como último grato recuerdo, ni, en mayor o menor grado, Castella, Perera, Talavante, Cayetano, Luque o Pinar han estado a la altura.

Además de Rafelillo, mención destacada para los rejoneadores, como casi todos los años y como en casi todas las ferias. Leonardo ha sido el triunfador de la feria, ahora nos ocupamos de ello, y Ventura ha rayado a su altura y compromiso de figura.

Comentadas las orejas al principio de esta reflexión, con tanto toro embistiendo el balance de lo positivo es rácano: con la corrida más sinsorga, Pereda, la garra de Fandiño y Morenito de Aranda, espléndido. Javier Cortés, confirmó que quiere ser torero. La macicez de Sergio Aguilar, la cara oculta de Padilla, que no es del gusto de Madrid, la espada de Eugenio de Mora y las maneras de David Mora que educó, enseñó y descubrió el que luego se proclamaría como toro de la feria, el tercero de Cuadri.

Pero con ser pírrico balance no es el mayor problema diagnosticable.

Este es el problema: las figuras no han dejando eco ni huella, si no todo lo contrario, y son el reclamo de un público cada vez menos buen aficionado y que, en consecuencia, desestima más al toro.
Y es que hay un dato claro a colegir. Repetimos, conclusiones provisionales de domingos anteriores elevadas a definitivas:
Los que cada vez embisten menos son los toreros, y de las figuras alguno, uno o ninguno.

Cosas que lamentar y también cosas y actitudes lamentables, en el ruedo, mencionadas, y fuera de el porque Fiesta y toros es todo, algo más que dos horas y media de espectáculo derechazos y naturales.

Lamentable ha sido el pronunciamiento del jurado de Taurodelta, en principio importante por estar representados los jefes de sección de las principales tribunas, y representantes del asociacionismo y abonados taurinos, autoridad, facultativos etc.
La decisión de gran parte de ellos de dejar desiertos el de triunfador de la feria, la mejor faena y el torero revelación es de una gran irresponsabilidad y de una falta de sensibilidad por las pequeñas cosas, más un indicio que tales personajes también se mueven como malos aficionados por la lectura global de una feria en que fallan las figuras que parece son los únicos que les motivan.
No me gusta que los premios, sobre todos los principales se queden desiertos. Siempre hay cosas, y me parece un desprecio a quienes han destacado por encima de sus posibilidades cuando ha sido una feria de la mayoría por debajo de las suyas y lasque se les han brindado. Razón de más para valorarlo.
Con este panorama las figuras y las promesas pueden seguir tranquilas, nadie les pide responsabilidades y se cortan las alas y las ilusiones de triunfadores a otros toreros que se la han jugado en pos de un reconocimiento

Las corridas de rejones entran en el abono y se pagan al mismo precio que las corridas de a pie.
Leonardo Hernández ha Abierto sus dos tardes la Puerta Grande, la última asumiendo y arriesgando en una sustitución, y ha cortado cinco orejas.

El “reglamento” de tales premios no discrimina a los rejoneadores para optar a triunfador de la feria u otros premios. Leonardo solo obtuve un voto, adivinen de quien fue…servidor.

Sobre la mejor faena no se explicita si ha de ser redonda, por los dos pitones, si hay que pegar un número de derechazos o naturales y algún kikirikí. La mejor es la mejor, la que sobresale. De ahí el dicho: lo mejor es enemigo de lo bueno. Pero el premio reza así, la mejor. Y la mejor, puede ser discutible la ha habido porque se han realizado de los matadores de a pie 108.
La más votada ha sido la de Rafelillo con 8 votos, le faltaron 4 o 5 sensibilidades para que se le hiciera la justicia que no se ha hecho con las sustituciones.

En cuanto al torero revelación, se entiende es destinado a premiar el mejor y mayor esfuerzo de un confirmante, o un debutante en San isidro, o algún torero joven poco placeado en la feria. Apenas hubo votos, si es que hubo más de uno, o sea, servidor, que se inclinó por Javier Cortés.

