15 de abril de 2009

¡Hay que ganar la calle! (31 de Marzo de 2009)


"Enrique Ponce es el auténtico ejemplo a seguir y no otros. Ahí está su currículum vitae"
Los toros son algo más que dos horas y media de espectáculo y derechazos y naturales. La sombra de la corrida y sus circunstancias es alargada, y se proyecta más allá del redondel.
Valencia y Castellón han echado la persiana. Con pocas turbulencias, ambas, en cuanto a oscilaciones de valores taurinos ya establecidos. De cara a un futuro inmediato cada uno queda en su sitio, en el ruedo y en la calle. Importante la calle, que hace tiempo la mayoría la tienen perdida. Por ello no es casualidad que Ponce, sea Ponce, dentro y fuera, y Perera, el gran triunfador de Castellón y la temporada 2008, sea un hombre cercano; le falta la tv (generalista), pero está en el camino. O al menos estaba, por que el síndrome intimista de José Tomás o el sectario de medios y círculos exclusivos parece hacer estragos a los primeros síntomas de estar en figura, detectado por movimientos de peñas, clubes y aficionados que empiezan a agobiar y el torero en vez de sentirse halagado torna en molesto. Craso error. Ponce es el ejemplo a seguir y no otros. Ahí está su capital curricular como torero, su cuenta corriente, y su don de gentes, sin que sus continuas apariciones televisivas con el traje de luces le hayan quemado. Son veinte años en primera línea, ni su cuida- do en aparecer en la vida social le haya convertido en pin,pan,pum del colorín.

Ponce, como gran triunfador de Fallas, tiene el plus a su favor, cara al público y al aficionado, en que su magistral faena al toro de Garcigrande la vieron cerca de un millón de espectadores entre los de casa (Valencia), Andalucía, Castilla la Mancha y más de media España taurina a través de los operadores de satélite que, y no hemos hecho más que empezar la temporada, en sitios como la Comunidad de Madrid sustituyen a los dos juguetes en forma de canal televisivo de doña Esperanza Aguirre que sin embargo no renuncia a embolsarse todos los años 1.000 millones de las antiguas pesetas a costa del toro sin más reversión que ladrillos y cemento, en constantes reformas de la plaza, aliviando el presupuesto de Patrimonio que es a quien correspondería. Vamos, en el tipo de la casa: le va más un constructor que un torero. Visto lo visto en el Levante español, la televisión, de forma indiscriminada y total, es la que está pidiendo a gritos José Tomás para que su toreo clásico y profundo, exquisito y elegante, de empaque y composición, de verdad serena, oliendo a cloroformo lo justo o menos, tenga mayor y más sólido quórum que el tomasismo militante que parece perder vigor (como los paisanos de a pie o Antena 3 y Telecinco, los telediarios de la 1, también) cuando no hay volteretas, sangre, o cercanía de drama en fase de tragedia. Es período, pues, más que de mutación de vuelta a los orígenes que catapultaron su prestigio entre la profesión, crítica y aficionados aglutinando un ambiente popular in crescendo basado en un extraordinario torero frenado en seco el día que trocó, voluntariamente (solo o en compañía de otros) en un apunte de genio extraterrestre; mixtura entre lo heroico y lo kamikaze. Facturas que se pagan a 30, 60, 90 o 180, o más, pero que al final se pagan. Es el caso de El Juli, maduro y muy hecho, consolidado como gran figura y un seguro de éxito cada tarde pero de eco discreto, tal que en Fallas. Por que mientras se agotan, hasta hacerse tópicos, los calificativos de la crítica: firmeza, seguridad, rotundidad, mando y dominio absoluto, tiene como asignatura pendiente volver a ganar la calle: el pueblo. Como en sus inicios, pero con sus argumentos de hoy como torero cuajado y no como púber avanzado en tauromaquia, casi prodigio. No es difícil: de él depende. Es solamente volver a abrirse a la sociedad común y civil, sin renunciar a su evolución como gran maestro. Castella es otro de los toreros cuya proyección como figura para todos los públicos dejó a mitad de camino optando por la tauromaquia asceta. Su obsesión por satisfacerse a sí mismo, ¡a puro cojón!, más que depurar el arte de torear, no le ha valido para que su esfuerzo de Valencia haya repercutido, social y taurinamente, más allá de las dos de la madrugada del domingo de autos al lunes en que concluyen los programas radiofónicos taurinos de cabecera. Era la tarde que toreaba José Tomás, y se cambiaron los papeles con nulidad de repercusión: el arrimón de Castella sí le hubiera valido al de Galapagar para cortar la segunda oreja, poner su carga dramática y activar los resortes de las televisiones en su plano más sensacionalista. Y las suaves, ligadas y templadas faenas del madrileño, en manos del francés, le hubieran valido a éste para ampliar el concepto único con el que hoy se le define: valiente, ¡muy valiente!, poco más. El grado admirativo de suicida y poner en valor positivo el aislamiento social está hipotecado, en exclusiva, por su tronco y colega: "bienaventurados mis imitadores porque de ellos serán mis defectos". Barbas a pelar, para que otros, Talavante, por ejemplo, pongan las suyas a remojar.

Manzanares ha comenzado, taurinamente con mucha tibieza, e igualmente está en ese momento, peligroso, que parece ser moda (¡dónde va Vicente….!), obviando pasear por la calle mayor, atestada de gente, sus tardes de triunfo, que palian otras grises como las de Valencia y Castellón, para pasar y posar por el reducto selectivo de un supuesto glamour que tiene como prioridad su masculinidad belleza antes que su renacentista tauromaquia apuntalada en un valor natural y una elegancia innata. Ese es el campo acotado, sin rivalidad posible, para Cayetano, cuyo toreo, técnicamente, no evoluciona; dejándole su coraje, raza y genética a merced de los animales, para que en días en que la Providencia está de guardia, la medalla sea de oreja incruenta, antes que sangrienta de cornada pregoná. Atalaya vedada incluso para su hermano Francisco y también para El Cordobés: los ¿mediáticos?, cuyo espectro público es más amplio y heterogéneo, de mayor empatía y menor sofisticación, argumentos para corta ambos una oreja, en Fallas, de Pueblo, y a plaza llena. (¡Ojo!, Pueblo, así, con mayúsculas. Respeto, al público y a los toreros). Valga el diagnóstico par El Fandi, que cambia lo mediático por lo espectacular. Fue el único torero, tras Ponce, en cortar dos orejas de un solo toro. Poco van a mover estas dos ferias levantinas. Sin que las sorpresas agradables del debutante Ruben Pinar y el doctorado Abel Valls vayan a romper moldes; si salen con ambiente favorable que tendrán que revalidar tarde a tarde, cada uno en su línea de la parrilla de salida y a marchetas diferentes. Como contrapunto, si acaso hay un torero que haya podido subir el papel de su cotización, en cuanto a animar su bolsa de contratación, más que caché, es Aparicio con su actuación fallera. El arte, solo rezumar, puede valer media vuelta a España toreando, más que para algunos dos orejas en Las Ventas. Los toros son algo más que dos horas y media de espectáculo y derechazos y naturales. La sombra de la corrida y sus circusntancias es alargada, y se proyecta más allá del redondel.

El Sombrerero a la hoguera (17 de Marzo de 2009)


Cuando alguien te jode el presente en base a un pasado, los resortes del mecanismo humano saltan.
La casuística de resolución de El Sombrerero es similar a la del joven de Lazcano que le quemaron la casa por que ésta pasaba por allí.
Acciones tan violentas como incruentas, por ser solo producto de la ira como respuesta a la injusticia. Acciones tan estériles por errar la diana: los pájaros y no la jaula.
El Sombrerero es novillero sin posibles pero con posibilidades, como testa su actuación en Madrid, el San Isidro, pasado. Como tal encontró padrinos que, al parecer, le hacían torear más que por sus méritos, indudables, por el dinero que "ponían" sus mentores para hacerlo. Lo han hecho casi todos. Pero desde su presentación en Las Ventas, el chaval, fue el primero en querer quitarse el hierro y desprenderse de sus protectores para probarse a sí mismo. Ahora, ayer domingo, le tocaba recoger frutos, y estaba anunciado, otra vez, en la monumental. Pero mira por donde le sacaron un presunto pasado oscuro. Más quisiera alguno de los inquisidores tener de limpia la cara como él el culo, de torear por el túnel. Total que los cobradores del frac le han pedido sus cuentas con Hacienda, como prueba de tal situación y sus colaterales de impago a la numerosa cuadrilla y en cochabe con los caseros que les acogen (su presidente, testimonial, es el empresario de Madrid por costumbre) no le han visado el contrato por lo cual su gran oportunidad de volver a Madrid y abrirse las puertas del próximo San Isidro se han visto frustradas.

El chaval se lió la manta a la cabeza, se presentó en Anoet (empresarios), preguntó por la sección subsidiados, le nombraron aquello de "a los albañiles" y se puso manos a la obra: grandes destrozos materiales, sin por fortuna víctimas, como diría Arzallus : "una chiquillada". A El Sombrerero le han arruinado la vida. Con todas las diferenciaciones serias y de rigor que se deben de hacer entre la vida como existencia humana y una carrera profesional incipiente, la casuística de resolución de El Sombrerero es similar a la del joven de Lazcano que le quemaron la casa por que ésta pasaba por allí. Cuando alguien, de forma arbitraria, discriminatoria e injusta te jode el presente en base a un pasado que todos tenemos (los inquisidores de las miserias del toreo , también), los resortes del mecanismo humanos saltan, como las alarmas, a cualquier provocación, para auto hipotecar un futuro, respondiendo con acciones iracundas, políticamente incorrectas, para que el cinismo de la sociedad meliflua repruebe con la boca pequeña en acto de condena y la administración de justicia se tire un pegolete de manual. Acciones tan violentas como incruentas, por ser solo producto de la ira como respuesta a la injusticia. Acciones tan estériles por errar la diana: los pájaros y no la jaula. Y en esta jaula del sindicalismo taurino de baja estofa. Hay muchos pájaros, y alguno de mal agüero. Por ello, ni apruebo ni repruebo la actitud de El Sombrero porque algún metafísico debe de arriesgar en apuntillar ambigüedades y tópicos: sí, la gallina fue antes que el huevo: y a partir de ahí... Pero sí me solidarizo con El Sombrerero por caber la posibilidad, como humano legal, de haber actuado igual (La verdad os hará libres, machaca la Iglesia, aunque no predique con el ejemplo). Aunque con la experiencia de los años no cometería el error de bulto de El Sombrero: el objetivo serían los pájaros y no la jaula. Es más eficaz y discreto y todo queda en casa, sin jueces ignorantes. ¡Digo!, conociéndoles, ya les estoy esperando, con grabadora primero (avisan siempre paras intimidar) y con matón después, para que las fuerzas, al menos por una vez, se equilibren en el temor y la constante intimidación.

