2 de abril de 2009

El muso (12 Agosto 2008)

¿Qué es este movimiento nacional: Tomismo, tomasismo o tomatosis? La comunidad científica no termina de ponerse de acuerdo con la nomenclatura: 'tomasismo' parece responder a los orígenes sin importar mutaciones posteriores y su clave es KU; 'tomismo', al parecer, es el tardotomasismo bajo el espíritu del 17-J/ 2007 y su código es KUS; y tomatosis es la catarsis consecuente de la convergencia de ambos, cuya compresión y comprensión es KLAN.

Al final va a tener razón la ministra Aído (¿por qué no, Aída?) sobre la obsolencia de la RAE, sustentada en un larvado machismo en vez de evolucionar para que la distinción sexista de los substantivos no se limite al artículo que le-la precede. Ha perdido Bibiana una buena ocasión de utilizar como contrafuerte de sus argumentos para colar la palabra "miembra" por no estar al tanto del debate nacional, que se ha suscitado en torno a la figura de José Tomás, el torero -será por esta condición, torero, por lo que la progre novicia no le ha echado cuentas-. Basta hacer un barrido hemerotético (puestos a contribuir con palabros soterrados) o rastrear en los buscadores, buceando en la red, para reparar en la cantidad de literatura que ha provocado el torero.
La inmensa mayoría de la intelectualidad contrastada pretende instalarse en un equilibrio entre el tsunami provocado por el factor emocional del continuo olor a cloroformo que desprende el diestro y el toreo como arte soportado en una técnica que, sin orillar riesgos, suponga tensión máxima en el espectador. Así se han manifestado plumas de la talla de Antonio Burgos, Alfonso Ussía, Ruiz Quintano, Jiménez Losantos etc. Todos con una analítica admirable y, generalmente, con gran admiración por el maestro (el respeto en gente culta y educada se les supone). Me permito recomendar el de Raúl del Pozo -flamante premiado con el Mariano de Cavia- titulado Cera y publicado en El Mundo el pasado 17 de junio, como crisol preciso de todo lo publicado. De la misma manera la pieza narrativa - La sangre derramada- desde la mesura, de Luis María Ansón sobre sus vivencias del pasado día 15, es obra maestra desde su tranquilo regato tomasista, un spa balsámico ante tanta torrentera desbocada.
Pocos son los que niegan las cualidades innatas de un torero con pasta de figura de época, o referente principal de una época por ser sus ciclos acotados en períodos cortos, de selectividad restrictiva en cuanto a hierros y cosos y de parca competencia. Escasamente lo hacen aquellos que pretenden contrarrestar de forma visceral la bilis con la que se manifiestan negro sobre blanco los apologetas (vocablo compuesto de mitología griega y casticismo). Gentes de todo rango y condición se han apresurado a tener su minuto de gloria en tribunas de elite, cuales okupas consentidos. Médicos, juristas, empresarios; ensayistas de todo a cien y poetas de top manta intentan la cuadratura del círculo de trazar lírica desde la épica. Obvian las esencias de la tauromaquia para hacer exégesis de lo divino y lo humano, lo taurino y lo personal, lo físico y lo psíquico, desde una hermenéutica en precario, con el plus de que cada escritor de ocasión se pone estupendo, alguno muy pedorro, intentando superarse a sí mismo sin duda fruto de las musas; ¡que coño un mito!, JT es un muso (Aído toma nota).
Un numen, un muso, capaz de activar su ejército de feligreses para satanizar, cual inquisición, cualquier argumento en contrario por profundo y argumentado que sea: "De todos los toreros, Tomás es el que más se acerca a la leyenda, pero me atreví, en pleno seísmo de entusiasmo, a escribir, junto a otros, que el matador parecía a merced del toro", Raúl del Pozo. JT, "dios de una religión de exaltados", Ussía. ¿Qué es este movimiento nacional: Tomismo, tomasismo o tomatosis? La comunidad científica no termina de ponerse de acuerdo con la nomenclatura: 'tomasismo' parece responder a los orígenes sin importar mutaciones posteriores y su clave es KU; 'tomismo', al parecer, es el tardotomasismo bajo el espíritu del 17-J/ 2007 y su código es KUS; y tomatosis es la catarsis consecuente de la convergencia de ambos, cuya compresión y comprensión es KLAN.
JT, acreditado está, es un torero grandioso; y punto. Desde la irracionalidad es un dios -perdón, un ayatollah-, un rey -lo siento, un presidente de república- y para los borjamari con aires de notoriedad literaria un numen, ¡un muso!, ¡Aído (Aída)!

1 comentario:

Raúl Delgado dijo...

http://lostorosenelsigloxxi.blogspot.com/2009/04/por-si-algun-medio-quiere-investigar.html

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