Dolores Aguirre también se ha quedado sin premio.

Por ello, por que no basta con lamentarse, ya les anuncio que en este primer año de la Divisa, todavía no cumplido, con la extensión de 60 minutos, y sin renunciar a institucionalizarlo, pero este año de forma puntual como rebeldía ante tanta falta de sensatez y delicadeza, La Divisa proclama a sus triunfadores:
Leonardo, Rafaelillo, Javier Cortés, Puerto de San Lorenzo y Dolores Aguirre.
Nos buscaremos la vida para encontrar un patrocinador, y si no la entrega será tan modesta como de admiración sincera a los premiados.

No me hace falta refugiarme en ningún jurado. Asumo, como director de este espacio la responsabilidad de designación de triunfadores.

Ya saben como pienso: los jurados se reúnen con el propósito de fallar, y generalmente fallan. Vamos, más que una escopeta de ferias o una viagra caducada.

FOTOGRAFÍA: Juan Pelegrín

San Isidro: Broche estúpido a pie. Apoteosis a caballo

Mosqueo para cerrar San Isidro. Dos de los hierros anunciados en lo que antaño era la semana torista y que gozaban, hasta el viernes, del favor de la afición de Madrid, Palha y Adolfo Martín, irresponsablemente se dejaron acartelar sin estar preparados para lidiar en Madrid. Palha, que ha querido abarcar en el lapso de poco más de un mes, o menos, Madrid, Sevilla, Bilbao ha pagado el pecado de soberbia que no de ambición. Solo pudo lidiar cuatro toros, y el primero del encierro pasó el reconocimiento por “consenso” para evitar la obligatoriedad de devolución de entradas. A Adolfo de diez toros presentados solo se le aprobaron dos y optó por retirar la corrida que fue sustituida por otra de Marqués de Domecq que a la postre resultó ser la peor de toda la feria y contribuía así, con broche de hojalata, a abundar en la idea de una feria muy mala, o la peor de los últimos años, cuando la letra pequeña, no es que desdiga tal evaluación, pero matiza y tamiza,sí, otras causas por lo que esta edición ha sido realmente mediocre y ful: el paso acomodaticio y conformista, adocenado de las figuras del toreo, y sálvese quien pueda.

El viernes la corrida de Palha echó dos toros buenos. Uno muy notable y encastado, el tercero con el que naufragó un torero, nuevo en San Isidro, que se acordará de él toda la vida: Francisco Javier Corpas, que tampoco supo ni pudo, con un excelente sexto del hierro de Torreón. Fue tarde de madurez de Millán sin toros y sin público que asimilara su técnica y su aplomo pisando la plaza. El primero era chico y “tonto”, lo mató. El cuarto una alimaña. Hubo en el lote de Robleño un toro malo, de los de Palha, al que le “regateó” hábil, para que, sin saber porque, o sabiéndolo, el público tomara partido por el animal y se pitara al madrileño que veía como se le “iba” el excelente 5º de la vacada del maestro César Rincón, hasta que en un momento de lucidez se puso, se cruzó, se decidió, le aguantó y bien “matado” terminó cortándole la oreja. La quinta y última de la feria.

Lo del sábado fue lamentable. Se llenó la plaza a pesar del derecho a canjear el boleto por sustitución de la corrida. Se protestó todo, quizá con razón, pero se notaba mucho la premeditación y el mal rollo. Se consiguió devolver al que abrió plaza para salir un ejemplar, peor, de Cortijoliva. Fundi, ni con este, ni con el cuarto anduvo más motivado que lo justo. Rafaelillo, en buen momento, fue todo voluntad y cabeza fría parra intentar redondear feria, pero su lote dio poca opción. Tan solo el sexto se movió y permitió a Javier Valverde, decidido y exponiendo, estar por encima de su oponente y poder despedirse de Madrid, este año será su última temporada en activo, con una calurosa y cariñosa ovación.