Santander, del milagro al modelo (3 de Marzo de 2009)


En su día fue un milagro, ir metiendo gente en el coso de Cuatro Caminos con el señuelo dosificado de invitaciones, y crecer hasta los diez o más espectáculos, una semana de toros con los mejores carteles, e incluso una semana taurina en el invierno y siendo autosuficiente en el aspecto económico de no ser por que sus dependencias funcionan todo el año en su mantenimiento y colaterales y mantiene a unas cuantas familias. Hoy, es un modelo en el que no hay ningún secreto, ni ninguna piedra filosofal. Es sencillo, no especula con el piso de plaza
Un torero reventó la temporada 2008: Miguel Ángel Perera. Su ausencia confirmada en Fallas y en Sevilla no son de recibo, máxime cuando el baluarte de su causalidad no es de índole económica; y cuestiona tanto la competencia de los gestores de ambos cosos como a sus propietarios (principalmente Valencia, por ser de titularidad pública) y sus modelos de explotación. El sábado, Perera arrasó con todos los premios de la importante feria de Santander en el discurrir de una gala multitudinaria que vibró sincera con dos modelos a seguir: el de Perera, como torero, y el del Ayuntamiento de Santander como modelo de gestión. Santander no sólo es el milagro de su consolidada feria si no el modelo de institución pública que necesitan los toros: entre otras cosas por ser conscientes del valor añadido que alrededor de cualquier actividad taurina supone el mundo del toro para el sector servicios y promoción de la Ciudad.
Por ello, tras asentar una feria y prestigiarla como la mejor del norte -de las de su clase- y una de las más sugerentes y atractivas de España y Francia (así, poco a poco, durante más de veinte años), desde hace un lustro celebra una semana taurina de envergadura con actos lúdicos, gastronómicos, culturales y demás alrededor del toro, con el objeto de diversificar acciones complementarias a la feria pura y dura y desestacionalizar la tauromaquia y su mágico entorno, sin circunscribirla únicamente a la feria de Santiago, allá por julio. En el transcurso de la semana taurina y el desarrollo de la cumbre del torero en tres manos a mano, se ha sabido que Perera será el único torero que repita actuación en la feria en base a sus méritos contraídos. Y al contrario que Valencia, con unos ingresos por canon de un millón de euros, y Sevilla -con un robusto abono en el que se incluye la televisión y un circuito de novilladas más el abono de San Miguel, a largo plazo- Santander no se lucra de ninguna de esas ventajas. Tampoco derrocha el dinero (por si se piensan los taurinos que tira con pólvora del rey) y contrata a precio de mercado. En su día fue un milagro, ir metiendo gente en el coso de Cuatro Caminos con el señuelo dosificado de invitaciones, y crecer hasta los diez o más espectáculos, una semana de toros con los mejores carteles, e incluso una semana taurina en el invierno y siendo autosuficiente en el aspecto económico de no ser por que sus dependencias funcionan todo el año en su mantenimiento y colaterales y mantiene a unas cuantas familias. Hoy, es un modelo en el que no hay ningún secreto, ni ninguna piedra filosofal. Es sencillo, no especula con el piso de plaza. Y las cuentas les cuadran, o al menos compensan el valor añadido que durante esos días robustece la musculatura de la ciudad equilibrando, cuando menos, la balanza de pagos al incrementar el PIB interno. Y está el mejor de los mejores de toda la temporada 2008, y dos tardes. Pero también Ponce, Juli, José Tomás, El Cid, Castella, Manzanares, etc. Santander fue un milagro. Ahora es un modelo que deja con las vergüenzas al aire a políticos y taurinos… Sí, porque si el sector taurino se lo propusiera el modelo Santander no sería la última coca-cola del desierto. Pero ya se sabe: ¡cuerpo a tierra, que viene los míos!

Las cuentas no cuadran (17 de Febrero de 2009)


Los empresarios se guarecen ante la crisis rebajando la calidad del producto socializando miseria en vez de repartir gloria de forma equitativa. Los toreros no entienden eso de "llevar gente", que queda para las manifestaciones y mítines. Pero por el bien de la fiesta, las cuentas han de cuadrar.
El escalafón se sustenta en Perera, por principios. El Juli y Ponce por finales. Y por su interés en José Tomás, Cayetano y Morante. Por su condición de figuras hechas a sí mismo, a sangre y fuego, El Cid y Castella. Por justicia taurina, que no existe, El Fundi. Y por supuesto, José María Manzanares. Son los imprescindibles en cualquier feria que se precie de estar en el grand y medio eslam del circuito. El alicantino, ¡y no va gratis!, todo lo contrario, es el único que está acartelado en las citas más importantes del inicio de temporada. Su apoderado, el salmantino Toño Matilla, podría dar un cursillo de flexibilidad y equilibrio entre defender los legítimos intereses de su torero sin tensar la cuerda del empresario. Un paréntesis: (Matilla es en los últimos quince o veinte años el apoderado al que más le duran los toreros: es más, terminan sus carreras con él). En la Feria de Castellón faltan Enrique Ponce, El Juli, Morante de la Puebla y Sebastián Castella. En Valencia están ausentes Perera, El Cid y Morante. También El Fundi (ni como maestro director de lidia, en tarde de fastos). Y las previsiones de Sevilla, por abril, son no ver a Perera, José Tomás y Cayetano. El 40, el 40 y el 30 por ciento, respectivamente, de la guinda, parca, del escalafón son baja. ¿Por qué?
Las noticias son confusas, como es este mundo del toro. Cada uno barre para su casa dentro del oscurantismo, cuando no hay un pacto tácito de silencio a lo que son muy dados los taurinos. Todo es, en suma, una falta de respeto a la afición. Los empresarios se guarecen ante la crisis rebajando la calidad del producto socializando miseria en vez de repartir gloria de forma equitativa. Los toreros no entienden eso de "llevar gente", que queda para las manifestaciones y mítines. Pero por el bien de la fiesta, las cuentas han de cuadrar. Y cuando alcanza el dinero para suculentos cachés que deben de salir del prorrateo del abono, por ser deficitario el festejo puntual, debe de llegar para todos los que se lo han ganado en la plaza y demandan los aficionados que es -el aficionado- el currante que está a pie de obra, toree quien toree, y mantiene la fiesta por encima de modas de masas. Y si éstas, modas de masas, propician las grandes taquillas, a la hora de debe y haber, cuando menos, comido por servido el empresario y pan de hoy y hambre de mañana para la fiesta. La crisis la provocaron los bancos, dicen. El Gobierno los prima bajándoles impuestos y dándoles dinero sin que este llegue a las capas vehiculares de incentivar el consumo. Más crisis. Los empresarios -taurinos- reciben el dinero del aficionado vía abono y del público por taquilla, pero no revierte en la calidad debida del espectáculo para incentivar, igualmente, su consumo. Echan las cuentas de ganar dinero con el tope de medio aforo promedio o abusando de un abono cautivo. Los toreros lo saben y juegan sus cartas, casi siempre boca arriba y sin marcar. Los empresarios, no tanto. Y así las cuentas son "las de la vieja", y no cuadran. Y deberían. Debemos pensar que para unos 2 con 2 son 4; y para otros 2 y 2, 22.
Así imposible.

La toma de la Bastilla (10 de Febrero de 2009)


Los problemas de la tauromaquia en su cuna son los complejos y las hipócritas luchas de familia.
Podría interpretarse como una toma de la bastilla testimonial con la que principiar la revolución francesa taurina. Incluso alguien ha apuntado que ciertas similitudes existen tras el absolutismo de una dinastía que durante tres generaciones ha gestionado el plato de Mont de Marsans y Bayona, con gran profesionalidad y un charme ilustrado, es verdad. Pero la ilustración es intrínsecamente sobrada.

Y no es baladí en los tiempos que corren de antitaurinismo soportado por un falso progresismo y europeismo. Francia se ha puesto los toros por montera. Siempre se ha hablado del modelo francés como la panacea para su organización y desarrollo; tanto que sin reglamentación el espectáculo funciona con precisión de relojería suiza y los campos de competencia están, de forma implícita, muy determinados. La gestión, generalmente pública, descansa en la soberanía de la afición y a partir de ahí, el organizador no es mas que mero mandao, la autoridad, es simplemente un supervisor del desarrollo de la lidia y el espectáculo y en su caso sancionador de su buen fin, atendiendo a la afición, tanto para toro como para torero. Tras la irrupción de Castella como gran figura del toreo y de los escarceos a alto nivel de alguno de sus empresarios, en tal labor y en la de apoderados de campanillas, también por cosos españoles, el invierno del 2008 ha supuesto la toma de la Bastilla taurina y el desalojo de las principales plazas del suroeste francés de la primera potencia empresarial española (Casa Chopera) que regía los cosos de Bayona y Mont de Marsans por tres generaciones durante más de sesenta años. Alain Lartigue y el equipo autóctono de Simón Casas serán, desde esta temporada, y siempre por delegación de las dos municipalidades, mandatarios en dichos e importantes cosos que lucen sus cinco estrellas de primera categoría.

De la primavera de 1808 al invierno de 200 años después Del dos de mayo español heroico al diciembre taurino francés, de sutileza pura y habilidad sibilina que ha supuesto la caída del impero vasco. Las que se van por las que se vienen, aunque tercien dos siglos de por medio. El sistema francés, simple y sencillo, siempre se ha envidiado, sanamente, escrito quedó, desde España. Pero no sólo su sistema: el comportamiento de su afición y su público. Su seriedad de comportamiento, su rigor de juicio y sobre todo la justeza y justicia para con los protagonistas del espectáculo, resultante de un mandato implícito de una afición poco vulnerable a la lentejuela glamurosa del traje de luces y que valora al hombre, torero, desnudo, antes que las figuras, o supuestas, enmascaradas en oropeles. Ahora, le han dado una vuelta de tuerca más a un sistema eficaz para no solo ponerlo al día si no darle su marchamo de identidad propia. Podría interpretarse como una toma de la bastilla testimonial con la que principiar la revolución francesa taurina. Incluso alguien ha apuntado que ciertas similitudes existen tras el absolutismo de una dinastía que durante tres generaciones ha gestionado el plato de Mont de Marsans y Bayona, con gran profesionalidad y un charme ilustrado, es verdad. Pero la ilustración es intrínsecamente sobrada. Para ser de ley requiere de marcar distancias, altivez y arrogancia; y en los últimos tiempos parece que fueron gotas que rebosaron el balde. Sólo cabe desear se interprete como el fin de un ciclo aunque algunos ya han comenzado el ojeo por si en España tocan a rebato para iniciar la cacería. Y es que aquí, se le ha dado más importancia al acoso y derribo de los Chopera por si su erosión tiene consecuencias intramuros que a la asunción de responsabilidades de los franceses en materia taurina, sin complejos. Y ése es el problema de la tauromaquia en su cuna: los complejos y las hipócritas luchas de familia. Sólo falta que se espíen unos a los otros para parecer políticos.

Sin espías. Sin dossieres. (3 de Febrero de 2009)


Y ganaron. ¡Vaya si ganaron!
Tenía razón el ladrillero cuando se ufanaba como magnate de Las Ventas muchos meses antes. Comenzaba así, el Plan Aguirretxe de toros por cemento.
En los burladeros de la Comunidad oficiaban los hombres y mujeres de Esperanza Aguirre
Ni apoyos. El que firma y suscribe: a pecho descubierto, en los medios. Corría el año 2004, agonizaba el décimoquinto San Isidro de los hermanos Lozano y, de la misma guisa, barruntaba su gestión en Las Ventas. La feria olía a fin de ciclo. En los burladeros de la Comunidad oficiaban los hombres y mujeres de Esperanza Aguirre, una vez legitimada ésta por las urnas, en el otoño anterior, tras el tamayazo (golpe regional civil) de finales de San Isidro 2003. Nunca, dicen, se pudo probar si el habitual ruido de sables para derrocar gobiernos legítimos fue ruido de cheques, pero siempre se tuvo la sospecha de que entre las prebendas de los supuestos muñidores estaría la plaza de toros madrileña de Las Ventas y su futura explotación. A la sazón, ese verano -sin saberse de forma fehaciente el futuro de Las Ventas, pues los Lozano sólo hacían mohines a la posible continuidad mediante prórroga, pero no se definían- fue muy movido para un tosco empresario de la construcción madrileña que ávido de protagonismo y notoriedad social no tenía la discreción como virtud.
De la mano de un corredor de ganado extremeño que le había vehiculado -ese mismo año- la adquisición de animales de bravo de Villamarta, propiedad de los Guardiola, convino con un empresario taurino sevillano, bohemio y antisistema, un acuerdo para presentarse a la presunta licitación de Madrid, en la seguridad absoluta que era el próximo empresario de Las Ventas.
Acuerdo no consumado porque, una vez convocado el concurso (10-11-2004), y a punto de expirar su plazo de presentación de licitaciones, fructificaron las negociaciones que el padrino de la Comunidad -bajo el patronato taurino de Ignacio González- y el mamporrero (más tarde traidor) del empresario taurino José Antonio Martínez Uranga, Ramón Calderón, habían emprendido en aras de una unión de conveniencia a tres bandas: Comunidad, toros, y ladrillos.
Y ganaron. ¡Vaya si ganaron! Tenía razón el ladrillero cuando se ufanaba como magnate de Las Ventas muchos meses antes. Comenzaba así, el Plan Aguirretxe de toros por cemento. A finales de 2004 se otorgó la plaza a Taurodelta, con el beneplácito de crítica y afición, de forma casi unánime, pues (aunque conscientes del pucherazo) se había elegido un empresario taurino con solvencia y prestigio ante la aventura de otras licitaciones, quizá más valorables en la baremación, pero que no inspiraban el cien por cien de confianza. De tal manera, Taurodelta, licitaba con una oferta expresa en el que se recogía su condición de muy mayoritaria, mas las adhesiones accionariales de Fidel San Román, y el escaso, pero importante posteriormente, -por bisagra- porcentaje del 5% de Calderón. Sobre el 14 de enero, un enjuague político-administrativo daba luz verde institucional al acuerdo societario por el que Taurodelta se convertía en Taurovent, el empresario taurino era el botones y el ladrillero pasaba a cumplir uno de sus sueños: ser empresario, a todos los efectos, de la más importante plaza de toros del mundo.
Proseguía así, el Plan Aguirretxe de toros por cemento y hasta hoy en que Las Ventas sigue siendo carne de togas. Y el PSOE, sin enterarse de lo importante que son los toros, a través del coso de Las Ventas, para tirar de la manta. Con rigor, sin jugar a taurinitos para entretener a sus más mediocres militantes. Han pasado más de cuatro años, cuando empezaba, por las constantes denuncias argumentadas de sus atropellos, y por lo tanto sin posibilidad de réplicas en los juzgados, un tortuoso, cruel y vomitivo periplo de amenazas por goteo y otras prácticas de lo más barriobajeras durante más de 18 meses, que culminó en diciembre de 2006 con el albericidio. Los felones personajes de la historia han ido emergiendo enlodazados del fango en que han andado con frac y chistera. San Román (Malaya) hizo un crucero por Alhaurín. Calderón, rima con... ón. González y Martín, de moda, hoy, en los papeles. Servidor, yo, sigo mandando en la gestión de mi hambre, en la dosificación de mi paciencia y en la potenciación de la memoria para, en su día, poder pasar a limpio una larga lista de olvidadizos, desagradecidos y truhanes de un mundo del toro de la política y la comunicación que al final tienen lo que se merecen: el rechazo social; como se testa en estos días.
¡Ah!, ¿Y Esperanza? Pobre mujer, sólo sabe bailar cha, cha, cha.

