Paco Chaves es torero de gran preparación atlética. Gracias a ello puedo cuajar con emoción un tercio de banderillas vibrante por la velocidad que desarrollaba el animal. Humillando poco, se movió mucho y no mal, ni bien, para terminar rajado y revoltoso. Voluntad del torero sin entendimiento entre ambos. Un “quinario” para matarlo y no poder. Tres avisos. Lamentable ovación al novillo. Se fue “a porta gayola”, en el cuarto, saliendo arrollado. Novillo manso, con síntomas de “tentado”, de momento, en el caballo. Banderilleó como pudo. En la muleta el novillo tenía indicios de “toreado”. Chaves, o se asustó o fue avispado y fue por la espada. Otro calvario para matarlo, pero lo consiguió. Pues hubo palmas al “funo” y pitos al torero.
El segundo tampoco humilló pero llevó cierto ritmo en los viajes. Hidalgo le hizo un trasteo correcto de planteamiento pero de series muy cortas y pases, muchos, pero de poco trazo; lució mucho en los de pecho. Lo mató de “pescuecera” que provocó rechazo. Más aplausos al novillo. El quinto fue otra “prenda” amoruchada que cortaba por los dos lados y apenas quiso caballo. Haciéndose el desentendido en la muleta sacaba pies en cuanto veía alguien indefenso. Hidalgo Tomó la espada pronto intentando disimular el ataque de pánico,¡lógico!, y el público tomando partido por la “alhaja”. Otros tres avisos.
Cara a media altura, yendo y viniendo se mostró el tercero. Antonio Rosales se mostró animoso y con cabeza despejada, pero está muy poco toreado y se le notó en la ligeraza con que movió los avíos. Lo mato fácil. La psicosis hizo estragos y más de lo mismo aunque el novillo fue otra cosa más lidiable. Por lo menos salieron vivos los tres.
FOTOGRAFÍA: Paloma Aguilar
FOTOGRAFÍA: Paloma Aguilar
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