Domingo de Apoteosis. Corrida de rejones, espectáculo fuera de abono, de transición, entre San Isidro y feria de Aniversario, que, por otra parte, se ha hecho clásica. Se ha “vendido” como el “duelo” entre Ventura y Leonardo haciendo un poco de lado a Sergio Galán. Fueron saliendo los de “Los Espartales”.
Buena monta y seguro clavando Galán en el primero, solvente con el rejón de muerte, oreja. Gran lidia al toro menos lucido. El cuarto. El matar a la segunda y provocar vómito con el rejón abortó la Puerta Grande y todo quedó en saludos desde el tercio.
Ventura rayó a la mayor altura. Sobre todo en su primero a lomos de “Distinto” con el que clavó citando y reculando la montura para quebrar en el embroque. Mató y cortó las dos. Manso fue el quinto, pero con paciencia y maestría lo desengañó. Con “Morante” llegó al cénit, rematando, mordiendo el caballo al toro. Lo mató, pleno.
No le fue a la zaga Leonardo, con sus estrellas Verdi, citando muy de largo y Sarope en violines cortos. Falló a rejones. El sexto lo dejó crudo, como siempre; uno de castigo. Con “Quieto” calentó la “olla” citando muy en corto. “Sarope”, otra vez, redondeó labor con los “violines”.Breve pero intenso y muy puro, todo. Metisaca con el de muerte, abajo. Todo por la borda.


RESEÑAS

Plaza de toros de Las Ventas, Madrid (1º categoría)

Viernes, 22ª abono. Lleno
4 toros de Palha, 3º (bueno) ovacionado y 2 aplaudido.4º pitado.
2 toros de Torreón (5º ovacionado y 6º aplaudido) encastados y con ritmo.
Jesús Millán, estocada fea, dos pinchazos, atravesada y descabello; silencio. Pinchazo y media estocada; silencio.
Fernando Robleño, estocada baja; pitos. Estocada caída; oreja.
F. Javier Corpas, pinchazo, otro bajo y descabello; pitos. Estocada caída; aviso y silencio.

Sábado, 23ª de abono (última). Lleno
6 toros de Marqués de Domecq (1º devuelto). Mansos, descastados, huecos, sólo el 6º se movió algo.
1 toro de Cortijoliva, malo.
El Fundi, media estocada y dos descabellos; silencio. Estocada; silencio.
Rafaelillo, pinchazo, estocada corta y descabello; silencio. Estocada casi entera; silencio.
Valverde, estocada baja atravesando, dos pinchazos y descabello; silencio. Buena estocada; ovación con saludos.

Domingo. Corrida de rejones (fuera de abono). Lleno.
5 toros de Espartales, destacó el tercero.
1 toro de Bohórquez, 6º se dejó.
Sergio Galán, rejón efectivo; oreja. Medio rejón y rejonazo con derrame; ovación con saludos.
Diego Ventura, rejón letal; dos orejas. Rejón de efecto rápido; dos orejas.
Leonardo Hernández, rejón trasero; aplausos. Rejón, metisaca, abajo, otro caído y rejón arriba más descabello; fuerte ovación con saludos.


SUMARIOS

Los rejones son el salvavidas económico y artístico de muchas ferias, San Isidro también.
Pleno, 4 orejas, de Ventura. Galán Y Leonardo pierden triunfo con el rejón de muerte.