Sevillanía 0,0;baja en calorías (28 de Enero de 2009)


Cayó Curro y descabalgaron a Morante de la Puebla mientras apadrinaban a El Cid
Ni Perera, ni José Tomás, ni Cayetano...
Sevillanía, para callar voces y comprar voluntades
El empresario de La Maestranza, Eduardo Canorea, dijo, estar dispuesto a que se hable más de la Feria de Sevilla que de la de Madrid; y -quedó escrito, martes atrás- lo consiguió esta temporada con las suspensiones. El diluvio de críticas (con el tiempo) se fue haciendo sirimiri -que no deja de ser calabobos- ; para con un haz de sol, encenderse la bombilla, y con un oreo anunciar el mano a mano Cid-Morante con la corrida de Victorino y dar que rajar en positivo, Han pasado los días de vino y rosas de las fiestas, y el notición prenavideño, prematuro -y por lo tanto abrasadito en su explotación- constituye pieza menor, insuficiente, para distraer el barruntar de nubarrones negros sobre la composición de la próxima feria. Y ¡vaya! Que si se va a hablar más de Sevilla que de Madrid, pero no en el son que anhela Canorea si se confirma que Perera causa baja, para añadir a las ya vislumbrables de José Tomás y Cayetano. De no comparecer Perera no será por la TV -como se argumenta para autoexculparse de la desidia en las contrataciones de José Tomás y Cayetano- y sí por maltrato y violencia doméstica. Porque agresión psicológica es la arbitrariedad para que Perera no tenga hueco el Domingo de Resurrección y el rebote afecte a farolillos. ¿O no es doméstico el cartel pretendido?: Morante, Cid -otra vez- y el legítimo triunfador Manzanares. Cid, manejado, Morante abducido por agobio manifiesto y Manzanares, el único que justifica puesto con rotundidad en Resurrección, con un plus de buenismo por su pertenencia a Matillas Home, afín y soporte -muchos años- de la empresa sevillana. Todo en aras del pretendido cartel del año, primando el cacareado esfuerzo de los espadas con presencias a granel en el abono y de la recuperación de la ¡sevillanía! En lo que no ha reparado la empresa sevillana es que de los hechos diferenciales de lo habitual que dan aliciente y atractivo al cartel mu sevillano, ¡vamos! el que tira del carro, es Victorino. O si no que hubieran anunciado el mano a mano con una de Zalduendo ¿a que no? La otra novedad es Morante. Pero lo novedoso en el de La Puebla es, igualmente, que vaya a matar una de Victorino, para lo que el morbo y el tirón estaría igual de servido como si en vez de confraternizar con El Cid en mano a mano, se acartelara con dos maestros banderilleros -él es opositor- como Fundi y Fandi y se anunciara con el acicate del segundo tercio. La corrida del año… A ver quién la hace en menos tiempo, ¡vamos!, más rápido. Lo que no deja de ser curioso es que una vez finado don Diodoro, su hijo Eduardo y su yerno, Ramón Valencia, fueron los primeros en despenalizar de sevillanía a los del AVE, siendo conscientes que, a pesar del parco aforo de 12.000 personas, eran necesarios para poder llenar la mayor parte de los dias de corridas de abono. Cayó Curro y descabalgaron a Morante, mientras apadrinaban, entonces, a un incipiente periférico -nada currito- como El Cid. Sevilla se universalizaba, o se deslocalizaba, o se descatetizaba. Ciclo cumplidoAhora se cumple un ciclo. Y la cabra siempre termina tirando al monte. Como en los partidos políticos lo peor es la disidencia interna. Por ello, no importan la suspensiones por agua, la continuada ausencia de JT, la vigilia en que se presente Cayetano y ni siquiera que el ciclón que arrasó el escalafón en 2008, Perera, se asome por el baratillo. Lo importante es la sevillanía….y la corrida del siglo, mu sevillana (el yerno de Victorino es de Sevilla y posiblemente hasta cofrade y capillita de alguna Hermandad). Ni Perera, ni José Tomás ni Cayetano. Sevillanía….para acallar voces y comprar voluntades. La corrida del año… a ver quién la hace en menos tiempo, por la calle 1, o la 2, que en este tipo de eventos, tan sui géneris, para algunos toreros las rayas de cal delimitan algo más que los tercios.

La crisis, el sindicato vertical y sus fontaneros (21 de Enero de 2009)


La 'gran patronal' aboga por reducir festejos en aras de una supuesta calidad
Se recomienda reducir plantilla pero no tocar a altos ejecutivos y a chupatintas
La crisis llega al mundo del toro. Lo barruntan, alarmados y alarmistas, los gurús. Todavía no se sabe como va a responder el personal en taquillas y las terminales mediáticas de la gran patronal se apresuran a urdir, en pose heroica, un plan de salvación. Y cuando hablo de la gran patronal no me refiero solo a los empresarios de pedigrí, si no a esa especie de sindicato vertical franquista que, prietas las filas, buscan el botín de la llamada calidad un para posterior prorrateo. Anidan gestores de elite. Militan, igualmente, todoterrenos versátiles. Se inscriben ganaderos pintones (también). Se alinean figuras del toreo y toreros de ferias: independientes, apoderadodependientes y empresariodependientes. Y como ariete, el sector más ilustrado de la prensa, que coincide, además, con el más próximo al negocio de esta industria. Y estos han empezado su labor de fontanería. El objetivo, en síntesis, es abogar por reducir festejos en aras de una supuesta calidad para que el consumidor no desconfíe y huya.



Rebaja en la producción Puede ser una tesis correcta si se planifica como una estrategia conjunta de todo el sector y de una vez, y de verdad, en todos los ámbitos, se sabe distinguir qué es una plaza de 1ª, 2ª, 3ª o portátil, cuál es el toro y los hierros que corresponden a tales categorías como así mismo los toreros, que por otra parte, también tienen su clasificación. Sin embargo, todo apunta a pretender una rebaja sensible en la producción para no devaluar el caché actual del producto delicatessen. Por lo cual, todo aquel que no cumpla con los requisitos o se someta a este microclima dentro de un sistema ya de por sí endogámico está condenado al ERE taurino, fagocitados por la nobleza feudal taurina. Por supuesto, la base, la cantera, más que nunca en peligro de extinción. ¡Vamos!, que se recomienda reducir plantilla, pero eso sí, consejeros delegados, directores generales, altos ejecutivos y chupatintas serviles de manguito y visera, burócratas ociosos, ¡ni tocarlos! ¡Ni a ellos ni a ¡su dinero!. Como cortina de humo (reivindicativamente patriota con La Fiesta) se acusa a la administración de marginar al toro, respecto de otros sectores industriales, obviándole, como siempre, sin diseñar un plan de choque. Sin embargo se tiene mucho cuidado con las administraciones nodrizas de prebendas y agasajos que, como sanguijuelas, succionan voraces el taquillaje con los cánones brutales, como los de Madrid y Valencia. A éstas, no molestarlas. A lo más que se llega es a recomendarles que transgredan la ley, aliviando las ofertas y pliegos en vigor, reduciendo festejos, despistando volumen del canon establecido o modificando a la baja el porcentaje de cotización respecto de los ingresos por retransmisiones televisivas. Y es lo que está pasando en Valencia. Del 30% de la inviable oferta, pero que posibilitó los puntos necesarios para ganar el concurso, se propone un 9%, atropellando la ley y haciendo un desaire al resto de licitadores que acudieron en su día. Lo extraño del caso es que la empresa parece no interesarle el pedido. ¿Entonces? Parece claro, por obvia deducción, que el político de turno, solo o en compañía de los nanines de Ramón Calderón, ha tenido la necesidad de seducir a la corporación provincial, con precariedad de éxito, la conveniencia de televisar Fallas... A instancias del interés manifiesto. Del interés manifiesto unilateral, del canal codificado y por lo tanto de pago (más inflación). ¿Por qué? Independientemente del medraje personal del responsable de turno y su confabulación con amiguetes mediáticos, pueden yacer intereses espurios de este sindicato vertical como es la autoexclusión de José Tomás del circuito de las grandes ferias, dando cobertura exculpatoria (más allá de los galácticos emolumentos a cobrar del torero de Galapagar) a la ejecutiva de dicho sindicato donde cabe todo aquel que abrace los principios de éste movimiento taurino con camisa azul y oro, mano en alto y cara al sol... Y moscas, como en las tardes de corrida.

Mano a mano El Cid - Morante (14 de Enero de 2009)


El anticiclón de los días de transición de otoño a invierno ha oreado el singular albero sevillano, y con un haz de sol ha brotado la noticia. El empresario de La Maestranza, Eduardo Canorea, ha dicho, estar dispuesto a que se hable más de la Feria de Sevilla que de la de Madrid; y lo consiguió esta temporada con las suspensiones.
Las lluvias de abril y otoño dejaron a la plaza de toros de La Maestranza sin siete de sus festejos de abono, circunstancia que puso en entredicho el prestigio de dicho coso y sus colaterales. El anticiclón de los días de transición de otoño a invierno ha oreado el singular albero sevillano, y con un haz de sol ha brotado la noticia. El empresario de La Maestranza, Eduardo Canorea, ha dicho, estar dispuesto a que se hable más de la Feria de Sevilla que de la de Madrid; y lo consiguió esta temporada con las suspensiones. Ahora, con este golpe de efecto lo contrarresta; aunque no será suficiente para aquellos que se obcecan en que el toreo pasa única y exclusivamente por José Tomás. Una vez orilllado el amarillo del cartel oficial, solamente resta esperar a tal día de abril, con toda la artillería de plegarias y jaculatorias en posición de alerta, con el máximo de previsiones técnicas, por si acaso -de momento ya se ha jubilado la tablilla por megafonía-, y con un Morante de la Puebla, el más novedoso, singular y sorprendente de los atractivos cuidado entre algodones -más que Leo Messi o Kun Agüero- en los primeros compases de la temporada, por que cualquier contrariedad en ese sentido no será solventada de forma fácil; ni siquiera con Antonio Barrera que, sin duda, entrará en el lote pero en otro negociado. No es verdad que lo opuesto al amor sea el odio si no la indiferencia; y torero y empresa se han echado muchas cuentas buscándose desde siempre; con una daga, con un mamporrerro o un pañuelo blanco de mutua necesidad.

