17 de mayo de 2010

San Isidro: Seis tediosos silencios, seis. ¿Parla…qué?

¡Por fin!, una corrida completa pasa el reconocimiento. Veleidades del destino, Parladé. El segundo hierro de la familia Juan Pedro Domecq, ganadero denostado por la “ilustración”! de esta plaza, pero que ha sido, hasta el momento, de los poquitos, por no escribir el único, que ha cumplido con sus deberes previos. No así en su juego, mansos y blandos, parados y de presentación justita. 8º de feria. Casi lleno en tarde antipática. Confirmó alternativa José Manuel Más. La eterna esperanza madrileña que como tal ha gozado de oportunidades cuajando redondas pocas. Toro muy blando y poca raza fue el del doctorado, defendiéndose; esas eran sus dificultadas. El torero acusó el “salto” con pocos recursos y más decisión para taparse y además abrevió con la ambición cortita.. Pinchazo hondo y estocada. El sexto dio poca chance en el capote. Lo recibió en los medios con la muleta, se vino el toro, pero ahí medio se quedaba, tragándose el primero y luego reponiendo gazapón. Atisbos de intentos en Más con la decisión muy medida. Fácil con el acero.

El padrino, Diego Urdiales, llegó precedido de gran ambiente por sus ferias anteriores pero sobremanera por su gran actuación el 2 de mayo. Su primer oponente manseó mucho en los primeros tercios y llevó lidia deficiente. En la muleta Urdiales le dio sitio, el toro era pronto, y aprovechando la inercia lo llevó se la dejó y lo trajo. Series cortas, dosificando, con cabeza y buen aire en el trazo del pase. Por el otro, no pasaba. Luego, se paró. Ayudados por alto y trincherazo limpios por bajo como epílogo y estar muy por encima. Lo mató decidido pero la espada tuvo deficiente colocación. Se le aplaudieron los lances de recibo al cuarto, jugando bien los brazos. Un ejemplar cuajado que se movió bien y con fijeza. Se desplazaba en medio viaje pero le costaba repetir en la muleta y se paró enseguida. “Lo pasó” Urdiales con académico aseo, un punto prosopopéyico, y por lo tanto transmitiendo nada y siendo apremiado por el personal, molesto por tan exquisita dilación hasta sonar el aviso. Luego lo mató. Matías Tejela sorteó para tercero un ejemplar noblote con las fuerzas justas. Se lució Urdiales en un quite con lances muy suaves y replica del alcalaíno capote a la espalda. Bonita apertura de faena, por bajo, improvisada, antes de brindar al público. En los medios el animal protestaba, con bondad, quedándose corto. Quería pero no podía. Menos renuente por el izquierdo, apenas, Tejela le pasó, breve, sin estrecheces. De tal guisa mejoró por el derecho ajustándose más el torero hasta ser desarmado. Cerró con un remedo de arrimón al que la poquedad del toro le quitó emoción. Lo pinchó varias veces. El quinto resultó un borrico parado sin más opción que matarlo y lo hizo con dos pinchazos y descabello.

Mañana comienza la llegada de las figuras. Poquito a poco. Lo hace El Cid, que si no atraviesa su mejor momento, se mantiene la esperanza que sea en “su Madrid” donde repunte. Uceda leal cumple ciclo, sin que en la anterior pasara nada y llega Miguel Tendero, el joven de Albacete que el año pasado tomara la alternativa en esta plaza causando una inmejorable impresión. La corrida de Alcurrucén es una de las preferidas de la afición venteña, está en buen momento, recordar Valencia, y está en el “top” de hierros de prestigio y garantías.

FOTOGRAFÍA: Paloma Aguilar

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