8 de diciembre de 2009

"¡Joder con la tropa!" (Reflexión de la semana)

Serolo, padre, a raíz de no concederles la prórroga solicitada le comentó a un empresario y apoderado que de Valencia le tendrían que sacar con “los pies por delante”.
Fue entonces cuando quiso implicar hasta al Presidente Camps en la polémica. Todo con el estilo conocido, vamos, en el tipo de la casa.
Luego una vez iniciado el proceso ejercitaron acciones legales y, hasta ahí, válidas, como alegaciones y recursos sobre la legitimidad para concursar de todos y cada uno de sus adversarios. Pero no era suficiente.

Ellos sabían que lo tenían crudo y decidieron ir a por todas sin pudor alguno. Primero fue la cutre auto entrevista en sección de publicidad de ABC cargando contra quien creían era el ganador de antemano por capricho de la Diputación: Taurodelta.
A las pocas horas se vislumbraba que era Simón Casas el ganador virtual. Y, leña al mono. Nota de prensa y otra que te meto Aniceto, con paginita, ahora en el diario La Razón. Además del recurso sobre la falta de experiencia acreditada por el francés para concursar, se curaban en salud sobre las previsibles puntuaciones y se argumentaba
Falta de gestión empresarial en Nimes, se decía que era un administrador de carteles, y la piedra filosofal sobre la que han venido basando sus ataques a los contrarios, los años completos de gestión – amorrados a la literalidad del pliego y que en un primer momento les dio vidilla-.
Hasta ahí todo lo sabido. Feo estilo.

Lo que no se conocía era el cinismo con el que se estaban comportando y qué pretendían de la Diputación que se estaba rompiendo las tripas de reír cuando supo el contenido de su documentación:
Comoquiera que en el apartado puntuable de plazas de primera solo tendrían 3 puntos, por ser el cuarto inacabado –según su teoría-, “fichan” en secreto a Manolo Martín, lo hacen medio gerente y bastión, dado que solo puntúa uno por licitación, del grupo.
De tal manera pretenden colar los años que Martín organizó el plan B de Barcelona. Sin entrar en detalles, por todos conocidos, está claro que Martín no gestionó, ya años completos –su arma tan letal como demagoga para destruir rivales-, ni temporadas taurinas en la Ciudad Condal.
El colmo del desahogo es cuando se quieren ratear los puntos de valencianía. Siendo la propia diputación la que tiene que certificar los años de gestión de cada solicitante,

Serolo se lo pasa por el forro de sus caprichos, se van a un notario, y de un plumazo elevan documento público por el que se intenta avalar, ante la propia Diputación, que el Sr. Martín ha sido el encargado de confeccionar los carteles de las temporadas que en Valencia han estado como concesionarios, ¡vamos! una especie de sub.gerente. Y una full, de Estambul para Justo Benítez,
El Sr. Martín, como apoderado de Vicente Barrera ha estado no más de media docena de veces en Valencia y es obvio decir a qué.
El documento tiene carácter de público, documento público, al parecer. Cosa nada baladí. Y en el Manolo Martín, no se sí sorperendido en su inocencia, hace una delcaración de intenciones de haber aceptado ser el gerente, a futuro, de las diferentes plazas de Serolo.

Mala cosa para pensar que independientemente de sus fundamentos jurídicos prosperen los recursos que Serolo tiene interpuestos sobre sus competidores sin pensar que la Institución que tanto les ha soportado se quede con los brazos cruzados.
¡Vaya Papo, colega!

Manolo Martín, el hombre, dejándose querer, Y todos tragando: la prensa, colectivos de aficionados, algunos funcionarios, la mesa, las sillas, el notario y el alcalde socialista de Algemesí.
¡Joder con la tropa!

  • UN APUNTE
No es la primera vez que Serolo arrolla con armas, cuando menos novedosas, en las habituales guerras de guerrillas y escaramuzas de este mundo farisaico del toro.
Con estas artes, arteras, le jodió la vida a Ignacio Zorita cuando la Diputación de Zaragoza le iba a proclamar empresario de su tierra par continuar con una labor bien encauzada una vez pasó el sarampión de los principiantes de tener que soportar alianzas con “Budas” del empresariado taurino.
La diputación atendió la demanda, inoportuna y tendenciosa, no por menos cierta, de Serolo expulsó a Zorita de la concesión… y nadie del gremio, al que cotiza, la patronal, Anoet ni le defendió ni dejó a la Diputación huérfana de empresario para reconducir, por lo legal, la situación de Zorita.
Por supuesto el único que creía que le iba a ser rentable la maniobra era Serolo. La gran patronal sabía, que marginado el adjudicatario la plaza sería para uno de los suyos. La lucha fratricida entre Choperones y Choperas, cuyas secuelas siguen, se decantó por José Antonio Chopera. Ahora es él, la víctima de sus burdos métodos. De aquel lobo consentido en su asilvestramiento para distraerle la carroña y poderla engullir con mantel, cuchillo y tenedor, a sentir sus fauces depredadoras en el propio cogote. Cría cuervos. Como EE.UU. con Sadam Hussein. Y luego, a destiempo la foto de las Azores y la guerra. Juncal hubierar tomado nota, señores empresarios de ANOET y también de UNETE.

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