Don Canuto (7 de Enero de 2009)


Muere uno de los últimos mohicanos de la época de oro del toreo cómico Ángel Villaverde hizo el pasado sábado su último paseillo vestido de risa y oro
El toreo no se ha despojado del luto que abrochó el año pasado las muertes del empresario, apoderado y ganadero, J.L. Martín Berrocal y del ex presidente de la Plaza de Las Ventas, Don Luis Torrente, asiendo, por los estragos de la parca, los balbuceos de este 2009 -matizados catafalco y azabache - para guardar respeto ante la muerte de un estandarte de los toreros que fecundan la base de la afición: Don Canuto, santo y seña del toreo cómico. O así debería haber sido. Pero fue que no. Desde la romería farandulera que fue el entierro de Berrocal, al sentido funeral familiar, y poco más, de Don Canuto, y la lógica inhumación en la más estricta intimidad del Comisario Torrente. El toreo no ha estado, ni siquiera, de alivioluto. Principalmente en el caso del genial Ángel Villaverde -Don Canuto-. Don Canuto fue enterrado el sábado en Catarroja -Valencia- con todos los honores de hombre grande por parte de familiares y amigos. Entrañable.
Pero faltaba el toreo, el de verdad, y el del pegolete: los políticos y politiquillos, que especialmente en Madrid y Valencia juegan al toro en la intimidad como el ex jefe hablaba cata.

Don Canuto ha sido uno de los grandes del toreo cómico. Un espectáculo, no ha mucho -como hoy las corridas de rejones- salvavidas de multitud de ferias y flotador de náufragos empresarios con sus robustas taquillas y sus gastos menguados, y que hoy tan despreciado injustamente está por este sistema oligárquico y déspota de la tauromaquia actual, con un stablishmen, en el puesto de mando, del sistema, tan insensible y globalizado -donde una toga bien promocionada puede ser más importante que un chispeante- que por solo mirarse al ombligo tiene dificultades para erguir la cabeza y mirar hacia delante con altura de miras, y atrás, más que con generosidad, como ejemplo a seguir su senda. Esos grandes empresarios, esas figuras del toreo, esos ganaderos pomposos, esos periodistas de élite y de cosa nostra, a penas han echado cuentas, poco contritos, ante la muerte de uno de los últimos mohicanos supervivientes de la época de oro del toreo cómico: Ángel Villaverde, Don Canuto, que, tan sólo con la grandeza de una figura de época como Enrique Ponce y el cariño leal de los medios impresos valencianos -madrileño él- ,hizo el pasado sábado su último paseíllo con el mejor de los vestidos de su fondo de armario de torero…de risa y oro, con el que medio mundo, mundial, vibró en sesiones de mañana, tarde, noche, incluso madrugada iniciándose en su más tierna infancia en la cultura de la tauromaquia, cuando esta se enseñaba, se asimilaba y -si había valor en el niño- se iniciaba, profesionalmente, desde abajo, con base y con cimientos. De tal guisa se construyó el edificio más sólido que haya tenido el toreo en su historia y que, por ello, no es casualidad que coincida la edad de oro del toreo con la edad de oro del toreo cómico, dado que ambas -edades de oro- no se instalan en el tópico de los precursores: Gallito, Belmonte y Llapisera, y sí en la bastísima nómina de grandiosas figuras ensamblándose y relevándose entre los 50 y los 80. Toreros que tuvieron su aprendizaje en pubertad; creciendo paralelamente, de forma generacional, con sus posteriores legiones de aficionados y admiradores que los hicieron ídolos, y algo más que héroes literarios, de la mano, docente y pedagógica, de gentes que sacrificaron el oropel de la lentejuela para servir a la fiesta, promoverla y divulgarla desde la base : los niños. Ha muerto Don Canuto ¡Torero! Hijo del cuerpo y germen de torerías ¡Un respeto!

El ¿pacto? del hotel Wellington (30 de Diciembre de 2008)

José Antonio Martínez Uranga pasa de todo y de todos. En el tipo de la casa. Es el jefe, sin quererlo.
En la reunión, de la que diez días después no se tienen más novedades, se convino convocar a ambas asambleas y proponer la fusión. Mientas tanto, Protauni se despojará de los apoderados en un guiño a Taura, que es una forma de recaudar menos por cuotas pero no evita la influencia con su poderdante. Pero ésta no respondió al oscuro objeto de deseo de fulminar a su abogado Íñigo Fraile que además sale reforzado por ocuparse del sector norte, mientras el señor Moeckel pretendiente a la batuta única se queda en su Sevilla y periferia. En Castilla dicen ir por lana
Las fechas lo propician. Los toreros se reúnen profusamente (el pasado día 21 lo hicieron en Madrid) en aras de una hipotética unión de sus dos asociaciones para poder mandar en el toreo como creen les corresponde y plantar cara al yugo reivindicativo de los subalternos y a las pretensiones de control de la gran patronal. Misión harto difícil: Con los subalternos por sus planteamientos poco flexibles sustentados en una unión tremendamente rocosa. Con los grandes empresarios, porque muchos de los toreros son apoderados por ellos o, simplemente, porque están en sus manos bajo la ley de oferta en pack contra múltiple demanda individualizada con el síndrome del funcionario y objetivo de la globalización a final de temporada más que la cotización puntual: un grano no hace granero pero ayuda al compañero. De tal manera en Protauni cohabitan toreros y apoderados, por lo tanto con su fleco empresarial. En Taura son toreros de los que gustan decir son independientes, pero que son manejados por el abogado, un propio de Martín Arranz cuyas tesis son inflexibles en cuanto a considerar a los empresarios de grandes plazas -primordialmente- como enemigos peligrosos. Y otro hecho, cuando menos, curioso: el máximo inspirador, de tal unión de los matadores, es el portavoz de Protauni conexo a los empresarios, vía Maestranza sevillana, en su condición pura y dura. De esas dependencias de los toreros, todos -unos con la boca chica y otros a pecho descubierto- con los empresarios y la capacidad de seducción del portavoz de Protauni no es de extrañar que, por la variante, El Cid y Morante comieran juntos para solventar cuitas y convenir de ir unidos en la lucha por las reivindicaciones generales que afectan a todo el colectivo, y en el menor descuido… ¡zas! El mano a mano de los dos toreros con los victorinos. Al tiempo, todos los colectivos ningunean a un bastión importante en el sostén de la fiesta: la pequeña y mediana empresa (tal como ocurre en la vida cotidiana), el colectivo de la Unete; que quizá por tener las ideas más claras e intereses más comunes son la china en el zapato que impida el reparto del poder prorrateado como en el fondo se pretende por parte de algunos toreros y grandes empresarios que no en vano comparten honorarios al por menor, liquidaciones a final de temporada y en muchos casos comisiones. En la reunión, de la que diez días después no se tienen más novedades, se convino convocar a ambas asambleas y proponer la fusión. Mientas tanto, Protauni se despojará de los apoderados en un guiño a Taura, que es una forma de recaudar menos por cuotas pero no evita la influencia con su poderdante. Pero ésta no respondió al oscuro objeto de deseo de fulminar a su abogado Íñigo Fraile que además sale reforzado por ocuparse del sector norte, mientras el señor Moeckel pretendiente a la batuta única se queda en su Sevilla y periferia. En Castilla dicen ir por lana. ¿Y, no sería más adecuado prescindir de los, personalistas y muy protagonistas, abogados -salvo para los actos jurídicos puntuales- y a partir de ahí intentar una sola asociación? Los toreros tragarían -aún mirándose de reojo-, pero Canorea, Valencia, los Chopera, no. Y tampoco conviene enfadarlos, ni a unos ni a otros. Digan lo que digan. José Antonio Martínez Uranga Choperita, pasa de todo y de todos. En el tipo de la casa. Es el que manda en el toreo. ¿O no? Y sin necesidad de mesarse las canas.

Todo por un puñado de palabras (23 de diciembre de 2008)

El toreo es un arte sustentado en un ejercicio continuo de responsabilidad

¡El torero es grandeza!; seca, como el valor cotizable, tal que el oro. Hay de varios kilates, paño de oro y baño de oro, todo en un poupurri. Convendría que los de RNE aclararan si su oreja es fetén o embalsamada como la de Van Ghog, cuya gloria fue post mortem. En cualquier caso demasiado barata; dos minutos de supuesta exclusiva en clara componenda les equipara a las manipulaciones del Está Pasando o La Noria de Telecinco. Salió el Gran Hermano previsto. Pobre gente
El toreo es de pitón a rabo. De intensidad y continuidad. De grandes ferias y de talanqueras. De exquisiteces artísticas. De técnicas depuradas, de valor espartano, y, también, de espectáculo; igualmente, de masas (heterogéneamente taurinas), aunque sea toreo de polvaredas. De pellizco o de precisión. De olé, o de uy y ay. De cante o de cuento. Al toro, al medio toro, al toro medio, al buey o al becerro. De Olivenza a Jaén; o al menos de Castellón o Valencia, a Zaragoza. Se tiende a tener la ocurrencia de simplificar el toreo a un solo matador: grande, como el toreo, ¡que es grandeza!; pero de ciclos muy sintetizados y escrupulosa selectividad a beneficio de su inventario en hierros y plazas. Antonio Burgos replica, al hilo del desgraciado percance del subalterno Adrián Gómez, ubicando el toreo (con mayor altura de miras) en el esfuerzo y el sacrificio de todos los que se visten de luces y entregan su sangre o su vida, o su calidad de vida, también desde el anonimato de la plata o el azabache. Perera, junto con Ponce, Juli y El Cid son el referente de las dos últimas campañas. El Cid con la inercia de tres años anteriores (de tal guisa de figura). El Juli una década, y Ponce va para veinte años: todos de forma interrumpida. Si no son el toreo en exclusiva, si son gran parte y muy importante, la más, del toreo.
El toreo es un arte sustentado en un ejercicio continuo de responsabilidad profesional. Es la premier, el calcio o la liga, todos contra todos, de principio a fin. Es la temporada de ópera o la NBA. El toreo no puede reducirse a una operación triunfo (tan exitosa como efímera) de jóvenes valores con reminiscencias de remedo de figura añorada, ni en un concurso individual de mates con la gran estrella de los galácticos, Harlem Globertrotters. No.
¡El torero es grandeza!; seca, como el valor cotizable, tal que el oro. Hay de varios kilates, paño de oro y baño de oro, todo en un poupurri. Convendría que los de RNE aclararan si su oreja es fetén o embalsamada como la de Van Ghog, cuya gloria fue post mortem. En cualquier caso demasiado barata; dos minutos de supuesta exclusiva en clara componenda les equipara a las manipulaciones del Está Pasando o La Noria de Telecinco. Salió el Gran Hermano previsto. Pobre gente. El torero es grandeza. Nunca sus delirios.

Toros, Maribel y la extraña familia (16 de Diciembre de 2008)


En una sociedad de continua transformación, el toreo es como el tonto andando por la linde; termina la linde…y sigue el tonto.
Maribel y la extraña familia es una de las grandes obras del prolífico Miguel Mihura en su obsesión por debatir el conflicto individuo-sociedad en el que la prostituta, Maribel, es vista con candor e inocencia por doña Pura y doña Matilde entendiendo al ser humano por encima de las vicisitudes en que le ha tocado vivir. Una visión, solo posible, alejada del mundanal ruido de la gran ciudad y de sociedad cosmopolita. Los toros -como Maribel- son individuo frente a la sociedad. Son escrutados con recelo alevoso por parte de los nada partidarios y con cierto desdén compresivo por el resto de la sociedad; también los afines. Sobre todo en cuestiones que rebosan el perímetro del ruedo y de lo que es capaz de hacer un torero con la espada y la muleta delante de un animal en algo más de dos horas. Los toros tienen el beneficio de ninguna duda -certidumbre total- para ser acotados como caso a parte: casta, secta o guetto que se rige, como etnia pura - sin estigma ajeno- por sus propias leyes; aunque sean "anti -natura": Un espectáculo de plurales colectivos pero que se define individuo y a lo más que llega- en ocasiones límite-es a comportarse como la suma de muchos individuos; pero siempre dominando el norte propio de cada uno.
La mayoría, la sociedad, ve a "esto que le llaman el toro, o los toros" con cierto enigma…. y traga; otros, con estupor y…. pasan; y hay quien, antes que extrañeza, argumenta con bondad la singularidad del sector. Maribel, según Mihura, fue lo que fue, prostituta, por que la sociedad la impedía, con su mirada impura y contaminante, llegar a lo que quería ser. Un poco como la tauromaquia con las Instituciones y Administraciones. Y quizá por ello "la mirada del otro" (doña Pura y doña Matilde, el amortizado de lentejuela y códigos de comportamientos cifrados), esa mirada, sea de ternura ante auténticos desafueros si se produjeran en cualquier orden de la vida civil. Es por ello que la sensata reivindicación de los empresarios mas pegados a la sociedad real, los de las plazas de segunda y tercera, y alguno de primera pero sin el pedigrí de la aristocracia taurina, no tenga visos resolubles; ni ahora, ni mañana, ni nunca. Piden no ser los responsables de la carga e ingreso -con su dosis de burocracia y gasto administrativo- de las cuotas de la seguridad social, principalmente, de los subalternos, puesto que ni ellos los contratan ni tienen ninguna ascendencia sobre los mismos para el desarrollo de la labor con arreglo a los criterios del empresario. Entre otras cosas, no pasa de una denuncia testimonial por: Uno: ser un tema en el que los subalternos se agarran como clavo ardiendo para defender, al menos, su cotización social bajo el argumento de la inmadurez de la mayoría de los toreros como para ser cabeza de una pequeña empresa. Dos: por que los colegas -empresarios de empaque de cartón piedra, de voz engolada y petulante cuando no arrogante- están muy cómodos como generales del ejército numeroso y unido por la tabla rasa del salario único de los subalternos, utilizándoles, o utilizándose mutuamente, para puentear a los toreros: el ejército de Pancho Villa. El toro y la extraña familia. Tan extraña que nadie le para bola, ni para lo sensato ni para lo insensato. En una sociedad en continua transformación el toreo es como el tonto andando por la linde: termina la linde y sigue el tonto… y nadie se extraña, a lo mejor hasta se ríen. En este toreo sin vertebrar Maribel y la extraña familia se confunden para ser todo uno.