FOTOGRAFÍA: Juan Pelegrín

27 de mayo de 2010

San Isidro: Aguilar, dos, y Bolívar, ovaciones sinceras

21ª corrida de abono. Lleno en tarde ventosa, mala para los toreros, y gris, tontorrona. Dicen que en tardes como esta los toros acusan, entre nostálgicos y depresivos, lo plomizo de la meteorología, tal cual humano, no dejan de ser seres vivo, y que atemperan su fiereza, en este caso se domesticaron tanto que, sin fuerzas, tres fueron devueltos por diferentes causas. Pasó con el primero de Javier Pérez Tabernero, la corrida pasó completa, un animal pastueño, con ganas de embestir y emplearse pero muy blando. El Fundi intentó estabilizarlo, pero allí no había emoción y abrevió. El cuarto fue toro noble, repitiendo, con las fuerzas justas. Fundi le hizo un trasteo limpio y ligado por ambas manos, de menos a más, en los medios, con toreros remates de las series, pero por lo que fuera no terminó de tener gran eco, quizá porque el público espera El Fundi de “guerra”. Toro aplaudido y palmas al torero.

Un turno, cuatro toros
El segundo Salió corretón, muy en “Atanasio” –precioso de hechuras y con no mala condición-, e intentó saltar al callejón, quedándose en el intento por falta de fuerza. Luego se pegó una voltereta y terminó por ser devuelto. El sobrero lucía el hierro de Domínguez Camacho, toro de excelente tranco ante el que se lució con el capote Sergio Aguilar, pero la intentar un quite Bolívar el toro se “rompió”: devuelto, fue apuntillado, y ovacionado en el arrastre. Segundo sobrero, de Torrehandilla, cinqueño “pasado” y con cabeza camarguesa. Con poca fuerza, se la gastó en dos entradas al caballo, salió cayéndose…y al corral. Aguilar par su cuarto toro de este turno, segundo de la tarde. Ejemplar del Conde de Mayalde, también “veterano” que se empleó en la cabalgadura. Noble pero defendiéndose, echando la cara a las nubes, en la muleta, de inicio le pegó una fea voltereta a Aguilar que, sin mirarse (llevaba un puntazo), le llevó templadito y lento, suave por bajo en muletazos estimables y meritorios por lo corto que se quedaba el toro, “tobillero”. Lo pinchó para dejar una gran estocada. Saludó una cálida y merecida ovación. Quinto de embestir cansino pero yendo y repitiendo un par de series, luego se descompuso. Aguilar le fue haciendo las cosas muy bien mientras “se dejó” y lego se pegó un serio arrimón que, aunque tarde, fue reconocido. Un desarme enfrió el reconocimiento. Mató por derecho de estocada en buen sitio. Otra ovación, fuerte, tuvo que saludar.

Bolívar, corazón de Rincón
Bonitas hechuras lucía el “burraco” tercero. Bolívar brindó a El Fundi. Toro alegre viniéndose de largo, lo citó en los medios varias veces y cuando se decidió a aguantarlo y bajarle la mano, llevándolo, toro con gran empuje y transmisión (no fácil, con mucho que torear) brotaron las ovaciones. Lo intentó pir el izquierdo a toro más brusco y le buscó el derecho para otra serie con vibración. Expuso, valiente, se volcó en la estocada que quedó tendida. Valor, ganas, decisión y entrega, pero faltó algo, ¿qué? Toro ovacionado y Bolívar, que había escuchado un aviso, también lo fue, saludando. En el sexto se aplaudió mucho la labor del picador Leiro. El toro no se había definido en los primeros tercios y pareció dañarse al salir del embroque del segundo par de banderillas que se acrecentó con “volatín” en el primer muletazo. Definitivamente el toro no pudo. Bolívar lo intentaba a media altura pero cualquier “toque” el animal lo acusaba perdiendo las manos o derrumbándose. Sin opción mayor que matarlo y lo hizo con decisión.

