8 de diciembre de 2009

Los toros en la encrucijada (II)

Finalmente, en Valencia, no hubo Gürtel taurino. No funcionó la insidia socialista y su brazo armado mediático sobre la conexión “Alaris”. Es más, la plaza ha sido adjudicada al grupo de Simón Casas, auténtico “enfant terrible” de la Comunidad de Madrid por sus continuos recursos y demandas judiciales respecto de los últimos concursos de adjudicación de la Plaza de Las Ventas. Por cierto, menos uno, todos han sido resueltos a favor de la Institución.

Lamentablemente, los tres finalistas fueron igual de “ramplones” en cuanto a ofertar propuestas en el ámbito de difusión y promoción de La Fiesta en Plaza (sic. Según el pliego) lo que hubiera provocado un vuelco en la puntuación final. Obsesionados con el Canal Plus, se olvidaron de realizar un Plan de Medios.

Pero no es nuevo, el tema. Y nos da “embestida” para ligar la serie interrumpida sobre la encrucijada en que se encuentra la tauromaquia actual.

Tremendas carencias, principalmente sin un Plan de Medios plural y adecuado.

A la obsesión de los empresarios de grandes ferias con las retransmisiones digitales se une la paranoia respecto del ente RTVE. Como si fuera el único medio público para exigirle respeto y buen trato a la difusión de la Fiesta y como si los toros, según se colige de la pequeñez de miras de los estamentos taurinos, no constituyeran un bien público y por lo tanto de exigencia a cualquier medio de comunicación por privado que sea. Una cosa es la titularidad del medio y otra su obligación moral de promocionar y difundir el segundo espectáculos de masas del país y motor que genera más de 2.500 millones de euros anuales, como proclaman dichos estamentos.

Ha bastado con que, por estacionalidad, RNE haya suprimido el Clarín diario (sí bien cualquier información puntual tiene abiertas las puertas del informativo coincidente con la hora habitual del clásico taurino) para refutar la mediocridad y anquilosamiento de los taurinos.

Se han movilizado satanizando a RTVE, pero con la boca pequeña e invocan al servicio público. Poco lo hacen con las radios y televisiones autonómicas que más se lucran de los toros: Madrid y Valencia. Su confianza está en el Sr. Oliart, por la peregrina razón que procede de la UCD. ¡Tela!

No se arremete contra el PP de Castilla la Mancha por cercenan, con los mismos argumentos que TVE para Clarín, la amplia programación de retransmisiones; si me apuran hasta se critica que ante tanta cantidad hay una gran falta de calidad, esa que garantizan los grandes y por lo tanto los únicos beneficiarios de por vida.

Poco negocian con el PLUS, para a fuer de agradecerles ser los únicos con alturas de miras y apostar por los toros como captación de clientes y por lo tanto negocio, seducirles de la necesidad de espacios periódicos durante el año de tinte informativo y divulgativo en los diferentes soportes del grupo.

¿Qué pasa con A3 y Onda Cero? ¿Telecinco? ¿Punto radio? ¿Alguien se ha planteado como acometer un plan convincente y ganarles para la causa? ¿O todo queda en la excursioncita por Bruselas donde más de un responsable con poderes en estos medios vistió el muñeco, recibió parabienes y medallas taurinas con sus prédicas? ¿Par cuando dar el trigo y o sugerírselo o demandárselo?

¿De qué sirve tanto intelectual que dice ser afecto a La Fiesta? ¿Tanto aficionado voluntarista, incluso profesional del gremio como consejeros en medios tibios en cuanto a la difusión del día a día de la fiesta y beligerantes y amarillistas respecto de sus protagonistas? Sr. Borja Prado, consejero de Telecinco y otros.

¿Y esas asociaciones de políticos, aficionados a los toros, se autoproclaman, que tiene poder público en sus ámbitos para poder hacer cosas como las expuestas que sólo son fachada y que, como a comunicadores generalistas e ¿intelectuales?, se les agasaja, homenajea y rinde pleitesías? D. Pío García Escudero, por ejemplo.

Mientras tanto se desprecian aquellas iniciativas de nuevo cuño de grupos en expansión sin valorar las posibilidades de implementar acciones en marcha ni incentivar por lo hecho y motivar para acciones futuras a sus ejecutivos que ven así al sector, desesperados ante el pasotismo, como un colectivo inmovilista y casposo, cutre y sin altura de miras: despreciable.

El futbol, dijo García, es un deprimente espectáculo manejado por mentes brillantes. Y apostilla, servidor: los toros son un espectáculo grandioso en manos de “chisgarabís” etiquetados con la derecha y que además jalean a un “atajo de mataos” políticos, mediáticos y pseudointelectuales apenas exhiben una capita de minio como aficionados. Por cierto ¡muy malos!

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