TVE y alguna más (2 de Diciembre de 2008)


La diferencia entre estas administraciones y entes públicos es que Madrid (La Comunidad) y Valencia (su Diputación Provincial) se lucran de forma directa de los toros en casi 6 millones y 1 millón de euros respectivamente. Fernández no ha negado la aceptable audiencia que proporcionan los toros en TV.
Luis Fernández, presidente de RTVE, ha vuelto a comparecer en sesión pública ante un nuevo requerimiento del PP. A pecho descubierto, sin ningún testaferro que lastre su responsabilidad como hace la Comunidad de Madrid cuando es requerida en la Asamblea regional o buscando una cabeza de turco para asumir ante los tribunales decisiones en el banquillo por indicios racionales más que meras sospechas. Es curioso el discurso de los populares respecto de su paternalismo manipulador en cuanto a la Fiesta: La paja en el ojo ajeno de RTVE; incluso, por la variante, a la televisión que mayor atención dedica a los toros, CLMTV, y, veladamente, a Canal Sur y la Junta de Andalucía que hacen un esfuerzo importante por la Fiesta (en estos momentos es la única garantía solvente para salvar la amenazada Feria Mundial del toro). La viga en el propio: TM y Canal 9, no ya en sus parrillas titulares que arrojan bajos índices de audiencia, si no en unos vergonzantes segundos canales ociosos de contenidos, y una radio pública, la madrileña, infra utilizada, hacen una labor de mínimos para vestir el muñeco. La diferencia entre estas administraciones y entes públicos es que Madrid (La Comunidad) y Valencia (su Diputación Provincial) se lucran de forma directa de lostoros en casi 6 millones y 1 millón de euros respectivamente. Fernández no ha negado la aceptable audiencia que proporcionan los toros en TV. Cocinero, antes que fraile, Fernández fue el responsable directo para que durante casi un lustro (97-2000) en los informativos de Tele 5 se emitieran piezas de cerca de 3 minutos, muy cuidadas, de más de sesenta festejos anuales correspondientes al circuito de grandes ferias; amén de difundir con periodicidad uniforme reportajes de temática taurina en los informativos, prime time, de fin de semana.

Fernández no tuvo, por aquello, ningún reconocimiento del sector y sí tuvo que soportar críticas, trabas y zancadillas sobre la política de retransmisiones que desde el año 91- gracias a la iniciativa de Muñoz Machado, constituyeron el embrión de la entrada de los toros con regularidad pautada en los informativos. Aquellas, vapuleadas, retransmisiones daban audiencia, cierto. Y no lo es menos que supusieron ingresos al sector: principalmente a los empresarios modestos y sobre todo a los asalariados del toreo a través del fijo, innegociable, de los derechos de imagen de los subalternos. Incluso, se propulsó, creo fue en el 95, un concurso de novilleros que fue impecable; del que, entre otros, salió en proyección pública José Tomás. Tampoco hubo reconocimiento. Es más, cuando por cansancio y abatimiento ante tantos problemas se suprimieron retransmisiones y piezas informativas, Fernández sintió la desidia y el inmovilismo de un sector que sólo pretende derechos sin implicarse en ninguna responsabilidad. y para su paz interior, no recibió ni una sola queja, ni una sola demanda de continuidad de la información taurina de ninguno de los gremios profesionales y menos, aún, de los colectivos que se arrogan la representatividad de los aficionados. Percibió, además, en dicho período, cómo gente representativa del mundo del toro que, en su ambivalencia, detentaba propiedad, o poder, en consejos de administración de importantes empresas susceptibles de aportar soporte económico, a través de la publicidad, no sólo daban la espanta si no que abominaban que se les pudieran mezclar unas cosas con otras. A Tele 5 le costó mucho dinero la aventura a cambio de desprecio e ingratitud. Fernández en su comparecencia parlamentaria ha aducido, sin más juicios de valor, a la falta de rentabilidad como la causa, la principal, de la ausencia de retransmisiones taurina en el ente público. Señores profesionales ¡pónganse a trabajar! Antes que demonizarle, y no descansen su responsabilidad en concomitancia con la política de la paja y la viga, en ningún voluntarista grupo político al que luego, con doble moral, homenajean. La Fiesta necesita de despolitización y ustedes consciente o inconscientemente lo están propiciando; además , contra datos no hay argumentos circulando a contra mano.

La Plaza de Toros de Las Ventas en el banquillo (25 de Noviembre de 2008)


En base a una serie de olvidos -confesados-, en la licitación del 2004 Uranga acredita unos 47 años de experiencia, que se doblan, en tan solo dos temporadas, en el documento objeto de proceso y que forma parte de la oferta para el concurso impugnado.
De aquellos lodos estos barros. Hace años que la Comunidad de Madrid está en el ojo del huracán, y en los tribunales, en la resolución de adjudicación de los sucesivos concursos para gestionar la plaza de toros de Las Ventas. El último azote ha sido citar como imputado, a requerimiento del querellante y el fiscal, al director gerente del Centro de Asuntos Taurinos como sospechoso, al menos, de colaboración en falsedad de documento público, en la querella que por tal motivo se interpuso a instancias de Simón Casas contra el adjudicatario J. A. Martínez Uranga, por su declaración de experiencia profesional para licitar a dicho coso. La letra pequeña del informe del fiscal parece querer ir más allá y derivar responsabilidades de irregularidad que condujeron a una adjudicación injusta a sabiendas, y cuya figura jurídica tiene nombre explícito. Para no enfangarnos en datos, recordemos que se trata del concurso de 2006 para los dos ejercicios siguientes, ya consumados, y para el venidero, puesto que la Comunidad ha otorgado la prórroga solicitada por el empresario y que ahora es nuevo caballo de batalla por razones tan lógicas como obvias. Resolución del concursoEn aquella ocasión la resolución del concurso fue favorable a Martínez Uranga por 1,28 puntos, siendo la piedra angular el capítulo de experiencia puesto que, según las baremaciones, antes de dicho capítulo: Casas ganaba en todos los apartados con un global de poco menos de 9 puntos a la oferta del empresario vasco. Hacían falta, por tanto, 10 puntos en el capítulo citado para obtener la adjudicación; con el precedente, en contra, de la anterior licitación, 2004, en que en tal sentido Casas sacó 3.75 puntos en diferencia favorable respecto de Uranga.
En base a una serie de olvidos -confesados-, en la licitación del 2004 Uranga acredita unos 47 años de experiencia, que se doblan, en tan solo dos temporadas, en el documento objeto de proceso y que forma parte de la oferta para el concurso impugnado. Uranga fue llamado a declarar, para salir imputado. Testificó, igualmente, la mesa de contratación. Mas tarde declararon, entre otros, Luis Alviz, en su día gerente por designación municipal de la plaza de Cáceres antes de 2006, fecha en que expide certificado como tal de colaboración en tal gestión del señor Uranga; sale imputado. Misma situación que la del representante, Fernando Madruga Real, del Condominio Plaza de Toros de La Glorieta de Salamanca en cuya gestión se alternan la familia Chopera. Otras presuntas irregularidades confundiendo colaboración o asesoramiento personal con gestión se detectan en plazas como Badajoz, propiedad del empresario y que arrienda desde hace tiempo a José Cutiño; y cosos como el de Cuenca y Tarragona entre otros, cuya gestión es personal y nominativa al fallecido hermano de Martínez Uranga, Javier. Lo hace, también, como testigo, el gerente del centro Gómez Ballesteros, al que la mesa de contratación -en su testimonio- deja al pie de los caballos, cargando toda responsabilidad sobre él en cuanto a informes y verificación de certificados, de forma que sale imputado y citado de nuevo a declarar, como tal en el próximo mes de diciembre. Hasta aquí la síntesis de lo que se cuece, en fase de instrucción, en un juzgado madrileño. El caso pinta mal; peor, después de conocer por un portavoz del gobierno regional que la Comunidad está ¿ávida? de esclarecer los hechos por entenderse víctima. Aunque da el abrazo del oso a Ballesteros cuando se pregunta por su imputación aduciendo que "él recibe y examino los documentos, pero no los presenta". Y la reflexión¿No hay una responsabilidad institucional in vigilando e in negligendo? ¿No llovía sobre mojado con el referente del concurso anterior? La clave la puede tener, quien, conociendo el paño, bautizó al gerente como El botones Sacarino. Conociéndole, y sin poner la mano en el fuego, es incapaz, por prudente, de tomar decisiones -por irrelevantes que sean- por sí mismo. Hombre de lealtad servicial; y nunca hacia el empresario: descártese la prevaricación voluntaria. De disciplina militar y por lo tanto con sumisión convicta a la jerarquía; a la cadena de mando. A partir de ahora, de apellido cabeza y de nombre turco. La contraseña "me comí el marrón". ¡Al tiempo! Si no le vemos en la Asamblea, por supuesto, sin voz pero sí con el voto cautivo de la disciplina de partido.

Los toros, Euskadi y Cataluña (18 de Noviembre de 2008)


Es más el prurito de los nazionalista (con z) en ganar la última batalla para ser vencedores de la guerra por exterminar cualquier vestigio de españolidad; y , por el otro lado, la resistencia taurina se moviliza impulsada, por honor, dignidad y coherencia: agonizando de pie como toro bravo, herido de muerte, tuneando la realidad (no hay quórum para hablar de afición extensa en Barcelona) antes que ceder a la intransigencia y la intolerancia del cuasi fascismo identitario. Igual que en el franquismo, pero al revés, curiosa paradoja.
Las noticias sobre el nuevo reglamento en el País Vasco y la admisión a trámite de una iniciativa popular en Cataluña para suprimir las corridas de toros tienen la gravedad que le queramos dar sin desdeñar preocupación, impotencia e indignación. Seamos claros y crucémonos al pitón contrario, pongámonos en el sitio atornillando zapatillas. Lo de Cataluña es más nostálgico que pragmático, tanto para los animalistas como para La Fiesta. El decantamiento de los hechos, sin ceguera, a día de hoy, nos instala tan sólo en una Barcelona taurina de, a penas, una docena de espectáculos y que solo es capaz de llenarse dos veces al rebufo de un torero y en base a la llegada puntual de contingentes de tropas aliadas, aficionados y público, provenientes de los más diversos confines. Es más el prurito de los nazionalista (con z) en ganar la última batalla para ser vencedores de la guerra por exterminar cualquier vestigio de españolidad; y , por el otro lado, la resistencia taurina se moviliza impulsada, por honor, dignidad y coherencia: agonizando de pie como toro bravo, herido de muerte, tuneando la realidad (no hay quórum para hablar de afición extensa en Barcelona) antes que ceder a la intransigencia y la intolerancia del cuasi fascismo identitario. Igual que en el franquismo, pero al revés, curiosa paradoja.