FOTOGRAFÍA: burladero.com

26 de mayo de 2010

San Isidro: Ni con el toro de encargo

Polémica corrida de La Prensa. Al menos es lo que han pretendido algunos sectores de afición y prensa argumentando la poca seriedad que suponía que cada torero se trajera sus toros “de cabecera” y que no hubiera el preceptivo sorteo. Esta es una práctica no habitual pero en absoluto nueva. Sin embargo eran más los alicientes que rodeaban al festejo, pero desde hace algún tiempo se ha instalado un ambiente enrarecido a todo lo que rodea San Isidro que hace que los árboles no dejen ver el bosque. Incentivos para el aficionado como escrutar la responsabilidad de cada torero a la hora de afrontar un compromiso en Madrid puesto que cada uno es responsable del trapío, hechuras y seriedad de los animales que premeditadamente ha elegido para lidiar. Así, no podría ser de otra manera, pulsar el momento de Juli con un toro de Santa Coloma, del hierro de La Quinta que es uno de los de “cámara” de la afición torista madrileña.

Pero baza mayor quita menor y la consigna es acosar a El Juli. Así el ejemplar que abrió plaza, muy en tipo y con hechuras, fue protestado porque además, al emplearse, perdía las manos. Juli le sobó, sereno. Le pasó y le llevó con limpieza por el izquierdo donde el animal tenía embestida noble pero costándole, pesadote. Le ayudó a ir hacia adelante, se rebosó por el derecho y le cuajó el epílogo ganándole los adentros a toro sin codicia. Hizo del Santa Coloma una babosa. Mal con los aceros. El de Victoriano del Río salió con muchos pies para apagarse pronto. El toro andaba cogido con alfileres pero el presidente, a pesar de pedir el cambio el torero, se empeñó en que entrara por tercera vez al caballo. Un muermo en la muleta, Juli, breve. Falló, nuevamente, a espadas.

El ejemplar de Cuvillo no se dejó con los capotes y la lidia fue prolija. Claudicó en el comienzo de faena de Perera para luego, defendiéndose, no tener mala condición en cuanto a franquía en el viaje y voluntad de repetir. Con el viento en contra Perera no le confió el punto de temple mientras el animal iba descomponiendo la embestida y parándose. Con cuatro, por alto, sin enmendar comenzó Perera su trasteo al de Ventorrillo. Buen toro, pidiendo sitio que no siempre le dio el torero al que se le notó mucho la pérdida de pasos por no llevarlo en línea y rematar pronto. Rectificando terrenos la labor no cogió nunca vuelo.
El tercero, de Domingo Hernández, se arrancó fuerte a la muleta de Cayetano que le recibió por estatuarios con quietud y empaque. Toro bueno por el derecho, repitiendo, al que Cayetano lo acompañó con cierta ligereza. Aún más destemplado a izquierdas. Afligido con la espada. Cerró festejo un toro de Cortés con tendencia a perder las manos. Cayetano tampoco hacía por asentarlo y las protestas iban de menos a más. La plaza perdió los papeles, cada pase era un ¡ole! de rechifla irrespetuosa ( la censura se expresa de forma más elegante y menos burda) Cayetano fue desarmado y la tarde se metió en “bronquita”. La verdad es que era para más, pero hasta en la protesta la tarde fue rácana a fuer de maleducada.

RESEÑA

Corrida extraordinaria de La Prensa. No hay billetes.
1 toro de La Quinta, noble, mansito.
1 toro de Cuvillo, poca fuerza, noble.
1 toro de D.Hernández, encastado.
1 toro de V. del Río, parado.
1 toro de Ventorrillo, noble, reponiendo.
1 toro de T. de Cortés, noble, sin fuerza.
El Juli, tres pinchazos, media y cinco descabellos; aviso y silencio. Dos pinchazos, estocada corta y dos descabellos; silencio.
Perera, estocada atrás; silencio. Pinchazo, trasera y dos descabellos; aviso con protestas.
Cayetano, dos pinchazos y estocada atravesando y descabello; silencio. Pinchazo y estocada; silencio.