Lo de Euzkadi puede tratarse de una bilbainada, la ocurrencia de un guiputzi, la patatada de un vitoriano o de políticos asustaniños, no por lo de la prohibición de entrada a los menores de 16 años si no van acompañados, si no por mucha de la letra pequeña que desprecia a los profesionales. Hasta tal punto, tómenlo como una anécdota, pero es un referente de su talante, de no permitir a los apoderados estar en el callejón. Fotógrafos, policías, y políticos con sus neskas y nekanes todos y todas; vascas y vascos Los profesionales ya se han posicionado en postura de fuerza y tienen el apoyo velado de los corporativos taurinos de Vistalegre en Bilbao y la plaza de Vitoria en la seguridad que se llegará a acuerdos. Sobre lo de los menores, que tanto ruido ha hecho, además de una memez no merece más que una reflexión de cierre: ¿Por qué no van acompañados a las ikastolas donde se les tergiversa la historia y se induce al recelo y en alguna medida, pasando por la criba, al odio que engendra las primeras armas de la kale borroka y el embrión de algo más? Cosas de todos los inviernos. En febrero, en cuanto se huela a toro, y con la verdad del juego de la suerte y la muerte, su actividad es el mejor antídoto ante sus represores. No se entiende, pues, que sea el propio sector el que no le de la importancia que tiene a América, una temporada que no es un tránsito si no una continuidad que además le da a la Fiesta rango universal.

La fiesta ante la crisis (11 de Noviembre de 2008)


Los toros no solo no necesitan rescate financiero al uso de estos días, si no que sangres de otoño, como la de Perera, transfunden la sangre de mayo (pero no la de Frascuelo y El Ruso) si no la Sangre de mayo de Garci. Este arte sólo demanda comprensión y, sino cariño, al menos respeto. Pero esta Fiesta, por tradición, es pollo sin cabeza. Es sector, desde su génesis, sin vertebrar. Ahora, al parecer, se arrogan la representatividad del gremio un mestizaje de todo tipo de profesionales -delante y detrás del toro- y variopintos autotitulados aficionados.
No es que el 2008 haya sido la mejor de las temporadas recientes pero, con la que está cayendo, se puede hablar de desaceleración; nunca de crisis y menos de recesión. La fiesta sobrevive autofinanciándose y asiste, cual bomba de oxígeno a la música, por ejemplo (grandes gurús, generalmente pesebreros, a orquestas y charangas). Lo hacen vía canon o de forma directa en las miles y miles de fiestas patronales. Además, la fiesta soporta, en general, multitud de impuestos que nutren las expoliadas arcas públicas afanadas en asesores tuneos, pompas y boatos. Es un activo sano (pero de verdad) al que no le desestabilizan las burbujas: en positivo, no causa inflación la burbuja JT y en negativo la de Francisco Romero. El hombre orquesta de Castilla La Mancha Televisión ha estado a la altura de Martinsa, Lheman Brohers y similares en concurso de acreedores, pero con pana y visera, ni gobierno que le descontamine el activo de su ruina y damnificados. Los toros no solo no necesitan rescate financiero al uso de estos días, si no que sangres de otoño, como la de Perera, transfunden la sangre de mayo (pero no la de Frascuelo y El Ruso) si no la Sangre de mayo de Garci. Este arte sólo demanda comprensión y, sino cariño, al menos respeto. Pero esta Fiesta, por tradición, es pollo sin cabeza. Es sector, desde su génesis, sin vertebrar. Ahora, al parecer, se arrogan la representatividad del gremio un mestizaje de todo tipo de profesionales -delante y detrás del toro- y variopintos autotitulados aficionados.



Su primera acción ha tenido eco doméstico, que no repercusión extramuros. Una excursión a Bruselas.
La segunda, tan sorda como sórdida, ya imprime carácter: oponerse al derribo de la plaza de toros de… ¡Tenerife! Mientras, en Zaragoza se prohíbe a los enanos sentirse artistas y toreros, además de provocar la sonrisa de niños. Todo, según la ordenanza municipal que les veta de realizar su profesión y ganarse la vida. En el País Vasco sigue larvado el proyecto de prohibir la entrada a los menores. La calma chicha de Cataluña es altamente sospechosa. Mientras, un grupo de comadres, perdedoras natas, hacen un mal uso de las ondas, aflojándose la faja para aflorar los michelines de su totalitario discurso único antitaurino. Pero es más sugestivo una jornada de picnic y colaterales en Bruselas que tomar el metro a la Puerta del Sol, el autorres a Zaragoza o el AVE a Barcelona. Por ello, si París bien vale una misa, la romería a Bruselas bien valió un día: El día del orgullo torero, como otros días de orgullo pero sin carrozas ni carnavales, con testosterona, en tipo torero, con traje, corbata, y sin colapsar la Castellana. Si hay que ir, se va. Pero ir pa'ná...

El toro como problema (4 de Noviembre de 2008)


A falta de bravura, algo intuitivo, por reata, pero con gran margen de error por la misteriosa imperfección de la genética, hay que exigir de los ganaderos vergüenza, y presentar las corridas, grandes o chicas, con armonía de conjunto, respondiendo a uno de los principios de este espectáculo como es la estética, chicos o grandes, mansos o bravos, pero de seis en seis.
Desde que han ido despareciendo del parque móvil las matrículas con referencia provincial, lo del toro de Madrid, Sevilla, Bilbao, y sobre todo de plazas de segunda, Salamanca, Valladolid, Murcia, Almería, etc, se ha hecho todavía más tópico. Cosas de la globalización. Hay quien tiene claro cuál es el toro de Pamplona. Dudas hay sobre el de Madrid; Sevilla desconcierta. Bilbao, dicen, ha bajado un punto… Y lo cierto es que la camada de bravo, en general, está en recesión, por no mentar la palabra crisis. ¿Causas? Varias. Si tienen un rato entreténganse en analizar la evolución de la producción desmedida de productos en casi todas las ganaderías con un simple repaso del último lustro. Repararemos en el incremento de corridas lidiadas por cada uno de los hierros (casi todos). El año ganadero no ha sido bueno en la regularidad de corridas, con algo más de tres ejemplares por festejo que embistan (cierto es que estamos ante un bienio -desde la reaparición de JT y el efecto dominó por agravios-) donde, también es veraz, muchos toros no han tenido suerte en los sorteos respecto de sus matadores y, como la historia del huevo y la gallina, no se sabe bien como jerarquizar la causa-efecto para tales desencuentros que hacen de estas dos últimas temporadas un crecimiento cero en intensidad de triunfos y su repercusión, blasón, sólo sostenido, por la temporada casi completa de Perera.

Con todo y con ello, mucho más peligrosa es la pendiente por la que están derivando los ganaderos, con la pasividad de los empresarios y la permisividad de los veterinarios en cuanto a la presentación de las corridas. A falta de bravura, algo intuitivo, por reata, pero con gran margen de error por la misteriosa imperfección de la genética, hay que exigir de los ganaderos vergüenza, y presentar las corridas, grandes o chicas, con armonía de conjunto, respondiendo a uno de los principios de este espectáculo como es la estética, chicos o grandes, mansos o bravos, pero de seis en seis. En común, el hierro Todo antes que ver deambular por las plazas lotes de toros que sólo tienen en común el hierro en el anca dando sensación de estar vendiendo saldos o restos de producción en la estrategia, además de incrementar las camadas año a año, que dentro de esta inflación puedan servir todos los toros en corridas descompensadas por desigualdad; y estirar todavía más los lotes. Prefieren lidiar diez o veinte corridas en que en cada una metan al menos dos "bacaladas" tapándose -creen- con los otros cuatro, antes que quince o veinte ejemplares, por feos, que, o se queden en el campo para labores a puerta cerrada, o lidiar novilladas o festivales, o corridas en plazas sin pedigrí, dónde evidentemente no está el dinero de las de feria importante: esto se llama atraco permanente de diferente intensidad según el papo del ganadero, cuanto más prestigioso, demandado y cotizado, mayor. Siempre ha existido el guante blanco y el cuello duro, tanto como la visera, el zapato de rejilla y el palillo en la boca. El toro de… La pregunta del millón, que atañe, principalmente, a plazas de segunda. Antes que hacer una tesis estéril pongamos una referencia: el que, generalmente, se lidió en el trienio 2004-2006. Un animal tierno, en todos los sentidos, pero tan hermoso en su brevedad que antes que rechazo despierte ternura y comprensión, cariño, como todos los zagales chicos de cada familia y que, junto a sus hermanos, parezcan gemelos: mellizos, incluso siameses, todo un conjunto homogéneo al menos en be-lleza, en armonía (morrillo, alzada, lomos, culata y carne de relleno proporcional) no muy agresivo, pero con las cabezas y caras bien puestas y discretamente manipulado, que suponga un alivio para la confianza del torero y se relaje. Ese el es toro de… Si, además, embiste es ¡la leche! No es la panacea, claro, pero ese ha sido es y tendría que ser el toro -de seis en seis- de... Salamanca Murcia, Valladolid, etc.; porque -y es un hecho- es el que quiere el público que llena habitualmente la plaza y el que, de forma ¿espléndida?, paga el empresario que tendría que ser el primero en sentirse engañado.

Fin de curso (y II): El toro apunta 'recesión' (28 de Octubre de 2008)


Dentro de la irregularidad general, ha destacado la camada de Núñez del Cuvillo, referente de la desigualdad de juego expuesta, pues a la corrida completa de la temporada como puede ser la de Zaragoza, destacó en negativo, por la notoriedad del acontecimiento la de El Puerto de Santa María. Se mantiene arriba Victoriano del Río y ha sido bueno el ciclo de Victorino…. y Fuente Ymbro, con corridas en conjunto más que notables y algún, más de uno, toro sobresaliente.
El toro en 2008 se enseña en desaceleración respecto de temporadas anteriores. Los animales lo han acusado más que la campaña irregular de la cúpula del escalafón de toreros, como comentamos en la entrega anterior. El toro ha bajado en presentación y juego donde cobra mayor referencia: las plazas de primera y las importantes de segunda. El año no comenzó bien ni en Valencia ni en Sevilla. Madrid se tapó con docena y media de buenos ejemplares y siendo conveniente reducir tamaño en Las Ventas, como en Pamplona y Bilbao. La escasa presencia de algunas reses -por sueltas que hayan sido- deja sin legitimidad el argumento anterior; ¡torpes! Dentro de la irregularidad general, ha destacado la camada de Núñez del Cuvillo, referente de la desigualdad de juego expuesta, pues a la corrida completa de la temporada como puede ser la de Zaragoza, destacó en negativo, por la notoriedad del acontecimiento la de El Puerto de Santa María. Se mantiene arriba Victoriano del Río y ha sido bueno el ciclo de Victorino y Fuente Ymbro, con corridas en conjunto más que notables y algún, más de uno, toro sobresaliente. Arriba, los hierros salmantinos de los hermanos Fraile, presentes en todas las grandes ferias y, aunque sin romper corridas completas, mantienen su cartel. Quizá esta temporada haya sido más de Lorenzo que de Nicolás y Moisés; pero todo queda en casa. Me ha gustado mucho todo lo que he visto y he seguido de Montalvo, está haciendo un trabajo muy serio De los Domecq ha sido Zalduendo el que más juego ha dado. Pesó Sevilla como una losa a los Juan Pedro (padre e hijo -Parladé-, ni siquiera el buen toro de Manzanares en La Maestranza le redime a Juan Pedro. De Jandilla se recuerda la seriedad y lo asequible del encierro de Pamplona; como El Ventorrillo, mejor, todavía, en Bilbao. Al alza, poquito poco, García Jiménez y La Palmosilla, de lo mejor de generaciones cortas, por ver (pero en la vereda buena) Barral y Guadalest y de los Núñez, Pereda; después Gavira. Las revelaciones de San Isidro, Peñajara y Carmen Segovia, se quedaron en eso. Palha no cambia su sino, a unos les gusta -confundiendo genio y movilidad con bravura- y a otros menos. Sólo alumbran proyección en son la muy corta ganadería de Montealto y Guadaira a la espera de decidirse a lidiar más corridas de toros. No ha sido buen año para Adolfo Martín y Miura se ha reivindicado un punto respecto del desastre de no hace mucho. Cebada, en decadencia, más genio y menos casta noble que en el periodo de esperanza entre 2004 y 2006; igual que Cuadri. La Quinta no termina de dar el salto de novilladas a corridas de toros y Escolar se encuentra cómodo en el más duro de los mercados franceses. Dolores… de cabeza y samueles en conflictos varios. El Conde de la Corte es una ruina, como sus más señeros descendientes. Y por el sendero andan Torrestrella y Torrealta (¿Torres más altas han caído), sin muchas esperanzas la temporada de Iban y ninguna los diferentes Guardiolas. La de Salvador Domecq, atomizada en cuatro partes, ha sufrido el desgaste, en carteles, de tal partición y la confusión entre unos y otros hierros no ayuda a establecer criterio uniforme, mismamente con Marqués de Domecq y Martelilla. Alcurrucén: cuesta vender, por extensión y endurecimiento. La fuerza y la casta, muy justita, ha sido el hándicap de hierros amables pero en el alambre como El Torreón, Daniel Ruiz, Las Ramblas, Santiago Domecq, incluso Capea y Javier Pérez Tabernero, Los Bayones y Arjona o Bañuelos. Ganaderías apetecibles de las figuras, pero tienen que luchar por los puestos escolta de las ferias importantes. Garcigrande con su eterno dilema: Mansigrade o Garcichico. La Campana repica pero no ha sonado cuando debía, Charro defendió su territorio, de no mucho perímetro, con dos toros de vuelta al ruedo. Habrá que esperar al toro del '9' por el 2013 y mientras se capeará el temporal. Y ello si hay conciencia crítica y previsora: ésta temporada por engañosa, como la 2007, pueden ser muy peligrosas.