FOTOGRAFÍA: Juan Pelegrín

25 de mayo de 2010

San Isidro: Aparicio y El Cid vs Gerardo Diego

“En un pitón lleva la suerte y en otro anida la muerte”, Poema del toreo, Gerardo Diego (1.963). La “parca” rondó por Las Ventas. La tecnología punta hizo estragos. La foto del pitón saliendo por la boca de Julio Aparicio era “guernikarra” y se pasaban los “móviles” de mano en mano ante el estupor: una imagen vale más que mil palabras. No había hecho más que comenzar la faena de muleta del primero de la tarde. Un toro, muy bajo y bien hecho, de Juan Pedro Domecq, que apuntó clase desde salir por chiqueros y al que el madrileño le había saludado majestuosamente con medios lances “apaulados”. Le había desahogado por alto, seguro, tranquilo (venía feliz a Madrid tras cortar las dos orejas a un toro el día anterior en Nimes) y desafiando a las rachitas de viento se lo sacó a los medios cuando el animal le medio derribó con una pata, intentó incorporarse el torero pero repitió el animal por lo que intentó protegerse con la muleta pero sin fortuna, el toro hizo por él y le infirió la grave, desagradable y morbosa cornada. Morante, tímidamente –respetuoso con el compañero herido- disipó, en tres o cuatro muletazos, suaves y mecidos, cualquier duda sobre la calidad del “juanpedro”. La otra corrida, la de las doce de la mañana, hora del sorteo, era para Aparicio. A partir de ahí se desbarató la tarde. Los cambios de turno, la desigualdad de hechuras de los “funos”, su falta de fuerza, la suelta de sobreros de otros dos hierros, la decisión de Cid de echar por delante sus toros y dejar el sorteado 4º para cerrar plaza y que a la postre fue en extraordinario ejemplar por el pitón derecho.
Aparicio había tentado la suerte con tino, pero ésta no da resquicio a lo preconcebido para en sus caprichosos cambios de sino, sin explicación científica que lo sustente, seguir alimentando, de forma macabra, su “prestigio” de veleidad imprevisible. Y al igual que el infortunio se lo encuentra uno sin argumentos terrenales posibles, la fortuna, para que te sonría te tiene que pillar preparado sobre los cimientos de la fe…en uno mismo. Lo hizo El Cid, tras ser muy cuestionado desde hace meses. Su feria había pasado mediocre y ,como el “Alcoyano”, a pesar de todo, pidió prórroga. Su intachable hoja de servicios en esta plaza y a la tauromaquia se impuso al “sentido común” que desaconsejaba fuera el sustituto de Manzanares provocando una especia de boicot en sus turnos de actuación pasados por sms incluseros de responsabilidad. El despropósito no hubiera prosperado, por desagradecido, grosero y abyecto, pero en cualquier caso la tarde estaba para El Cid que con los cambios de turno creo la confusión en los reventadores. Echó su primero por delante, un toro tan noble como soso, y le sirvió para, asentado y seguro de lo que se jugaba, apuntar a “sus fueros” y ganarse su primera ovación. Volvió a tener en el sobrero de Gavira un animal que sin propiciarle el triunfo esperado para reivindicarse le sirvió para dar otro paso más. Vencida la tarde con un Morante impotente ante un “equino” impropio de aprobar para festejo de lidia y un “tris”, sobrero, de Camacho (otro caballo, pero de fotógrafo) en el que dibujó lances de aviso sobre sus pretensiones de ser el “capo” de esta feria, salió ese toro que burló los designios humanos y birló a Aparicio para ofrecer a Cid no solo la extremaunción “in articulo mortis”, según muchos agoreros, si no la bendición de Dios con un pitón derecho al que Cid en su mejor versión, el tópico entendía tan sólo de “su zurda”, exprimió con espera, cadencia, largura, temple, remate y ligazón en cuatro series; cabeza fría para ponerse lo justo por un izquierdo más áspero, y medir la ambición, porque en su casuística puntual una oreja suponía un “carguero” de oxígeno…para todos. Tanto que ahora, si hubiera que sustituir a Aparicio, debería ser la afición la que pidiera la comparecencia de El Cid.