Fin de curso: Perera, Perera... y el resto (21 de Octubre de 2008)

Si quitas al extremeño, muchas luces y muchas sombras hay en el escrutinio de temporada de las figuras; temporada que les aleja de la rotundidad continuada en los triunfos arrolladores de Perera. Así, sin animo de jerarquizar, se puede decir que el que más ha aguantado el tirón ha sido Enrique PonceCon Jaén, por San Lucas, más el estrambote del absurdo final, tardío y de compromiso de la temporada en Madrid, se puede dar por concluido el presente ejercicio taurino. América espera... ¡Ya! Un curso que presenta a Miguel Ángel Perera como su referente: sobresaliente cum laude; matrícula de honor. En esta temporada de 2008, Perera se ha encumbrado consagrándose como la figura del año, como torero con proyección y grandeza para hacer historia: marcar una época. Si quitas al extremeño, muchas luces y muchas sombras en el escrutinio de temporada de las figuras, temporada que les aleja de la rotundidad continuada en los triunfos arrolladores de Perera. Así, sin animo de jerarquizar, se puede decir que el que más ha aguantado el tirón ha sido Enrique Ponce. Su comienzo en Fallas, respetado en Sevilla, su seriedad con toro esaborío en su ¿última comparecencia? en Las Ventas, la plástica con el buey de Pamplona (en otro atisbo de despedida) y su firme faena de Santander, Bilbao, Gijón, Mont de Marsan, Dax, Bayona... Y todo en su decimonovena temporada. Ponce nos desconcierta de la sensación que quiere transmitir el maestro valenciano en que la próxima será su última campaña antes de decir adiós, con el mejor -a distancia- currículo de la historia, el 19 de marzo de 2010. El Juli y El Cid cada vez depuran más su torero de firmeza y poderío, el primero, y de pureza y clasicismo, el sevillano. Pero sus ciclos han estado jalonados de dientes de sierra entre grandes tardes -no cantadas lo suficiente- y tardes de infortunio en los lotes -contadas con ribetes pesimistas-. Manzanares tuvo que cortar temporada. ¡Pero está probado! No es dudoso. Dos muestras -entre varias relevantes-: Sevilla y Bilbao. Su última tarde en Murcia fue una oda al arte de torear. Castella ha sufrido ¡Y no sólo con la espada! En busca de una nueva identidad, más apurada en el arrimón que afinada en el arte de torear; más obsesionado en el cuerpo a cuerpo -sin discriminar las condiciones del toro- que en administrar distancias, alturas y velocidades. Su última tarde en Jaén ha sido una declaración de intenciones para que nadie se olvide de su condición de torero en figura (importante). Jaén ha sido (lo último se recuerda con más facilidad que lo anterior, dicen) un bálsamo en la temporada sinuosa de Talavante y un aviso a navegantes de César Jiménez. Cayetano se rompió otra temporada más. Pero bastan dos tardes: la de su confirmación en Madrid y la de Málaga, una tarde para la apuesta de un aficionado, bastante más creyente que su propio apoderado en que está preparado para acometer compromisos totales. Morante, lo escribí la semana pasada, cuando ha ido en normalidad ha progresado en ganas sin perder su condición de genio. Su última tarde en El Pilar no debe empañar una buena temporada de sangre y fuego, tanto como reflexionar sobre sus estrategias de futuro. De los veteranos, El Fundi, sin discusión. Su actuación (en cartel atípico) de Barcelona le desestigmatiza de su exclusiva condición de legionario. De los jóvenes, en distinta línea, se cuajan Luque y Bolívar. El Fandi permanece estable en la cabeza del escalafón y en su condición de llevar gente. Torero para todos los públicos, como los llamados mediáticos, que, reciclados, han cumplido con su papel (que no es baladí según que plazas). Los salmantinos, Valverde, Gallo, Capea y Chaves -así han terminado en el escalafón- han pasado con gran dignidad pero sin terminar de romper. Al resto, les faltan corridas. José Tomás, por su excepcionalidad, merece análisis exclusivo en próxima entrega como nota al margen de la competitividad que han asumido el resto de sus compañeros. Cada tarde un suceso, pero fuera de concurso. La NBA y los Glober Trotters. Se nos fue Liria con la honradez y vergüenza con la que pasó por la Fiesta durante más quince años. Y, a título particular, para el recuerdo -mi recuerdo- la faena de Javier Conde en Murcia. ¿El toro? ¡Pues el que hay! La gran asignatura pendiente.

Morante de la Puebla en el diván (14 de Octubre de 2008)

Un simple repaso a su currículo debería ser suficiente para sacar conclusiones y recuperar al Morante 'total'Morante tiene un problema, varios. Empezando por él mismo y su filosofía del toreo y de la vida lo que le lleva a recelar del profesional para refugiarse en un entorno de supuesta confianza que a lo largo de su carrera se ha movido más que "un garbanzo en la boca de un viejo". Es una pura contradicción. Por un lado su halo bohemio contrasta con últimas elecciones de apoderados a sueldo ¿base?, cuadrillas de agradecimiento de servicios prestados -de cualquier tipo- o de apoderado asegurador de un monto por temporada que distorsiona la realidad de cotización en el mercado induciéndole a prodigarse en espectáculos -ya demasiados- de corte extraordinario (a contra estilo de su concepción artística). Tales corridas no dejan de ser un destajo antes que un gesto, un par de veces o tres en la vida y con argumentos de mayor fuste, que unos tras otros se van resolviendo en la prórroga el menos gris -a través de esfuerzos fuera de lugar en torero artista (largas de rodillas, banderillas, etcétera)- o terminando en fracaso. Tanto unos como otros sublimados con mentiras piadosas en la ponderación de los detalles geniales, pocos, dentro de un todo a llenar como son mano a mano, y más con seis toros en solitario; o atenuados al culpar a su entorno o -como siempre- al ganado a lidiar, a todos -los seis-, sin deslindar en la crítica sus carencias como la espada, sea bueno o malo el animal, para culminar, al menos, con la mayor discreción como matador de toros lo que el destino ha deparado en tarde de infortunio ganadero como la del domingo en Zaragoza.Su guerra, confusa, contra el sistema le llevó a hacerse empresa en el 2003 iniciando su vendetta de Sevilla a favor de Jerez a final de temporada para saldar tres cuartos de aforo y salvar los muebles con el rabo cortado al sexto tras la oreja protestada en el segundo. Toro sexto, ya en 2003, en el que hubo que calentar los tendidos con las banderillas (antes, 15.08.02, había roto el fuego en El Puerto cortando dos orejas espaciadas ente el primero y el quinto animal).Luego vendría una de las dos tardes absurdas de Madrid. La primera, el Domingo de Resurrección 2004 -consumando su cruzada contra Sevilla- provocó, días después, el cortar la temporada. La última, de agridulce recuerdo, en que, otra vez, se culpó al empedrado del fracaso. Fiasco indultado in extremis con su paso por la enfermería producto de la gallardía y amor propio y cortar una oreja en el sexto de esa Corrida de Beneficencia que absurdamente abordó -y gratis-, para, nuevamente salir tocado: ruptura con Rafael de Paula y cese de actividad. Es cuando la exclusiva de Sánchez Benito le hace reaparecer y los inicios no pueden ser más sui géneris; poco menos que un auto montaje, en Vista Alegre (Madrid) y mano a mano con El Pana. La corrida fue otro bluf; hubo de agotar los dos sobreros para cortar dos orejas cariñosas en el último. Pero el morantismo militante -otro de los problemas que no digiere ni asimila el torero y sus diferentes entornos que se han ido sucediendo, seleccionados exclusivamente por él- lo despachó con titulares de tal guisa: "El toreo inmenso de Morante";" El desgarro de Morante triunfó en Vista Alegre"; "Morante se puede contar sólo de una forma: dice el toreo como nadie puede decirlo"; "El arte de Morante entre luces de bohemia"; "Morante perfuma Madrid con su toreo de cante jondo". ¡Va Morante y se lo cree!; necesitaba, necesita -constantemente-, creérselo.Y de aquellos polvos estos lodos. Por un lado su estigma como genio, sus contradicciones entre la genialidad única como artista distinto y la productividad; la necesidad de hacer caja, de cualquier manera y condición, para enjugar la exclusiva que obró el milagro de su reaparición. Pan de hoy que tras lo de Zaragoza, y vistos los antecedentes, puede ser el hambre de mañana, hoy mismo, de ilusión en el torero y de ambición de un buen hombre como Sánchez Benito que habrá aprendido en sus carnes que la afición y estar metido por tal condición como ganadero y suegro de torero no tiene nada que ver con la profesionalidad. Un simple repaso a su currículo debería ser suficiente para sacar conclusiones que condujeran a recuperar, en competitividad con todo el escalafón, al Morantetotal, para que su personalidad de artista contraste más en liza con sus compañeros. Y su cotización y admiración, como tauromaquia casi única en su interpretación, fluctúe como incentivo con el devenir de sus actuaciones: es decir entrar en la normalidad para sobresalir en sus cualidades exclusivas como torero. No en balde sus mejores temporadas las cuaja al inicio de su carrera y hasta el 2.003, cuando se instala en la esperanza de muchos aficionados como torero de culto. Y en tiempos recientes la exitosa del 2.005 -una temporada normal de torero especial-; e incluso ésta de 2008 cuando, dentro de la anormalidad de la exclusiva, ha ido por derecho: en terna, compitiendo y triunfando o en mano a mano no forzados. Datos, reflexiones, para el diván de un torero excepcional, cuya condición tal, sólo es refutable desde el contraste, tarde a tarde, con sus compañeros en una carrera de fondo de normalidad profesional.