Bajó el espectáculo de ayer de los rejones por mor de la mansadita de Flores Albarrán. Cumplió Sergio Vegas e hicieron un esfuerzo tanto Ventura como Leonardo para abrir la Puerta grande. Ventura, al tran tran, con una oreja de poderío y técnica en cada toro y Leonardo por la espectacularidad en la eficacia del rejonazo de muerte que le valió dos “moqueros” del señor presidente, el que a los de a pie les mide de otra forma y les esconde la que otorga el público. Será que el “usía” valora más matar toros afeitados que en puntas... ya lo dijo ¿El Guerra?, “hay gente pa tó”.

Para el domingo Cuadri trajo un encierro grandón, de no malas hechuras que resultó mansote en el caballo y de juego desigual en la muleta. El primero fue noble, algo soso, faltó empuje y López Chaves lo muleteó con sobriedad y corrección. También le faltó un punto de chispa para compensar las carencias del animal que fue de menos a más corrigiendo vicios iniciales. El cuarto manseó mucho de salida para luego dejarse, a su aire, sin clase. Chaves se justificó con oficio y buen trato.
El segundo tuvo un comienzo alegre en la multe de Salvador Cortés que le llamó de largo y se arrancó. No se acopló Cortés entre el viento y la colocación para después irse apagando el toro, tardo en la arrancada pero luego repitiendo para irse viniendo algo abajo. Alguien dirá que aburrido. Se acopló bien por el derecho en el quinto. Toro de viaje claro pero pesado y corto, además de ritmo intermitente. Por el izquierdo los dos se quedaban cortos y todo se vino abajo al final.
Transmisión tuvo el tercero, que se paró algo en entramo final, y lo aprovechó David Mora con unas maneras excepcionales y un valor seco para torear muy templado y despacio. Pausado, sin prisa pero sin pausas. Tanto con el capote como con la muleta. Actuación muy seria que iba para premio, pero se le fue la espada abajo después de tirarse decidido. Fue ovacionado. Muy deslucido fue el sexto. Mora intentó hacer su torero serio de concepto y a favor del toro pero cuanto más lo intentó la cosa se ponía peor y el público se impacientaba. Mal con los aceros.


RESEÑAS

Feria de San isidro

Plaza de toros de Las Ventas, Madrid (1ª categoría)


Viernes 21. 16ª de abono. Lleno
6 toros de J. Pedro Domecq, devueltos 4º y 5º, según orden de salida. Muy desiguales. Bueno el 1º, excelente por el derecho el 6º.
2 toros de Gavira, 4º, noble, justo de fuerzas, devuelto el 5º bis
1 toro de M.C. Camacho, parado.
Julio Aparicio, cogido grave en el primero, mató el toro Morante de la Puebla.
Morante (3º y 5º) media estocada; silencio. Dos pinchazos y media caída; silencio
El Cid (2º,4º,6º) dos pinchazos y media; ovación. Estocada atrás y ladeada; ovación. Estocada; oreja.


Sábado 22. 17ª de abono, 2ª de rejones. Lleno
6 toros de Flores Tassara, mansos y deslucidos.
Sergio Vega, pinchazo y medio rejón trasero; saludos. Dos pinchazos, rejón y descabello; saludos.
Diego Ventura, rejón contrario; oreja. Rejón ladeado y descabello; oreja.
Leonardo Hernández, dos pinchazos y rejón; silencio. Rejón letal; dos orejas.


Domingo 23. 18ª de abono. Lleno
6 toros de Cuadri, grandes. 1º y 2º noble. 3º y 5º ovacionados.4º y 6º mansotes.
López Chaves, pinchazo, estocada contraria y dos descabellos; saludos. Pinchazo y estocada caída, silencio.
Salvador Cortés, dos medias y dos descabellos; silencio. Estocada; pitos.
David Mora, estocada caída; ovación. Cuatro pinchazos y varios descabellos; silencio.

FOTOGRAFÍA: Paloma Aguilar