Sangre de otoño, la de Perera... (7 de Octubre de 2008)

La sangre de otoño, la de Perera sirve para financiar la “sangre de mayo”, de la película de GarciSangre de otoño, la de Miguel Ángel Perera. La épica, como la letra, sin sangre no entra. Y la hubo. Sangre de otoño: literal, la sangre que los toreros vierten en la cancha de Nadal por mor de su entrega y ambición, por mor de la obligación que los animales tienen de herir (defendiendo su territorio; los terrenos, axioma en tauromaquia) y de las invectivas de Eolo (un clásico en Las Ventas que como el turrón por navidad vuelve a casa cada jornada de festejo, tanto en primavera como en otoño). Viento y marea -alta, en los tendidos- que condiciona la lidia adecuada, aumenta el nivel del riesgo y minimiza tan grandioso espectáculo orillando su factor artístico, mediante su expresión creativa, jibarizándolo a la épica en que la sangre es visa de su autenticidad. Viento, inquilino permanente, al que Esperanza Aguirre da aire en movimiento continuo de desprecio, para no abordar su gestión. El viento, que no descompone la melena de la señora Aguirre, ¡no pega cornás, pero se las pasa mu cerca! Y la marea de una afición en pie de guerra por la hostilidad del abono y las inclemencias meteorológicas. Una tarde otoñal, depresiva, hosca, huraña y hostil con quien se le debía agradecimiento por ennoblecer una programación mediocre con el antifaz de una guinda y media, que dibuja con fidelidad un ambiente poco favorable, un ambiente que, si es consustancial a la idiosincrasia de la plaza madrileña, se agudiza más en octubre por el trágala (canción con que los liberales españoles se burlaban de los absolutistas en el primer tercio del siglo XIX).Por ello, cobra aún mayor importancia el anunciado gesto de Miguel Ángel Perera que, por los obstáculos a superar, se convirtió (primero) en gesta y (en definitiva) en heroicidad. Las canallas condiciones en las que tuvo que afrontar y desarrollar su reto le elevan a la máxima categoría como figura del toreo y le proclaman el mejor de todos -¡de todos!- en esta temporada. Estatus que esperamos sea reconocido en unanimidad y especialmente incremente las debilidades de la Presidenta madrileña, como evidenció en los casos de José Tomás y Cayetano en los días de confección de la pasada feria de San Isidro y adosados. También esperamos que, con el paso del tiempo, no quede, como está ocurriendo con las crónicas de urgencia, en la épica de dos cornadas y el gesto de salir de la enfermería primero y luego continuar toreando y matar al toro por derecho con un cornalón pronosticado como muy grave. Entre ambos pasajes hubo concepto, colocación y pureza de ejecución: toreo en estado puro y duro para imponerse a animales que no estaban por sumarse al triunfo del torero en cuanto les diera la mínima opción; mismamente como un sector del inhóspito coso. La sangre de otoño derramada por el conquistador extremeño del cetro en tauromaquia no debe mermar su categoría artística y creativa en aras exclusivas de la heroicidad, porque esta se argumenta en aquellos sólidos cimientos. Tres de octubre. Coinciden en el ruedo venteño la sangre de otoño, la de verdad: encarnadura de hule y cloroformo en un guiño permanente con la parca; y en los cines madrileños Sangre de mayo: de bolsitas de tinta china enmascaradas en el ropaje de atrezzo del figurineo. Ironías de la política, que no del destino, la sangre de otoño financiando la sangre de mayo. Sangre de mayo es la película de Garci a imagen y semejanza, a imagen, semejanza y encargo de Esperanza Aguirre. El único encargo de la Dama para con las sangres de otoño era hacer caja para amamantar caprichos de muchas sangres de mayo cinematográficas y teatrales.

El indulto de Barcelona (30 de Septiembre de 2008)

Para el torero suponía el tercer toro al que perdonaba la vida en su carrera, dos de corral (Salamanca y Madrid) y éste, que rasgaba el virgo, para él, de algo que blasona en cantidades industriales los currículos de otros compañeros. Fin de ejercicio de José Tomás que desde la épica tarde del 15-j en Madrid no había provocado un tsunami parejo.


El día anterior, en Barcelona, salieron toros de Zalduendo más bravos que los 'cuvillos'

José Tomás indultó un toro en Barcelona. ¡Será casualidad! en ciudad declarada institucionalmente antitaurina. El hecho absoluto, multiplica su valor relativo: Sucede en el epicentro inspirador de Perpignan y El Tinel; la cuna de Terra lliure (vientre de alquiler -negado a abortar-, ¡las vueltas que da la vida!, para alumbrar a ERC). La Barcelona que rechaza a los toros por "violentos". Aconteció donde se "contraindulta" a los niños para que hablen como 400.000.000 millones de personas y se le pegan tres puyazos carniceros a los comerciantes que pretendan rotular sus negocios en dicha lengua. La que hurta, con alevosía y nocturnidad, los archivos históricos ajenos. Ocurrió en el baluarte del seny; de los boixos nois que el sábado asaetearon -cual Toro de la Vega-, en espectáculo dantesco, a los pericos en la que era la fiesta de exaltación futbolera de "lo catalán", nodriza de la anhelada Selección Nacional de Cataluña. ¿Pero el toro fue de indulto?


Pues no hay nada escrito sobre requisitos, al margen de lo reglamentado y su interpretación. Pero vino de perlas a unos pocos y a muchos los dejó sectariamente en el cuasi anonimato. a) Por encima de todo José Tomás y Barcelona lo necesitaban. Para el torero suponía el tercer toro al que perdonaba la vida en su carrera, dos de corral (Salamanca y Madrid) y éste, que rasgaba el virgo, para él, de algo que blasona en cantidades industriales los currículos de otros compañeros. Fin de ejercicio de José Tomás que desde la épica tarde del 15-j en Madrid no había provocado un tsunami parejo. Y la tomatosis que necesita retroalimentarse para tener reservas en el largo invierno e ir diseñando la hoja de ruta de la próxima temporada negando la mayor: ser aficionados. Barcelona termina una temporada de más sombras que luces en cuanto a asistencia, empezando por la falta de fortuna la tarde de apertura con un José Tomás sin suerte, y por lo tanto sin brillar. Pero Barcelona no atrae, por carteles redondos y remataos, por toros y toreos lucidos que pasen por su coso si no se anuncia el de Galapagar, pase lo que pase. Es más, el día anterior en Barcelona salieron ejemplares de Zalduendo mucho más bravos que los "cuvillos" del domingo. Y Fundi y Juli estuvieron no menos bien que su compañero, pero no había clímax. El mismo JT estuvo mucho más importante, por todo, la primera tarde de Madrid. Pero era Barcelona -que es "bona si la bolsa sona"-, su final de temporada y era muy importante provocar, a la mínima, terminar así y con José Tomás. b) Eclipsó de forma deliberado otros acontecimientos importantísimos que se habían sucedido en los últimos días, en un mes de septiembre revelador para calibrar el sito de los toreros. Incluso en ese mismo fin de semana del "indulto de Barcelona" hubo en Nimes dos gestas de superior calibre como las encerronas de seis toros de Juli y Castella saldadas en triunfos históricos. También Perera, todo el año y recientemente en Valladolid -"se montó" en JoséTomás, como en Cuenca- Salamanca, Murcia y Albacete. Luego vendría Logroño ¡coño!, con el toro que sale allí, y el próximo viernes, como colofón, la gesta de la temporada del torero del año: seis toros, de una tacada, en Las Ventas. Para muchos que sintetizan y simplifican el toreo a un solo protagonista es lo que importa e interesa. El resto se desprecia y se procura que no haga sombra o quite protagonismo. ¿Pero el toro fue de indulto? No lo sé -o sí-. Lo que sí tengo claro es que Idílico ha colmado, en el tiempo de descuento, los objetivos de crear un cordón sanitario entre la figura de José Tomás y el resto de la Tauromaquia (que no sólo del escalafón de toreros), contraindultada en un ejercicio de ceguera. ¡Enhorabuena! El toro fue muy movido y el torero estuvo sensacional. El mérito fue del espada que con su actitud, gallarda y artística, provocó en el público indultarle a él de matarlo, y asegurarse todos -sin pasar por el fielato de la "suerte suprema"- el triunfo al máximo: dos orejas y rabo (lo de simbólico pertenece a la letra pequeña que sólo se escudriña a instancia de parte según convenga) y en Barcelona, que administrativamente es plaza de primera, con afición en crisis, y toro claramente en recesión asemejándose mucho al de Murcia, Salamanca, Valladolid, etcétera. El indulto del toro en España es una subversión de valores, la prueba es que siempre va en collera con los máximos trofeos (lo de simbólicos, quedó escrito, es carácter menudo) que se conceden a su lidiador. De tal guisa se colige que el indulto del animal es, en instancia superior, un premio -con plus supremo- al torero. En México hace tiempo se dieron cuenta de la mandanga de muchos matadores habilidosos y técnicos para dosificar las fuerzas de un animal que, supuestamente agresivo, tiene en su motor su mayor virtud y que obligarle (torear) podría griparlo- aflorando su mansita condición-, para acompañarle a media altura buscando su durabilidad como complemento, agradecido, a su docilidad bondadosa; gestionando los tiempos hasta irse haciendo el alipendi y no matarlo, provocar los avisos y la catarsis del público en pos del triunfo de todos y, con la presidencia presionada, pañuelo naranja; toro de futuro incierto, al albur de lo que decida íntimamente el ganadero -nunca contará la verdad de sus intenciones-, y premio gordo al matador ¡por no matar!. En México el lidiador que provoca por parte del público el indulto del animal es condecorado con galones de teniente general en vez de "capitán general": dos orejas. Punto. De tal manera en las grandes faenas de México, el torero no marea la perdiz y se va detrás de la espada, por si fortuna comparece, para conseguir los máximos trofeos ¿verdad, Enrique Ponce?

Nadie es perfecto (9 de Septiembre de 2009)

Morante y su mecenas han tenido que aceptar a la trágala los 6 de Zaragoza para cumplir objetivos

Pronto y en la mano. Así lo ha entendido Miguel Ángel Perera, como, por otra parte, han hecho siempre las grandes figuras de todas las épocas. El anuncio de su encerrona en Madrid, la víspera de cerrar temporada de la misma guisa en Zafra (Badajoz) y tras haber pasado por Sevilla, en San Miguel, después de una temporada cuajada de éxitos arrolladores de pitón a rabo, de Olivenza a Dax (indulto de un toro de Victoriano del Río), por ahora retrata la pasta de figura importante -ambicioso dentro de la humildad y confianza ciega en sí mismo- del extremeño. Además, supone un balón de oxigeno para el atribulado inquilino de Las Ventas que como su ¿ex? socio Ramón Calderón ha estado toda la primavera especulando con una gran feria de Otoño, con El Cid y El Juli como Rodolfo Palentino con CR-7 para que luego le digan que nones, además, los Villa y Cazorla del escalafón, en hábiles maniobras -ambas- de distracción, el uno por su condición de mentiroso compulsivo y el otro -en el tipo de la casa- para asegurarse (por si no lo era seguro) la prórroga de señáEsperanza, que en materia venteña sólo sabe bailar este cha-cha-chá. Pero nadie es perfecto. Y Perera, tampoco. Nadie le va a pedir que termine en la devaluada feria de San Lucas en Jaén que, al paso que vamos, va a tener que contradecir al ministro Corbacho y aliarse con el oficialismo zapateril para contratar mano de obra en origen.
De anunciarse, hubiera conseguido el cum laude, pero bastaba con el 10, que hubiera supuesto su -seguro- triunfo y penúltima apoteosis en Zaragoza (plaza y feria de primera) por El Pilar. Y escribo penúltimo, porque con las bondades del clima extremeño, su broche podría haberse post puesto una o dos semanas y considerase festejo extraordinario en vez del gran reclamo de una feria más de plaza de tercera. Es lo que ha venido haciendo Enrique Ponce año tras año, salvo excepciones puntuales y por ocasiones fortuitas, o como, desde hace unas temporadas, si empieza en tierras extremeñas (Olivenza) pero no comparece en Castellón; porque nadie es perfecto
Salvando las distancias, es lo que ha hecho Pepín Liria para su despedida definitiva (12 de octubre) en el intento de rebañar al máximo las fechas posteriores al cierre oficial de la feria de Murcia, aunque en Zaragoza no han estado por la labor por que los designios de los empresarios son inescrutables y ni el torero ni Zorita son del todo perfectos. Ni siquiera el empresario de Zaragoza lo es al sacarse de la chistera un nuevo atracón de 6 toros para Morante de la Puebla con los abundantes precedentes y el inmediato de los tres toros en El Puerto donde ni el cantaor le insufló aire suficiente para no tener que parar y reponer en la enfermería antes de pasar por la ignominia de un boca a boca de un ayuda de mozo de espadas.
Tampoco son perfectos el torero de La Puebla y su mecenas apoderado, que han tenido que aceptar el trágala para cubrir objetivos. Ni supongo serán perfectas las medidas que se tomen en cuanto a dotaciones de bombas de oxígeno y contingente de bomberos para prever hechos como los de El Puerto o apagar las llamaradas del habano que el torero necesita como elixir para, relajado, ensimismarse en su concentración, y sacar lo mejor de su alma, instrumento con el que primorosamente torea. Lo mismo se puede decir ("nadie es perfecto") de Curro Vázquez, apoderado de Cayetano y que constituye la envidia de todos los toreros que reprochan a sus apoderados que no les cuiden como lo hace el de Linares con el pequeño de los Rivera toreros.
Cayetano, en maniobra maestra de su tío -fecha, abolengo del festejo, ganadería, cartel y, importante, sobreros- demostró en Madrid, el día de su confirmación, que está preparado para competir en Champions y no jugar la Intertotto, y así lo hizo en Málaga (1ª andaluza) en la que rebasó por el capote de paseo a Ponce y José Tomás. Sin embargo, sus numerosos éxitos no repercuten por su cuidado entre algodones mientras es de los que, después del de Galapagar, encabeza el escalafón en siniestros, algunos de chapa y pintura y otros muy serios como el de Palencia, que no deja de ser una plaza de segunda.